El próximo 25 de febrero Iñaki Urdangarin tendrá que presentarse en el juzgado de Palma como imputado en el caso Palma-Arena, acusado de presuntos delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación, fraude y falsedad documental.

Para preparar la defensa viajó a Barcelona donde solo se ha visto con una de sus hermanas porque sus padres permanecen en la casa familiar de Vitoria, intentando amoldarse a una situación complicada donde el nombre del hijo querido forma parte de un sumario judicial.

Desde que estalló el escándalo y empezaron a publicarse informaciones sobre los desmanes del duque de Palma y su socio, la madre de Urdangarin, Claire Liebaert, ha intentado mantener una imagen de “total normalidad” frente a su marido, enfermo al que le han contado otra versión para justificar las ausencias de Iñaki, de la infanta y de los cuatro nietos, que en Navidad siempre pasaban unos días con ellos.

La situación se complica cada día más para el exjugador del Barcelona y por extensión a su familia, que se ha convertido en un daño colateral.

En Vitoria, los padres de Urdangarin tienen un círculo de amistades y conocidos muy amplio que en estos momentos sirven de apoyo afectivo, sobre todo para la madre, ya que Juan, el patriarca del clan, vive alejado de las noticias que implican a su hijo.
Claire Liebaert está convencida de la inocencia de su hijo y asegura que al duque de Palma le han engañado de mala manera y le han utilizado por ser el marido de la infanta Cristina.

Aunque su forma de ser es de una extrema discreción está muy disgustada por la forma en que la Casa Real, a través de Rafael Spottorno, denominó la conducta de Iñaki como “poco ejemplar”: “¿Pero quién es él para decir eso?”, fue su único comentario fuera de la intimidad del hogar. De hecho Juan Urdangarin, que fue una persona muy próxima a Arzalluz, no se le conocían inclinaciones monárquicas hasta que su hijo se convirtió en duque de Palma y desde ese momento solo quiso que fuera feliz con la hija del Rey de España, al margen de su ideología.

Cuentan en Vitoria que el Rey le regalo un coche con motivo de un aniversario y al poco tiempo lo vendió porque no necesitaba uno de gama alta. Ahora es el único que permanece al margen mientras que Claire mantiene el espíritu familiar unido y trata de suavizar la situación haciendo su vida como hasta ahora. No está previsto que nadie de la familia acompañe a Iñaki el día de su declaración pero todos los hermanos, cuñados y resto de parientes han decidido hacer piña con el imputado Iñaki. Aunque sea virtualmente.