Cesc Fábregas quiere jugar en el Barcelona. Y está dando muchas pruebas de ello. Ya lo hizo el pasado año cuando dijo públicamente que quería irse al club azulgrana y luego no tuvo el correspondiente respaldo del club a la hora de realizar el esfuerzo equivalente para ficharle.

Otra prueba la ha dado este verano rechazando muchísimo dinero por jugar en el Camp Nou. En primer lugar porque si se va del Arsenal dejaría de ingresar un bonus de 2 millones de euros que tiene pactado desde el pasado año cuando renovó su anterior contrato.

Además, llegaría al Barcelona perdiendo un millón de euros en el fijo anual. En estos momentos, Cesc gana 7 millones de euros por temporada en el Arsenal. Si llegase al Barcelona, su ficha anual sería de 6 millones. Esta cantidad está reflejada en el contrato que firmó el jugador con Laporta el pasado verano y que se haría efectivo si se cierra la operación.

Está claro que el deseo de Cesc por venir es enorme. Desde luego, es mucho más grande que su deseo de ganar dinero. Porque si fuera por eso, la próxima campaña no jugaría ni en el Arsenal ni en el Barcelona.

Hace unas semanas, Cesc recibió una oferta mareante del Manchester City. El equipo de Mancini estaba dispuesto a pagarle 12 millones brutos al año. Una cantidad que doblaba la oferta azulgrana. Pero Cesc no quiso. No quiso porque quiere jugar en el Barcelona, pero también porque eso habría sido una traición al Arsenal. Wenger aceptó la salida de su capitán siempre que su destino estuviera lejos de las islas. Y, además, Cesc no querría por nada del mundo quedar como un traidor ante la afición de los gunners.

Wenger pidió el martes un nuevo gesto de Cesc. Que dijera públicamente que no era feliz en el Arsenal y así le dejaría ir. Pero el jugador, hoy por hoy, no está por la labor de dar ese paso. Cesc no olvida lo que pasó el pasado año cuando se comprometió públicamente con el Barcelona y después vino el tímido intento del club por ficharle. Apenas una llamada a los dirigentes del Arsenal en la que se les dijo que tenían poco dinero y que Cesc no era prioritario. La solución es seguir negociando.