Dos homosexuales a punto de ser ahorcados en Irán.

Rubén Kaplan.- Irónica e hipócritamente, mientras la homosexualidad es reprimida de manera feroz y castigada en los países islámicos de Arabia Saudita, Irán, Mauritania, Sudán y Yemen con la pena de muerte, un artículo escrito por Sharifa Ghanem en Bikyamasr, un portal egipcio en inglés, revela que hombres gays de Kenia son atraídos engañosamente a ciertos países de Medio Oriente con falsas promesas de obtener empleo lucrativo legítimo, y en lugar de ello, terminan por ser sometidos a servidumbre involuntaria y abusados sexualmente por los integrantes de familias árabes ricas.

La pena capital a los homosexuales -llamados por los islamitas qaum Lut, el “pueblo de Lot”- se aplicaba anteriormente en Afganistán bajo la férula del Talibán y en Irak en virtud de un decreto de 2001 de Saddam Hussein. No se conoce fehacientemente la situación jurídica en los Emiratos Árabes Unidos. En muchas naciones musulmanas, como Bahrein, Qatar, Argelia o las Islas Maldivas, la homosexualidad se castiga con pena de cárcel, multas o castigos corporales. En otros países de mayoría musulmana, como Turquía, Jordania, Egipto o Malí, las relaciones sexuales homosexuales no están prohibidas por la ley. Empero, en Egipto homosexuales han sido víctimas de las leyes contra la “moralidad”.

En Arabia Saudita, el castigo por homosexualidad es la ejecución pública, pero el Gobierno puede eventualmente como alternativa aplicar otras medidas punitivas como cárcel y latigazos, a menos que estime que los homosexuales están desafiando a la autoridad del Estado al participar en algún movimiento por los derechos de los homosexuales. Irán es quizás la nación en ejecutar el mayor número de sus ciudadanos y extranjeros por homosexualidad.

Desde la Revolución Islámica en Irán, el Gobierno de los Ayatolá ha ahorcado más de 4000 personas acusadas de actos homosexuales, muchas de ellas menores, pero curiosamente permite las operaciones de cambio de sexo desde 1983, cuando el Ayatolá Jomeini cambió de un día para otro de opinión. Adujo que una mujer encerrada en un cuerpo de hombre se presentó ante él y lo convenció. De impulsar la persecución de transexuales, Irán pasó a ser el único país gobernado por la religión islámica donde cambiar de sexo es una opción no sólo legal, sino subvencionada. En Afganistán tras la caída de los talibanes, la homosexualidad pasó de ser un crimen capital a uno que se castiga con multas y prisión, y una situación similar parece haber ocurrido en Irak.

Organizaciones internacionales de derechos humanos, como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, condenan las leyes que penalizan como un grave delito a las relaciones homosexuales entre adultos. Desde 1994 el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas también ha dictaminado que tales leyes violan el derecho a la intimidad, garantizado en la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional Sobre Derechos Civiles y Políticos. Sin embargo, salvo para países como Turquía que estaban obligadas a cambiar sus leyes si querían ser aceptados como miembro por la Unión Europea, las naciones musulmanas insisten en que esas leyes son necesarias para preservar la virtud y la moralidad islámica. De las naciones con una mayoría de musulmanes, sólo Líbano, antes de la irrupción del grupo terrorista chiíta Hezbollah, había hecho un esfuerzo interno para legalizar la homosexualidad.

El abominable tráfico de personas, como es el caso de gays desde África a países árabes para ser usados como esclavos de toda índole, trascendió precisamente ahora, cuando el Presidente de Estados Unidos Barak Obama ha declarado a enero de 2012 como mes nacional contra la esclavitud y de prevención del tráfico humano. La proclamación presidencial dice: “La trata de seres humanos pone en peligro las vidas de millones de personas alrededor del mundo, y es un crimen que no conoce fronteras. Redes de tráfico operan tanto a nivel nacional y transnacional, y aunque los abusos afectan de forma desproporcionada a las mujeres y las niñas, las víctimas de esta tragedia mundial continua son hombres, mujeres y niños de todas las edades. “En todo el mundo, estamos supervisando el progreso de los gobiernos en la lucha contra el tráfico mientras apoyamos programas encaminados a su erradicación. De esclavitud laboral y deuda forzada a la explotación sexual comercial y la servidumbre doméstica involuntaria, la trata de seres humanos no deja ningún país intacto.

“Con este conocimiento, nos dedicarnos a forjar alianzas internacionales sólidas que fortalezcan los esfuerzos mundiales contra la trata y a hacer frente a los traficantes aquí en casa”

La supremacía islámica, argumentando que la Sharia, la ley coránica, es un modelo de virtud y perfección, es proclive a denostar a Occidente por su inmoralidad de permitir en muchos países la homosexualidad y legalizar el matrimonio de parejas del mismo sexo. No empleando el mismo rasero y con la venal anuencia de varios gobiernos musulmanes, los panegiristas del Corán descaradamente permiten y fomentan la trata de homosexuales y otros esclavos, con el propósito explícito y único de satisfacer la lascivia y los más perversos instintos sexuales. La procedencia de gays de África, la explica penosamente el sustantivo árabe “abd” que significa indistintamente esclavo o negro.

Un nuevo informe publicado por Identidad, una revista gay en Kenia, revela que hombres homosexuales y bisexuales son atraídos de campus universitarios – particularmente de Kenyatta University – con promesas de empleos muy bien remunerados y luego obligados a ser vejados como trabajadores del sexo por parte de hombres en los Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Arabia Saudita. De acuerdo con la revista, debido a la creciente tasa de desempleo de Kenia, los jóvenes son fácilmente inducidos a caer en esta trampa. La publicación entrevistó a una víctima keniata a la que le fue prometida un trabajo en Qatar, pero terminó sufriendo abusos sexuales.

El emirato de Qatar específicamente -vergonzoso sponsor de la casaca del Barcelona- no tiene leyes contra la trata de seres humanos, lo que torna la posibilidad de acabar con la aberrante práctica en una misión casi imposible.

El departamento de Estado de Estados Unidos indicó en un informe reciente que “Qatar es un país de tránsito y destino para hombres y mujeres sometidos a la trata de personas, concretamente a trabajo forzado y, en mucha menor medida, forzados a la prostitución,” Hombres y mujeres de Nepal, India, Pakistán, Bangladesh, Filipinas, Indonesia, Vietnam, Sri Lanka, Etiopía, Sudán, Tailandia, Egipto, Siria, Jordania y China voluntariamente viajan a Qatar para trabajar como obreros y empleados domésticos, pero posteriormente algunos enfrentan condiciones de servidumbre involuntaria. Estas condiciones incluyen amenazas de graves daños físicos o financieros; la retención de salarios; restricciones a la libertad de movimiento, incluyendo la confiscación de pasaportes y documentos de viaje y la retención de permisos de salida; detención arbitraria; amenazas de acciones legales y la deportación; cargos falsos; y abuso físico, mental y sexual.

Por su parte, en los Emiratos Árabes donde ser abiertamente gay es ilegal, la comunidad con esa inclinación sexual ha florecido en los últimos años. Mark, un homosexual canadiense, dijo a Bikyamasr que “la Comunidad ha aumentado considerablemente y las personas están más dispuestas a la aceptación aquí de la comunidad LGBT” (sigla que se usa como término colectivo para referirse a las personas lesbianas, gays bisexuales y transexuales). No obstante dijo que no lo sorprendió el informe que decía que hombres de Kenia estaban siendo utilizados como esclavos sexuales. “Hemos visto un montón de la élite y súper ricos que quieren ser gays, pero eso iría contra sus tradiciones, así que en lugar de ello suelen casarse y luego contratan o alquilan a alguien para hacer este tipo de cosas y que sus deseos reales se concreten”. En lo que constituye una evidencia de la moralina e hipocresía de los Emiratos, Mark concluyó: “es el problema de la sociedad que no se abre al estilo de vida homosexual y lo obliga a permanecer en un segundo plano”.

*Si desea adquirir el libro de Rubén Kaplan “Tras el velo. La mujer en el islam”, contacte a través del correo electrónico: [email protected]