En la rueda de prensa previa al partido de Liga de Campeones frente al Bate Borisov, a Pep Guardiola le han preguntado tanto (o casi más) sobre las posibles reacciones en la Junta Directiva, después de haber mostrado su apoyo al ex presidente Joan Laporta, que sobre el partido de este miércoles.

Así, Guardiola quiso aclarar lo que dijo el pasado fin de semana: “Soy consciente de lo que digo y lo que puede llegar a pasar. No hablé de Rosell y Laporta, hablé de ocho familias que estan sufriendo una situación provocada por 15 días de gestión. También sé de la buena voluntad de este club por que todo siga con normalidad”.

Al querer matizar si ha hablado al respecto con el actual presidente, Sandro Rosell, entiende que puedan estar un poco molestos: “Yo nunca he dudado de la responsabilidad de esta junta directiva. Si están molestos, no era mi intención. Conozco la anterior y conozco ésta, y se parecen mucho más de lo que piensan. A veces pienso que las dos juntas son las dos caras de la misma moneda”.

De cualquier manera, en ningún momento no ha querido dudar de la buena fe de ninguna de las dos directivas, y especifica con su relación con Rosell: “Me llevo con él de la mejor manera posible”.

Al margen, en lo deportivo, ha dado buena cuenta de la trascendencia del partido frente al Bate Borisov: “Ganando damos un paso muy importante y no ganando tendremos que ir casi seguro a la última jornada para clasificarnos, es un partido vital para nosotros”.

Y es que, después del empate frente al Milán, Guardiola no quiere más sorpresas: “Tendremos que atacar ordenadamente para que en las posibles pérdidas que tengamos la estructura defensiva esté ordenada para evitar el contraataque. Habrá que intentar saber donde están los espacios, tener paciencia, y mañana es un partido donde si tenemos un susto y no van bien las cosas, hasta el final tendremos que sufrirlo”.