Pedro y Buddy.

El pasado 8 de noviembre, Alerta Digital difundió la noticia de la adquisición por parte del Ministerio de Igualdad de dos pingüinos machos procedentes del zoológico de Toronto (Canadá), que iban a ser separados por los cuidadores del parque. Los responsables del zoológico justificaron su decisión al observar actitudes de cortejo y emparejamiento entre ambos animales, similares a las de un pingüino macho con su hembra.

Pedro y Buddy, nombre de las aves, vivían, comían y dormían juntos sin mostrar ningún interés por las ‘candidatas’ previstas para reproducirse y aumentar la especie, de la que existen muy pocos ejemplares.

La información fue proporcionada por Bill Rapley, director ejecutivo de Conservación y Vida Salvaje en el zoológico y reproducida por Mirror.co.uk, que fue nuestra principal referencia informativa. AD señaló en la misma información que, al tenerse noticias del peculiar hecho, Igualdad destinaría 30.000 euros a la compra de sendas aves para su reubicación en el parque zoológico de Madrid. Se trató de un dato inexacto que, por imperativo ético y respeto a los lectores, tenemos el deber de reconocer.

Lamentablemente, AD firmó una información sin su debida contrastación. Resumimos los hechos no debidamente cotejados: Una de nuestras habituales fuentes de Parques Reunidos nos informó de una reunión llevada a cabo con los responsables del zoo de Toronto, con graves problemas económicos, para su adquisición por parte del citado grupo.

Durante el cruce de información entre ambas partes y en un contexto nada formal, uno de los interlocutores canadienses sugirió la posible compra de los dos populares pingüinos por parte del Gobierno de España, dada su especial sensibilidad con los “derechos sociales” del colectivo homosexual. Lo que fue un intrascendente comentario, en un contexto de distensión, cobró naturaleza oficial al ser recogida por AD, que así mismo estimó los gastos que llevaría aparejado el traslado a España de dos ejemplares exóticos a través de las opiniones de veterinarios y técnicos ambientales, que nos detallaron el protocolo de actuación que se sigue en casos similares.

La realidad sin embargo es otra de signo bien distinta a la reflejada aquí. El intercambio de animales se gestiona de manera interna entre parques zoológicos y sólo intervienen los gobiernos en casos excepcionales. Una de estas excepciones se produjo con ocasión de la llegada a nuestro país de algunos osos pandas procedentes de China. En estos casos, los gobiernos actúan como simples mediadores, sin que sea habitual la aportación de dinero público.

El responsable de parques zoologicos para Europa verificó este extremo. Lamentamos pues que se diera patente de veracidad a una iniciativa que nunca fue planteada por el Ministerio español de Sanidad e Igualdad, como erróneamente se apuntó. Pedimos disculpas a las personas que se han visto afectadas por la noticia, en especial a la ministra del ramo, Leire Pajín Iraola. No seríamos merecedores de la confianza de nuestros lectores, a quienes nos debemos, si no asumiéramos nuestra responsabilidad frente a una discutida actuación profesional que se aleja del rigor y de los criterios deontológicos que deben prevalecer y ser consustanciales a cualquier tarea informativa.