Más de cuatro millones de parados. Un millón de familias con todos sus miembros buscando el tan anhelado trabajo. Empleados que apenas llegan a fin de mes con sueldos que llevan meses recortándose. Reducciones salariales para los funcionarios. Continuas reclamaciones para que las comunidades autónomas reduzcan sus gastos.

Mensajes de advertencia desde Bruselas alertando del problema de la deuda de los países periféricos y su posible contagio a economías aparentemente más robustas. Nuevos ajustes para cumplir con los objetivos de déficit. Es el triste panorama que arroja la crisis económica que desde hace tres años sacude el mundo y, especialmente, algunos países. Los españoles se han acostumbrado a apretarse el cinturón. Pero siempre hay excepciones.

En el BOE del 2 de agosto de 2011, en el apartado V de anuncios, se da cuenta de la convocatoria de un procedimiento abierto para el suministro y distribución domiciliaria de los lotes de navidad para empleados y cargos de confianza por parte de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, Real Casa de la Moneda. En él se precisa que el objeto del contrato es el suministro y distribución de 1.825 lotes navideños para empleados para los años 2011 y 2012. El valor estimado de dicho contrato, y ahí está la cuestión, es de 638.750 euros. Como fecha límite para la presentación de las ofertas se establecen las 13 horas del 26 de septiembre, es decir, el próximo lunes.

Lógico es pensar que tan suculento bocado atraerá el interés de numerosos postores. Los receptores de los lotes estarán encantados con el generoso presupuesto destinado para agasajarles. Otra cosa es lo que pensarán aquellos a quienes tantos sacrificios se piden desde los organismos públicos, los trabajadores cuyas cestas este año pesarán mucho menos porque sus empresas necesitan sacar dinero de debajo de las piedras para mantener activa la cadena de producción y, por supuesto, quienes no verán cesta alguna porque hace tiempo que pasaron a engrosar las cada vez más temidas listas del paro. Claro que a estas alturas ya deben estar curados de espanto.