Pedro Guido.- No es el primer caso. Argentina no es Suiza o Suecia. El martes por la noche, en uno de los programas de contenido político y económico más vistos del país, aparentemente hubo un caso de censura. Estaba viendo el programa, el cual le restaba una media hora para terminar, y de un momento a otro sacaron del “aire” al programa. Uno de los invitados, que aún no había participado, era Alberto Padilla el reconocido periodista de la CNN, el cual relata el episodio de manera detallada acá. En el programa los invitados venían realizando críticas al gobierno y específicamente al vicepresidente, del cual se tienen sospechas de haber cometido actos de corrupción. En estas imágenes puede ver cómo se cortó abruptamente el programa.

Argentina, cada vez más parecido a Venezuela, Rusia y otros tantos países cuyos gobiernos pseudo-democráticos restringen libertades. Países cuyos populismos se vienen sosteniendo en base a los extraordinarios precios de sus principales productos de exportación (soja, petróleo, gas, etc.). La llamada “maldición de los recursos naturales” en vivo y en directo. Recuerdo que hace muchos años había un presentador en la televisión argentina que decía: “todo tiene que ver con todo”. En algún punto se unen la irresponsabilidad fiscal de los gobiernos de los países desarrollados con la enorme expansión monetaria para financiar dichos desequilibrios fiscales, con la evolución de los precios de los commodities y el financiamiento de muchos gobiernos populistas en el planeta.

Una marca de cuna de los populismos es crear una realidad paralela, como la que se menciona, por ejemplo, acá. Fabricar una realidad que no existe, como en la novela de Orwell 1984, para que las penurias no se publiquen y todas sean buenas noticias. De ahí la necesidad de aplicar la censura, la restricción de opinar y expresarse libremente.