Demoledora goleada del Real Madrid ante un cándido Espanyol que apenas opuso resistencia al ciclón blanco este domingo en el Santiago Bernabéu. 

El Madrid inclinó el campo desde el inicio. Supo interpretar el partido a la perfección, vio con claridad por dónde debía atacar al Espanyol, que dejó al descubierto con demasiada facilidad sus debilidades. El de Pochettino es un equipo con mucho talento, de gusto refinado, pero demasiado endeble y bisoño en defensa. El Madrid salió advertido de ello y obtuvo un alto rendimiento de esa inocencia del rival.

El Espanyol buscó el balón, porque no entiende el fútbol sin él, pero esa enorme virtud, ese tremendo descaro que le ha permitido crecer tanto, esa valentía del rival fue la que terminó abriendo la puerta de la victoria al Madrid.

Calculó mal los riesgos el Espanyol y cayó en la trampa que le tendió el Madrid. Le regaló el balón y permitió con ello que creciera la confianza del Espanyol, que acabó ahogado por su propia filosofía. Lo que se presentaba como una virtud, terminó siendo su gran error. Culpa del propio Espanyol, incapaz de alterar el paso con el que inició el choque, y gran mérito del Madrid, que siempre supo dónde hacer daño. Llevó el Madrid la presión tan arriba, tapó tan bien la conexión entre la defensa y el centro del campo, que los zagueros del Espanyol se encontraron con el balón, pero sin nadie a quien entregárselo para conseguir un juego fluido.

Que se produjera un error en la salida del balón sólo era una cuestión de tiempo. Y llegó a los 24 minutos. Raúl Rodríguez le entregó el balón a Özil, éste combinó al primer toque con Higuaín, que cedió a Cristiano para que marcara ante Casilla.

Lo que ya era un encuentro comodísimo para el Madrid se convirtió a partir de esa acción en un plácido paseo de una hora. Con la moral hecha trizas, atormentado por las dudas de su fútbol y muy exigido físicamente por el rival, el Espanyol no encontró ninguna respuesta para variar el escenario que había dibujado el Madrid. Apenas un disparo desde fuera del área de Coutinho que fue replicado de forma contundente por el Madrid, que anotó un nuevo gol antes de retirarse a los vestuarios.

Lo firmó Khedira llegando desde atrás, en una acción que recordó a ese futbolista que se viste con la camiseta blanca de Alemania. Culminó una triangulación con Özil y Cristiano que hizo saltar por los aires el endeble sistema defensivo del Espanyol. Ese segundo tanto del Madrid bien pudo llegar antes si Teixeira Vitienes hubiera señalado penalti por un derribo de Forlín y Dídac al propio Khedira. Antes del descanso se llevó otro susto el Espanyol, pero un inspirado Casilla, el mejor de su equipo, evitó primero el gol de Higuaín e instantes después el de Cristiano.

El Madrid afrontó el segundo tiempo sin Carvalho, desastroso en todas sus intervenciones, pitado por el Bernabéu y que dejó su sitio a Varane. Cualquier excusa vale para justificar la sustitución, pero lo cierto es que el portugués no estuvo a la altura que exige un partido de Primera División.

Aprovechó el descanso Pochettino para efectuar dos cambios que empeoraron de forma considerable a su equipo. La entrada de Sergio García y Baena por Álvaro y Coutinho ni dotó al Espanyol de más consistencia atrás, ni de la más mínima inspiración en ataque. El entrenador del Espanyol fue el gran derrotado de este choque.

Las ocasiones del Madrid se multiplicaron, nacieron casi sin querer y si sólo tres acabaron en gol fue por Kiko Casilla, que se lució en la casa en la que se formó.

Un nuevo despiste del Espanyol lo aprovechño Higuaín para volver a abrazarse con el gol. Golpeó de primeras un buen pase de Kaká, que aprovechó un resbalón de Raúl Rodríguez para robarle el balón y empezar a construir ahí el tercer tanto. La pesadilla de Raúl Rodríguez sólo acabó cuando cedió su sitio a Amat, pero no acabaron ahí los problemas del Espanyol, que aún recibió dos nuevos tantos.

El cuarto llevó la firma de Kaká, que aprovechó el desconcierto del Espanyol para lucirse. Sacó partido de un resbalón de Dídac y culminó la jugada con lo que pareció más bien un pase a la red que un tiro a puerta. El encargado de completar la goleada fue Higuaín después de una brillante acción de Kaká por la izquierda, con regate de fantasía a Javi López incluido.

No dio para más el choque, salvo para que el Bernabéu dedicara una nueva ovación a Özil y para que el canterano Morata jugara sus primeros minutos esta temporada con el primer equipo.

Granada, 0 – Valencia, 1

Ninguno de los dos equipos ofreció un gran nivel en los primeros 45 minutos. Los locales no se acercaron a las inmediaciones de Guaita y el Valencia tampoco creó excesivo peligro, aunque le bastó un tiro entre los tres palos para poner el 0-1. Feghouli puso el mejor final posible a un contragolpe tras recortar a Siqueira y aprovechar el fallo de un Julio César que no acertaba a detener el balón.

En la segunda mitad, los rojiblancos salieron con otra actitud. Jaime mandaba un balón al palo en el minuto 47, haciendo que los aficionados se levantaran de sus butacas para volver a animar a su equipo. Abel daba entrada a Uche y Geijo en el terreno de juego en búsqueda del empate pero las ocasiones seguían llegando con cuentagotas.

El Granada dominaba el partido, pero continuaba sin acercarse con excesivo peligro a la portería de Guaita, por lo que el Valencia se encontraba cada vez más cómodo y adelantaba poco a poco sus líneas.

Pasaban los minutos y los andaluces se volcaban al ataque, aunque con más corazón que cabeza, lo que aprovecharon los valencianos para buscar la sentencia al contragolpe, pero el resultado no se movió del 0-1.

De esta forma, el Valencia rompe una racha de seis partidos consecutivos en Liga sin ganar a domicilio y se queda tercero en la tabla clasificatoria.

Athletic, 2 – Real Sociedad, 0

Los de Bielsa abrieron el marcador en una preciosa triangulación en el minuto 24. Susaeta inició la jugada por banda derecha con un pase a Ander Herrera, que una acción de calidad pisaba el balón y cedía para Iraola. En el último toque, el propio Susaeta con un disparo cruzado superaba por bajo al portero donostiarra.

Comenzó entonces un período de dominio absoluto del conjunto bilbaíno. En el minuto 38, el goleador de la tarde pudo incrementar la renta de los ‘leones’ en su segundo disparo consecutivo de falta directa a la portería de Bravo.

Tras una mano de Markel Bergara, el de Eibar disparó directamente a portería; el balón se estrelló en el larguero, botó en el suelo y se fue a córner tras pegar en la espalda del guardameta chileno. Fue una de las últimas acciones de peligro en la primera mitad.

La acción polémica del encuentro se produjo en el segundo minuto de la reanudación; en una jugada embarullada en el área pequeña local, la pelota se coló por completo dentro de la portería de Iraizoz, que la sacó rápidamente sin que Mateu Lahoz pudiese verlo para conceder el tanto.

Entre las protestas de los donostiarras, el Athletic pudo sentenciar a la contra, pero no fue capaz de materializar su ocasión.

Los rojiblancos atravesaban su peor momento y la Real estaba dispuesta a aprovecharlo. Cadamuro fusiló la portería de Iraizoz en el 59 después de una gran jugada por banda, aunque el tanto quedó invalidado después de que el colegiado decretase fuera de juego del argelino.

Sin embargo, cuando peor lo pasaba el cuadro local, Susaeta volvió a sorprender a Bravo en el 75 con un disparo de falta directa por el palo del portero chileno que se coló por la escuadra izquierda. Fue la sentencia para una Real que lo intentó hasta el segundo gol vizcaíno.

ZARAGOZA, 2 – VILLARREAL, 1

El Zaragoza consiguió una ‘remontada express’ en La Rosaleda, donde Luís García y Abraham fueron los autores de los dos goles que permiten soñar con la permanencia al conjunto aragonés. Martinuccio silenciaba el estadio maño con su gol al comienzo del partido y continuó así hasta que el Zaragoza se puso las pilas en los diez últimos minutos del partido. Luis García empataba en el 84, y cuando parecía que iba a haber un reparto de puntos inservible para ambos equipos, apareció Abraham que marcó su primer gol de la temporada, en la última jugada del partido.

Con estos 3 puntos, el equipo de Marcelino se pone a 2 puntos del Sporting, y a 9 de salir de los puestos del descenso.