Familiares y amigos de Rosa Benito la mantearon al conocer que era la ganadora.

Hace días que las finalistas de ‘Supervivientes’ apagaron el fuego que tantos quebraderos de cabeza les trajo en la isla, aunque sus rescoldos parecen aún muy presentes. La victoria de Rosa Benito con un 68% del ‘televoto’ -como le gusta decir a Jorge Javier Vázquez- se ha visto empañada por las malas lenguas que, más que a sus aptitudes como náufraga, apuntan como responsable del triunfo a una campaña orquestada por Telecinco.

«Rosa, aunque seas colaboradora de ‘Sálvame’, para mí eres una concursante más», le advertía hace unos meses Jorge Javier. Pero no todo el mundo está tan convencido de que trabajar en la cadena no le haya proporcionado cierta ventaja en el concurso.
Su posible crisis de matrimonio, la estrecha relación que mantuvo con José Manuel Montalvo y la incertidumbre de si se le comunicaría o no la situación de su cuñado Ortega Cano han marcado su paso por la isla. Esos acontecimientos han propiciado que Rosa esté en boca de todos y que haya sido la concursante con más minutos de televisión. Gran parte de ellos se los llevó el fogoso reencuentro con su marido, Amador Mohedano, cuando ya se hablaba de divorcio. Él es el único familiar que ha tenido el privilegio de volar a Honduras para una fugaz visita.

De esos favoritismos se hablaba en la isla desde hacía tiempo. Concursantes como Jeyko sospechaban que algunos ‘supervivientes’ bailaban el agua a Benito, sabedores de que fuera, tras el abandono de Kiko Rivera, era una de las favoritas gracias a su posición en ‘Sálvame’. Y esa idea se reforzó el jueves, cuando su máxima rival, Sonia Monroy, cayó ante Rosi Arcas -la anónima por la que nadie apostaba- después de haber sido salvada hasta en ocho ocasiones por el público.

El momento de la expulsión constata que el resultado no era el esperado por nadie. Sonia cayó al suelo, por la impotencia, y a Rosi le desapareció el moreno al instante. Blanca se quedó al saber que era la elegida para seguir compitiendo por el premio. Sonia había entrado al concurso con su fama por los suelos, pero se había ganado a base de ilusión y esfuerzo ser la gran rival de Rosa. Todo lo perdió en su última semana en Honduras: sus rabietas por el reparto de la comida se repetían de programa en programa y Aída Nízar la defendía. No fue el mejor apoyo. Ya se sabe que los amigos de mis enemigos… A la par, la defensa a Rosa continuaba en ‘Sálvame’.

Una de sus máximas partidarias ha sido Belén Esteban. Y no es para menos. La situación recuerda mucho a la vivida cuando ‘la de San Blas’ ganó ‘Más que baile’. Por entonces también hubo voces que tacharon la victoria de tongo, ya que en su paso por el programa no deslumbraron sus dotes artísticas.

Otra que ha querido ayudar a su compañera de programa fue Raquel Bollo, que sacó a relucir trapos sucios de la familia de Monroy y que al final no resultaron estar tan sucios. Las acusaciones se airearon en ‘prime time’. La rectificación, a las dos de la madrugada.

Telecinco, la gran ganadora

Según algunas páginas web y foros, es Telecinco la mayor interesada en la victoria de Benito. No por el cariño que profesan a su trabajadora, sino porque la crisis o no crisis con Amador y su reacción ante el accidente de Ortega Cano van a llenar muchos minutos de pantalla.

Y no es de extrañar que Telecinco esté tan pendiente de las polémicas que desencadena ‘Supervivientes’, porque el jueves la gran ganadora fue la cadena. Casi cuatro millones y medio de espectadores se tragaron las cinco horas de programa. Un 40% de ‘share’. Y ahí no queda la cosa. Siete de cada diez personas que estaban ante la televisión a las 2.30 de la madrugada veían a Rosa coger el cheque de 200.000 euros que la coronaba como ganadora.