Resulta imposible ponerse en la piel de todos los amantes del fútbol, es evidente. Pero si tuviera que apostar mis bienes, yo diría que el mundo del balón espera expectante este nuevo partido del siglo.

Y es que, los seis clásicos que vivimos estos últimos meses saturaron a todos por igual, hasta el punto de convertir un espectáculo único en el mundo en una ‘peli’ cualquiera de después de comer.

Pero la magia del clásico ha vuelto. Se siente en las calles, en los cafés, en las tertulias improvisadas en las comidas y hasta en las sonrisas nerviosas de la gente. Y es que, este sábado, unos 500 millones de personas se sentarán delante del televisor listos para vivir un nuevo asalto de una batalla que no tiene final.

EL MADRID, FAVORITO

Si hablamos de sensaciones, o de apuestas que es como más terrenal, hay que decir que el Real Madrid llega como favorito al partido. En la encuesta de esta misma página, por ejemplo, un 63% de los ‘copenautas’, que diría Lama, creen que los blancos se llevarán la victoria.

Viendo los números de unos y otros en esta liga, resulta normal el favoritismo blanco. Y es que el FC Barcelona fuera de casa no termina de funcionar esta temporada.

Los de Guardiola han sumado 9 de los 18 puntos en disputa lejos de la seguridad del Camp Nou, con una derrota, tres empates y solo dos victorias. El Madrid en casa, en cambio, es una máquina despiadada. Los blancos cuentan todos sus partidos por victorias en su ‘fortaleza infernal’, con 18 puntos sobre 18 posibles y 28 goles a favor, casi cinco de media por encuentro.

El Madrid no gana sólo en los fríos números, también lo hace en las sensaciones. Los madridistas del mundo están convencidos de que el momento de ganar al Barcelona llegó. Y, sin embargo, la euforia y la ilusión conviven en estas horas con un pequeño sentimiento que hormiguea en la boca del estómago: el del miedo al fracaso.

Tampoco parece algo de lo que tener que avergonzarse, porque el Barcelona se ha ganado con creces ese derecho a ser temido en sus últimas visitas.

Además los culés, sin decirlo abiertamente, parece que se mueven tranquilos luciendo la piel de cordero, una que no llevaron las últimas veces, una desde la que tratarán de tomar este sábado el Bernabéu.

EL MISTERIO DE LOS ONCES

Supongo que para mantener intacta la magia del partido, e incluso para aumentar el hechizo, los dos entrenadores han jugado tanto al despiste, que han terminado por despistarnos a todos. Aunque creo que el hecho de que Mourinho haya delegado en Karanka para la rueda de prensa previa tampoco ha ayudado.

Los grandes misterios en el once blanco son dos: quién será el delantero y si ‘Mou’ tirará o no del manido triple pivote.

En la COPE, nuestros expertos tienen opiniones dispares. Unos creen que será Benzema y otros Higuaín, unos apuestan por el ‘trivote’ y otros no. Así que, como Mourinho, al final va a hacer lo que quiera, que cada uno se quede con lo que más le gustaría y una hora antes del partido saldremos de dudas.

Aunque hay que decir que entre el madridismo se palpa un rechazo al trivote. Después de ver volar a los blancos, después de verles golear y acosar al adversario sin cuartel, al Bernabéu no le gustaría ver a los suyos atrás, aunque es probable que la victoria hiciera perdonar todos los males. Resulta difícil saberlo.

El Barça, por su parte, lleva semanas amenazando con los tres defensas y con la suplencia de Piqué, lo cual, después de todo el lío de la famosa amarilla ante el Rayo, sería por lo menos irónico.

En cuanto a la táctica, Guardiola ya probó en Milán con los tres atrás, y la cosa funcionó, aunque hay quien considera que sería un suicidio contra la voracidad del Madrid en su fortín.

Y luego está el tema de Villa, ese ‘killer’ en plena búsqueda de sí mismo. Quizá Guardiola le reservaba para hoy, quizá ha hecho que acumule hambre para este día. Nadie lo sabe, pero el 7 de España siempre es una amenaza a tener en cuenta.

Señoras y señores, ante ustedes uno de los mayores espectáculos del mundo. El ‘Clásico’ se ha reinventado, ahora sólo queda una cosa: disfrutarlo.