Las lluvias monzónicas dejan 745 muertos al sur de Asia
Al menos 745 personas han muerto como consecuencia de las lluvias torrenciales que desde hace tres meses azotan Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos y Filipinas, según ha informado la Oficina Regional para Asia y Pacífico.
El balance, recogido por la cadena estadounidenses CNN, señala que Tailandia es el país más afectado, con 315 fallecidos, seguido de Camboya, con 247. Las lluvias monzónicas han perjudicado en menor medida a los otros tres países, de los que no hay cifras oficiales. En Tailandia, el temporal ha sumergido un tercio del territorio del país, afectando a 61 provincias. En concreto, las inundaciones han devastado las de Ayutthaya, Pathum Thani y Nakhon Sawan, ubicadas todas en el norte del país.
Las precipitaciones también han causado estragos en Bangkok. De hecho, siete distritos del norte de la capital -Sai Mai, Khlong Sam Wa, Bang Khen, Nong Jok, Min Buri, Lat Krabang y Kan Na Yao- están en alerta, según informa la cadena británica BBC. De manera preventiva, las autoridades capitalinas han solicitado a sus habitantes que se trasladen a las zonas altas y que estén preparados para su evacuación. Además, la Fuerza Aérea ha trasladado algunos aviones al distrito de Sai Mai.
Los monjes budistas se han unido a servicios de emergencia y voluntarios para levantar barricadas en toda la ciudad ante el riesgo de que se produzca un desbordamiento de los múltiples canales que la atraviesan. La atención se centra en el canal Rangist, al que confluyen los demás. “Este punto es crítico. Si el agua supera nuestras barreras inundará el área de Muang Ake”, ha dicho Soradaj Pyakarn, consejero militar, quien ha cifrado en dos millones los sacos de tierra que se necesitarán en los próximos dos días para contener el caudal.
En este contexto, la primera ministra, Yingluck Shinawatra, quien tomó posesión del cargo en agosto con un escaso apoyo político, ha hecho un llamamiento a la calma, al tiempo que ha garantizado que “el Gobierno está haciéndolo lo mejor que puede”, en respuesta a las críticas recibidas por la gestión del desastre. La ‘premier’ ha instado a la población a “dejar a un lado la política” y a colaborar con el Gobierno. “Afrontamos unas de las peores inundaciones de nuestra historia. Necesitamos el apoyo y la cooperación de todos los sectores. No he dejado ni una sola piedra sin mover en esta crisis, pero no puedo resolverla sola”, ha dicho, en una rueda de prensa.