L.G.- El ex comisario provincial del Cuerpo Nacional de Policía de Lugo, e imputado por delitos de prevaricación en la llamada operación Carioca, Maximino Losada (en la imagen), expedientó al policía que desveló a la juez encargada del caso que el máximo responsable policial quería utilizar a los abogados de los sindicatos para que se personaran en el proceso y así “parar lo que estaba por venir”. Que, como luego se demostró, era mucho. Tanto, que implicaba a un buen número de agentes y responsables de las administración socialista.

La operación Campeón, la trama de corrupción empresarial y política que se sigue investigando en la provincia de Lugo y ahora en manos del Tribunal Supremo por la presunta implicación del actual portavoz del Gobierno en funciones, José Blanco, hunde sus raíces en la mencionada operación Carioca.

Un caso, que aún continúa bajo secreto de Sumario, iniciado en 2009 y que produjo el desmantelamientos de una trama de corrupción policial que daba cobertura a una red de prostitución ilegal integrada por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, de la Guardia Civil y donde figuran imputados el ex comisario, Maximino Losada, y el jefe de la comandancia de la Guardia Civil, Gonzalo Borrás, y que contaba con la implicación del ex subdelegado del Gobierno en la provincia, el socialista Jesús Otero.

Pues bien, mientras el juzgado nº 1 de Lugo investigaba la trama, Losada advirtió en marzo de 2010, y según consta en la documentación, “que nos preparásemos para lo que iba a venir y que debíamos preparar a nuestros servicios jurídicos”. Una vez practicadas las primeras detenciones, el comisario intentó utilizar a los sindicatos de Policía para “parar lo que estaba por venir”. La maniobra consistía en que los sindicatos lucenses se personaran en la causa para, una vez dentro, intentar bombardear el proceso judicial, sembrando dudas en las investigaciones.

Días después, el secretario provincial del sindicato policial CEP de Lugo informó a la juez sobre las intenciones del comisario “que podrían revestir extrema gravedad, de suma importancia y que afectarían directamente a la Jefatura de la comisaría de Lugo”.

El caso es que siete días después, el 7 de marzo de 2011, el comisario abrió dos expedientes disciplinarios contra el agente por unos hechos ocurridos días antes. Losada intentó en primera instancia expedientar al sindicalista por “abandono de servicio”, argumentando que se había opuesto “por razones de salud” a realizar un servicio de riesgo en el interior del módulo penitenciario del hospital de Lugo. Posteriormente se archivó el expediente al demostrar el agente una lesión de columna por la que estaba siendo tratado.

El segundo expediente se basó en que el mismo día salió a patrullar sin el equipo portátil de transmisión, sin embargo, fuentes policiales aclararon a este periódico que “en Lugo en las labores de patrulla de seguridad se lleva siempre el equipo fijo del vehículo y que el coordinador de servicio no había asignado equipo portátil ese día”. En el primero, se demostró su inocencia y la maniobra del responsable. El segundo, sigue abierto.