Jesús España se proclama campeón nacional de 5.000 tras batir a Sergio Sánchez
Jesús España nunca ha sido un atleta de extremos muy distantes. El madrileño sigue su hoja de ruta sin prestar demasiada atención al alboroto que resuene en el atletismo. Esta temporada había fijado tres objetivos. Los dos primeros los tiene ya en el bolsillo. El tercero se verá muy lejos de aquí, en Daegu (Corea del Sur), del 27 al 4 de septiembre.
El excampeón de Europa de 5.000 atrapó su octavo título nacional en Málaga, donde refrendó su jerarquía ante el rebelde Sergio Sánchez. El leonés, con quien no se enfrentó en Mónaco por el miedo a volar de éste, dio un fuerte tirón a falta de tres vueltas y cogió unos metros. Pero ni en esos momentos tensos, donde se juegan los títulos, las medallas, Jesús España se azora. Cogió su calculadora mental y antes de volver a pasar por la meta ya lo había atrapado.
España zanjó el debate con una aceleración en la última vuelta que no dio opción a Sergio Sánchez, que aceptó la derrota: “No puedo estar descontento, me ha ganado el favorito. Yo he tirado para despejar las dudas del podio y de las plazas para el Mundial”.
Más relajado, como siempre, Jesús España paladeaba un octavo título que dice mucho de su regularidad. “Me hace mucha ilusión alcanzar esta cifra. No me he puesto nervioso con el ataque de Sergio. De hecho pensaba que lo iba a hacer antes”. Con el oro en el cuello y su marca personal recién renovada (13:04.73) en aquel mitin de Mónaco, solo queda un reto, el Mundial. Y ahí tampoco se deja intimidar: “Voy a llegar al cien por cien y estoy convencido de que puedo mejorar mi séptimo puesto en una final mundialista”.