El día de la infamia se traslada al desfile militar del 12 de octubre: Habla, pueblo, habla
Redacción/I.M.- Incompetente, cobarde, traidor y embustero hasta el último minuto; pues hasta en lo del cambio de recorrido del tradicional desfile militar del 12 de octubre nos ha mentido, como en todo lo demás. Dice la ministra Chacón que es para lograr una mayor afluencia de espectadores en el desfile. ¿Desde cuándo le ha importado a este Gobierno de perillanes y granujas la comunión entre el pueblo y sus fuerzas armadas?
Lo malo no es que el Gobierno utilice a la institución castrense para esconder el clamor del pueblo contra un presidente tan innoble como Zapatero, sino el silencio de los altos mandos militares, empezando por el funcionario-camarada Rodríguez, jefe de la JUJEM, aunque confiemos que ya por poco tiempo.
Sería como pedirle peras al olmo si pretendiésemos que el señor Rodríguez se plante ante la ministra para decirle que el ejército no puede ser utilizado para ocultarle las vergüenzas a un canalla como el otro Rodríguez; que en su generoso sueldo y en su aún más generosa pensión vitalicia debería residir la exigencia moral de aguantar como un hombre la bronca de sus electores. Y que no hay razón de peso para modificar el trayecto del desfile salvo que se pretenda blindar al Gobierno de las protestas ciudadanas, como suele ocurrir en las repúblicas cocoteras. Pero no. Hace tiempo que renunciamos a la pretensión de que el señor Rodríguez se conduzca militarmente con el sentido del honor y el fervor patriótico de generales como aquel Atarés que, en un solemne acto castrense, llamó “traidor” y “masón” al entonces ministro de Defensa, el señor Gutiérrez Mellado, otro que tal.
El señor Rodríguez calla y traga una vez más. Está en su derecho. El Gobierno modifica el itinerario del desfile. Lo está igualmente. Y el pueblo soberano está también en el suyo para que el día 12 de octubre exteriorice su justificada rabia contra esta casta que, además de convertir España en un el mayor basurero de Europa, no repara en gastos para alejarla de sus oídos.
UN LARGO PROCESO: DE GUTIÉRREZ MELLADO A LA ANTIESPAÑOLA CHACÓN
La sumisión claudicante del señor Rodríguez, el de la JUJEM, es sin embargo la consecuencia lógica de un largo proceso para la aniquilación de los valores que eran consustanciales a nuestros uniformados. Este proceso de desintegración moral de la Fuerzas Armadas lo inició Gutiérrez Mellado, movido por resentimientos propios y acuciado por la exigencia partitocrática de erradicar cualesquiera afecciones franquistas en los cuadros de mando. Los continuos atentados de ETA, de los que eran objetivo preferente militares y guardias civiles, que también lo son todavía, hacían temer una perturbadora reacción castrense. Se puso entonces en práctica un peculiar remedo de la lejana “Ley Azaña”, encaminado a eliminar de los cuadros de mando a los considerados de dudoso “espíritu democrático” y sustituirlos por afines y predispuestos a la obediencia. Un mecanismo que se extremó tras la acción institucional del 23 de febrero de 1981, merced a la cual se lograron tres de los objetivos perseguidos por sus escondidos promotores: depuración y asfixia militar; acceso al poder del partido socialista y consolidación del monarca como salvador de la democracia. Se olvidó que las Fuerzas Armadas, fieles al mandato contenido en el testamento político de Franco, fueron las garantes de la transición hacia el sistema parlamentario de partidos promovido por la Cortes franquistas mediante la Ley de Reforma Política y asumida por la extensa y nueva clase media que creo el régimen constitucionalmente subvertido.
No es el momento de explayar un relato minucioso de lo acontecido a partir de entonces. Si acaso, señalar que bajo los gobiernos de González se siguió el camino iniciado por Gutiérrez Mellado de depuración subrepticia de los cuadros de mando, al tiempo que desde el gobierno se amparaban y excitaban los movimientos de objeción de conciencia al cumplimiento del servicio militar y de otros mecanismos antimilitaristas, paso previo a la inexorabilidad de derogación del servicio militar obligatorio y de creación de unas Fuerzas Armadas profesionales, o mercenarias, difícilmente sostenibles en forma acorde con las necesidades objetivas de la defensa nacional a causa de las limitaciones de nuestra economía. El objetivo fue satisfecho bajo el gobierno de Aznar. Queda en el aire la pregunta de si, a tenor de la herencia recibida, no le restaba otra alternativa y de si pudo evitarlo de habérselo propuesto.
El acceso al poder de Rodríguez, mediante un criminal “accidente”, sin duda calculado en sus efectos políticos por quienes lo diseñaron en la sombra, aceleró hasta el paroxismo el proceso que he descrito. Lo emprendió Bono desde el ministerio de Defensa con su habitual doblez y ha alcanzado cotas esperpénticas con el nombramiento de Carmen Chacón para ese departamento crucial. Además de la sumisión de Rodríguez as los dictados disolventes de la Secretaría General de las Naciones Unidas y del Nuevo Orden Mundial, no puede desconocerse el empeño rodriguezco en romper la unidad de España a través de un cenagosos confederalismo que vulnera frontalmente el concepto unitario de España definido por la Constitución y cuya defensa a ultranza atribuye a las Fuerzas Armadas el Art. 8º.
El nombramiento de Carmen Chacón para sustituir a Bono no respondió al cumplimiento de la monserga de paridad en el gobierno entre el número de varones y de hembras, sino a la estrategia disolvente de convertir en “naciones” a las taifas secesionistas. Si algo distingue a Carmen Chacón es su pertenencia a un expeditivo nacionalismo catatalanista, adobado con un enfermizo resentimiento hacia España y sus Fuerzas Armadas, amén de su anclaje en un mostrenco feminismo y en un gaseoso pacifismo a ultranza. Son anecdóticos, aunque significativos, su reluctancia a usar el preceptivo “¡Viva España! en las visitas mediáticas a unidades desplegadas en el extranjero u otro tipo de revanchismo antiespañoles. Lo que importan son las decisiones que afectan a un efectivo diseño estratégico de la defensa nacional. Lo confirman unos mínimos datos sobre las medidas adoptadas durante sus pocos meses de mandato.
* Los efectivos militares en Vascongadas, ya perniciosamente disminuidos en tiempos de Bono, se han reducido hasta el extremo de convertirlos en presencia simbólica y carente de una mínima capacidad operativa. Y a despecho de que, tal y como la concibió Garicoechea, la policía autónoma vascongada responde a criterios de ejército profesional “gudari”. Se ha debilitado al propio tiempo el despliegue de unidades operativas y logísticas en el entorno de Vascongadas. Decisión nada casual que condiciona una pronta y eficaz respuesta en caso, nada improbable, de subversión separatista. También ha proseguido silenciosamente el debilitamiento del despliegue militar en Cataluña.
* Persiste la supresión de regimientos de arraigada tradición histórica bajo el pretexto de una reordenación y modernización del diseño estratégico de defensa.
* También hemos asistido al desmantelamiento de unidades de la Legión de gran solera, a despecho de que se trata de unidades de reconocida capacidad operativa, una de cuyas misiones prioritarias era la defensa de Ceuta y Melilla.
* La calculada inclinación a desfondar la estructura institucional de las Fuerzas Armadas ha alcanzado también a la Infantería de Marina, innovación española que data de 1537 y que todos los ejércitos modernos, y no sólo el norteamericano, han reproducido y potencian año tras año. Carmen Chacón la ha rebajado de Fuerza con entidad propia en el ámbito de la Marina de Guerra, a Cuerpo deshuesado y manipulable. Pierde así la Infantería de Marina “su carácter orgánico dentro de la Armada y queda desprovista de su entidad institucional”.
* La Academia General Militar, ya destripada en buena medida por Bono, trata de convertirla Carmen Chacón en una suerte de escuela de ingenieros militarizada. Y al frente de la Escuela Naval de la Armada tiene decidido colocar a un civil.
* La dotación en armamento de nuestros Ejércitos es casi tercermundista. El presupuesto de mantenimiento de la aviación militar, por ejemplo, condiciona brutalmente su operatividad y el entrenamiento de sus efectivos de vuelo y tierra. Lo absorbe en gran proporción el de la flota destinada al transporte de los miembros de la Casa Real, del presidente del gobierno, de sus ministros, de otros políticos de pacotilla y del nutrido acompañamiento de adláteres y tropa mediática. Condicionamiento que también afecta a la Marina de Guerra. Si se envían unidades a un escenario de conflicto más o menos alejado, apenas si hay disponibilidad económica para que se haban a la mar otras unidades.
* Se ha politizado al máximo la selección de los altos mandos militares e incluso de escalas inferiores al generalato. Priman para los ascensos la docilidad, las primas económicas, la afección ideológica y también la pertenencia a la masonería. No ha sido casual en este aspecto la iniciativa de equiparación generalizada entre oficialidad procedente de la escala de suboficiales y la oficialidad de carrera.
* El pacifismo de vodevil iluminista que hizo decir al pastelero Bono de nuestros soldados que prefieren morir a matar, lo ha institucionalizo Rodríguez mediante la degradación de la fuerza militar a ONGs uniformadas, en vez de en unidades de combate preparadas para vencer al enemigos y subsidiariamente para proteger a las ONGs civiles en el cumplimiento de misiones de paz y ayuda humanitaria que le son específicas.
* Pese a la escasez de fuertes unidades operativas, se mantiene el despropósito de sustraer a las Fuerzas Armadas los 4.000 efectivos humanos de la Unión Militar de Emergencia, en realidad una guardias pretoriana para Rodríguez y su gobierno. Y cuya capacidad para intervenir frente a situaciones de catástrofes localizadas se ve condicionada por el consentimiento que para su actuación otorguen las Administraciones taifales afectadas.
ACUSADORAS PLUMAS BLANCAS PARA LOS ALTOS MANDOS QUE BAILAN EL AGUA AL GOBIERNO
Asistimos, en definitiva, al desguace sistemático de nuestra capacidad militar de reacción frente cualquier tipo de insurgencias interiores o de agresiones exteriores.
Una conspiración desmanteladota de las Fuerzas Armadas que, repito, forma parte de la encaminada a destruir la unidad de España. Rodríguez, que se declaró “rojo” sin que nadie se lo pidiera y alardeó de que el concepto de nación es “discutido y discutible”, no se apea del burro aunque ocasionalmente trate de disimularlo mediante declamaciones o decisiones coyunturales carentes de efectos prácticos. La mentira y el engaño son componentes inseparables de una enfermiza irracionalidad.
El malestar comienza a bullir y a manifestarse de nuevo en las escalas militares de mando directo sobre la tropa. No circulan todavía manifiestos como los que menudearon en tiempos de Gutiérrez Mellado. Pero emergen otro tipo de protestas al amparo de la informática y de las posibilidades que ofrece Internet. Los altos mandos que hacen servilmente el juego a la política disgregadora del gobierno están recibiendo mensajes consistentes en el dibujo de una pluma blanca. Su fuente de inspiración, obvio es recordarlo, reside en aquella lejana versión cinematográfica de “Las cuatro plumas”, cada una de las cuales, remitida por tres de los compañeros de regimiento que Harry dejó y por la novia que le abandona, contiene una acusación simbólica de cobardía. Harry reaccionó ante la afrenta y marchó a Sudán para rescatar a los antiguos compañeros y a sus soldados cercados en Jartún
La cuestión que propone este envío simbólico de plumas blancas a los altos mandos militares de nuestras Fuerzas Armadas es si contribuirán, como sucedió con Harry, a que reaccionen, redescubran las exigencias del cuadro castrense de valores y cumplan con su deber que no es el de sumisión complaciente a los caprichos devastadores del poder político. Los más dudan de esa eventual recapacitación.
Este Rodríguez es un sumiso, pero esta sumisión viene de lejos. Hace años, al anterior JEME le enviamos una pluma blanca (era de paloma y no de gallina, pero él no lo sabía) por su actitud cobarde y sumisa ante la felonía de la “memoria Histórica”. Se tragó la pluma, la sumisión continuó y no hubo respuesta, porque la enviamos con nombre, apellidos, grado dirección postal. Después llegó el señor Rodríguez…., y en esa estamos.
B de L-
¿Qué se puede esperar de un grosero, mal educado y mentiroso contumaz? Ahora le está poniendo el culo a Obama, y con Bush, sentadito y mirando a otro lado al paso de la Bandera de los EE.UU. Y si su amigote y otro mentiroso RuGALcaba, tiene la solución a todos los problemas de España, según nos cuenta en su campaña, ¿porqué no se lo cuenta al oido, y lo pone en práctica? Y ¿porqué no lo puso en práctica durante estos 8 malditos años que hemos sufrido? O es que se le ha aparecido la Virgen ahora, en estos ultimos… Leer más »
Dignidad y Honor son dos palabras desconocidas para Juilio “el rojo” (al que Vds. llaman Rodriguez) y para el JEME de la guardia pretoriana de zETApé.
… y la infamia es tener una nazi catalanera de Ministra de Defensa de Ex-paña. ¡No se puede caer más bajo! Rodriguez Zapatero ha sido nocivo para nuestra Patria y éstos truanes no se han dignado ni a decir “esta boca es mia”.
Estoy seguro de que dentro de nuestros ejércitos hay mucha gente que no comulga con la situación actual y que de estos renacerá una puesta al día que volverá a fortalecerlos, que es lo mismo que fotalecer a nuestra sociedad y en definitiva, a nuestra PATRIA, ESPAÑA