La probabilidad es baja pero no se descarta que de esta mancha de azufre acabe surgiendo una isla volcánica. El nacimiento depende de que se complete todo un proceso de tres fases que ahora mismo está en su primera fase, es decir, lo que hemos podido ver en la superficie de las aguas cercanas a la isla de El Hierro. Se trata de piedras y pompas que están apareciendo por la emisión del vapor de la lava.

Para llegar a ver esa tierra o isla hermana de El Hierro debería seguir creciendo el edificio volcánico submarino. Acto seguido registrarse unas explosiones de color negro en forma de cola de gallo. Si sigue este proceso finalmente podremos ver una isla, aunque no tiene que cumplirse obligatoriamente.

El suceso se puede quedar en el punto en el que está, o lo que es lo mismo, ser simplemente unas erupciones submarinas tal y como ocurrió hace trece años en las azores. Esta posibilidad no agradaría a los vecinos que esperan tener una nueva isla que sirva para dar impulso a la zona.

Los vecinos pueden estar tranquilos puesto que no se esperan daños significativos para la población. Los que si están sufriendo los efectos de las erupciones son las especies submarinas que han aparecido muertas en la superficie.