Ruben Kaplan/Especial para AD.- Las reiteradas denuncias que desde hace tiempo se vienen realizando acerca de la penetración de Irán en Sudamérica, cobraron mayor credibilidad y fuerza, cuando el Jefe del Comando Sur del Pentágono, el General de la Fuerza Aérea de EE.UU. Douglas Fraser, ratificó que Irán y su apéndice, el grupo terrorista Hezbollah, continúan expandiendo su influencia y presencia en América del Sur.

Esta no es la primera ocasión en que el Pentágono alerta sobre la peligrosa intromisión del país persa en la citada región. En abril de 2010, un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos- cuya sede es el edificio Pentágono- presentado al Congreso de Estados Unidos, decía que la República Islámica de Irán, estaba incrementando sus operativos paramilitares Quds en Venezuela mientras, secretamente, continuaba el suministro de armas y explosivos a los talibanes y otros insurgentes en Afganistán e Irak. El reporte sobre el poderío bélico iraní proveía nuevos detalles sobre el grupo conocido formalmente como el Cuerpo de Guardia Revolucionaria Islámica-Fuerza Quds (Guardianes de la Revolución), las tropas de choque islamistas desplegadas en todo el mundo para promover los intereses iraníes. La unidad está alineada con los terroristas en Irak, Afganistán, Israel, África del Norte y América Latina.

El informe del Departamento de Defensa de los EE.UU. destacaba los vínculos entre Irán y el gobierno antinorteamericano del presidente de Venezuela Hugo Chávez, a quien acusaba de respaldar a los terroristas marxistas de las FARC en Colombia.

Los terroristas apoyados por Irán han llevado hasta el momento pocos ataques en la región. Sin embargo, oficiales de inteligencia de EEUU afirman que los operativos Quds están desarrollando redes de terroristas en la zona, quienes podrían ser eventualmente convocados para atacar intereses norteamericanos en el caso que se suscitara un conflicto por el programa nuclear iraní. El apoyo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica para los extremistas, que incluye la provisión de armas, financiación y entrenamiento de los paramilitares, no está constreñido a la filosofía islamista. El informe consignaba que muchos de los grupos que sostiene el país persa, no comparten su ideología, y en algunos casos son abiertamente opuestos a los principios de la revolución iraní, pero Irán los respalda porque comparten intereses o enemigos comunes.

Está comprobado que el grupo terrorista chiíta Hezbollah, junto a La Guardia Revolucionaria de Irán, han designado a Caracas como base de sus operaciones para expandir la Jihad en Sudamérica. Hugo Chávez invitó a “misioneros” chiítas para convertir a los Guajiros y otros indígenas de la Amazona venezolana, al Islam. La tribu Wayuu ha devenido musulmana, sus mujeres se ponen el velo, mientras que los hombres se adiestran en el uso de fusiles Kalashnikov. También se hacen fotografiar con cinturones cargados de explosivos, emulando a los fanáticos suicidas, para regocijo de Ahmadinejad y otros grupos terroristas del Medio Oriente. Irán, que también subvenciona con millones de dólares mensuales al Hamas aprovecha la distracción de Occidente para proseguir con su indeclinable intención de obtener armamento nuclear.

El Pentágono en 2010 vinculaba a los Guardianes de la Revolución, la Fuerza Quds, con algunos de los peores ataques terroristas de los últimos 30 años: el bombardeo de la Embajada de EE.UU. en Beirut en 1983, el atentado de la AMIA, un centro judío en Argentina en 1994, el bombardeo de las Torres Khobar, 1996 en Arabia Saudita y muchos ataques de los insurgentes en Irak desde 2003. En el año 2007 la intensificación de los vínculos entre Irán y Venezuela condujo al inicio de vuelos semanales de Irán Air que conecta Caracas a Teherán, con escala en Damasco. Ese mismo año, según el Departamento de Estado de USA, en su evaluación anual del terrorismo mundial, los controles inmigratorios venezolanos son descuidados con la entrada de personas a su territorio procedentes de Irán y en muchas ocasiones no ingresan a su base de datos los nombres de los pasajeros ni sellan sus pasaportes.

No obstante el lapidario informe, el Congreso de EE.UU. no le dio al mismo la entidad que merecía, al igual que a un documento anterior de 2007 provisto por el General del Cuerpo de Marines, Peter Pace, en el que éste le decía al Comité de Servicios Armados, que grupos radicales islámicos, concretamente Hezbollah y Al Qaeda, estaban activos en América del Sur, reclutando y entrenando terroristas.

El nuevo informe al Congreso de EE.UU. del general Douglas Fraser agrega, a los presentados anteriormente, que Irán agresivamente ha ampliado su red de embajadas en la región, así como la construcción de numerosos centros culturales y mezquitas en más de quince países de América Latina pauperizados, con el propósito de ser utilizados para reclutamiento de organizaciones terroristas. El General Fraser advirtió que estos esfuerzos se han acelerado en virtud de la estrecha relación entre el Presidente Hugo Chávez-recientemente operado de cáncer en Cuba- y su par iraní Mahmoud Ahmadinejad, con quien el dictador venezolano se reunió al menos en nueve oportunidades en los 12 años que lleva en el gobierno. “Hay vuelos entre Irán y Venezuela semanalmente, y no son necesarias visas para la entrada en Venezuela o Bolivia o Nicaragua. Así que no tenemos mucha visibilidad para conocer quién está de visita y quién no, y es realmente donde veo las preocupaciones,”dijo Fraser, quien también consignó que la inteligencia militar estadounidense confirmó que Irán ha albergado a jefes de estado de tres países: Bolivia, Guyana y Venezuela. En una rara omisión, la inteligencia militar olvidó que también los presidentes de Brasil, Nicaragua y Ecuador estuvieron en la República Islámica de Irán para afianzar los vínculos con el régimen teocrático. Párrafo aparte merece la reciente y deplorable visita realizada a Bolivia del ex comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, Ahmad Vahidi, Ministro de Defensa de Irán buscado por la INTERPOL por su participación en la planificación y dirección del abominable ataque terrorista del 18 de julio de 1994 contra la Asociación Mutual Argentina Israelita (AMIA) en Buenos Aires, que causó la muerte de 85 personas y dejó heridas a 240, en su mayoría argentinos.

Otra preocupación del general Fraser es el Hezbollah, quien siguiendo órdenes de Irán está desarrollando una peligrosa presencia en América Latina. Además de recaudar fondos y reclutar en la región, el grupo terrorista se ha vinculado con los narcotraficantes mexicanos. Cabe recordar que desde hace varios años se viene produciendo la captura y detención de numerosos ciudadanos musulmanes de países de Medio Oriente y África, quienes mezclados con inmigrantes ilegales, ingresan subrepticiamente en territorio norteamericano desde las dos mil millas de fronteras de California, Arizona, Nuevo México y Texas, que comparte EE.UU. con México.

En esta ocasión, el cúmulo de evidencias presentadas por el general Douglas Fraser al Congreso de EE.UU., favoreció que la Comisión del Senado en el Subcomité de Seguridad Nacional de Contraterrorismo e Inteligencia, celebre hoy una audiencia titulada: “Hezbollah en América Latina- Consecuencias para la seguridad nacional de Estados Unidos”.