El titular del juzgado de Instrucción número 2 de San Javier (Murcia) decretó este martes la libertad con cargos para los cinco marroquíes detenidos sólo unas seis horas antes por su presunta implicación en una docena de atracos en estancos y bazares de la Región. El magistrado impone a estos cinco vecinos de Roldán, con edades comprendidas entre los 19 y los 37 años, la obligación de comparecer cada quince días en el juzgado y les retira el pasaporte. No encuentra, sin embargo, los requisitos necesarios -riesgo de fuga, posibilidad de reincidencia…- para ordenar su ingreso en prisión provisional.

Los integrantes del grupo investigado comenzaron su actividad el pasado día 27 de diciembre cuando robaron en un bazar de San Javier y un estanco de Balsicas. Desde ese momento hasta en diez ocasiones más, los detenidos cometieron, supuestamente, robos en Los Martínez del Puerto, Torre Pacheco, La Palma (Cartagena), Roldán, Las Palas, El Mirador, Alhama de Murcia, Cuevas de Reyllo, Pilar de la Horadada y Lobosillo.

El grupo contaba con dos de sus componentes como directores y planificadores de los robos a cometer, empleando para ello el vehículo propiedad de uno de ellos. Una vez seleccionaban su objetivo realizaban pequeños y cortos trayectos hasta el lugar para adoptar las medidas de seguridad necesarias con el fin de no ser vistos y para analizar la rentabilidad del robo, según han informado fuentes de la Benemérita en comunicado de prensa.

El día elegido para actuar se reunían en una vivienda que tenían alquilada y se distribuían material y cometidos, para iniciar la marcha hasta el local elegido, donde unas veces dos en otras ocasiones los cinco, bajaban del vehículo con la cara oculta y exhibiendo armas cortas, posiblemente simuladas, bien exigían a los dependientes el dinero de la caja o directamente se llevaban la caja registradora, que posteriormente, en su ruta de huida arrojaban una vez sacaban el dinero de su interior.

El vehículo de gran cilindrada que empleaban les ha permitido huir a gran velocidad dificultando su identificación. Los botines que obtenían oscilaban entre los 500 y los 1.000 euros, dinero de las cajas registradoras o de las carteras y bolsos de las víctimas.

Según las mismas fuentes, antes de delinquir, manipulaban la numeración de las placas de matrícula del vehículo de manera que en caso de ser detectado el vehículo no se pudiese rastrear el origen del mismo. Además empleaban diferentes bufandas tubulares, y pasamontañas para ocultar su rostro y de esta forma su identificación.

La colaboración ciudadana permitió llegar a la unidad investigadora hasta la localidad de Roldán, donde estaban afincados los cinco detenidos, y tras una ardua y compleja investigación policial de más de un mes se ha procedido a la finalización de la operación, con la entrada y registro de cinco domicilios previa autorización judicial.

Además de dinero de la caja, también sustraían teléfonos móviles y ordenadores que pudieran encontrarse durante la ejecución de los hechos y que portasen las víctimas.

Se trata, añaden las mismas fuentes, de un importante grupo criminal que ha generado una preocupante situación de alarma social entre los comerciantes de los sectores afectados, por la violencia con la que actuaban y los medios que exhibían para culminar sus acciones.