Recién casada a sus 85 años, la duquesa de Alba no solo prepara su luna de miel en Tailandia, sino que presenta su primera autobiografía. Decidida a hacer historia. Cayetana Fitz-James ha recibido a XL Semanal en el palacio de Dueñas para repasar su vida y no dejar títere con cabeza.

La duquesa se declara a la revista “muy feliz, ¡contentísima!”, aunque reconoce que no siempre ha logrado lo que ha querido. “Me hubiera gustado tener otra hija -revela- y no lo conseguí. Y lo intenté mucho. Yo he tenido once embarazos y seis hijos; la que se murió al nacer era una niña”. También desvela que estuvo embarazada de Jesús Aguirre, “pero no se supo si hubiera sido una niña, era muy prematuro. Lo perdí montando a caballo en el campo”.

Sobre su primer marido, Luis Martínez de Irujo, confiesa que le convenció para dejar la carrera de ingeniero con el argumento de que si iba a ser duque de Alba, no la iba a necesitar. “Ahora me imagino que me matarían por decir una frase así -bromea- pero añade que “Luis llegó muy lejos a pesar de dejar la carrera a medias; fue académico y presidente de muchas cosas”.

A sus hijos no les recomendó, sin embargo, hacer lo mismo, “aunque, al final, -explica- los que no hicieron carrera son los más listos y los que han llegado más lejos. Jacobo ha tenido dos editoriales de primera clase, con muchos premios. Cayetano ha sido olímpico. Y Eugenia gana muchísimo, es muy creativa, sabe hacer lámparas… y la necesitan para cada tienda que abren. Y estos tres son los que no han hecho carrera y los que han sido victoriosos en la vida. Así que no es necesario estudiar tanto para triunfar. Churchill no hizo una carrera y ha sido el estadista más importante del mundo”, afirma rotunda.

Cayetana, que se considera a sí misma una mujer original y especial, que no ha sido guapa pero sí atractiva, reconoce que nunca le han faltado los pretendientes, hasta el punto de que sus amigas la apodaron ‘La bombilla’ por la cantidad de moscones que tenía alrededor. Pero del mismo modo, asegura que ha tenido amores, pero no amantes. “Yo soy muy católica, y no concibo una historia de amor sin casarme -insiste-. No creo en el divorcio, es malo para los niños”.

Respecto a su historia de amor con Alfonso Díez, desvela que “el se enamoró primero y yo después”, y que “es un señor muy culto, que entiende mucho de arte, inspira mucho amor y cariño, y es leal, lealtísimo”. La duquesa cree que sus maridos le han sido fieles, del mismo modo que ella con ellos, y tiene claro que lo que “nunca perdonaría a mi marido es la deslealtad”.