La magistrada Mercedes Alaya dictó un auto que relevaba del trabajo de investigación de los ERE a la Policía Judicial, a la que pedía que entregase toda la documentación sobre el caso, y se lo encomendaba a la Guardia Civil. El País habla de “enorme agravio comparativo entre ambos Cuerpos de Seguridad”, cuyos mandos siempre han mantenido un enfrentamiento soterrado pese a que el Ministerio del Interior unificó las dos direcciones generales en 2006. Es un hecho insólito en el ámbito policial que una investigación cambie de manos, especialmente al tratarse de un caso tan complejo y de tal transcendencia judicial y política.

La juez no ha explicado las razones que tiene para haber dado este paso, pero varios medios hablan de “desavenencias personales con los mandos policiales encargados de la investigación”. El Mundo menciona la negativa de los mandos policiales a ejecutar determinadas “periciales” que habían motivado una primera intervención de la Benemérita. Pero fue la Policía Científica quien se negó a hacer lo que la juez pedía, no la policía judiciañ adscrita a los juzgados de Sevilla. En concreto dijo no poder reconocer las voces de quienes hablaban en el ya famoso caso de extorsión a los dos empresarios de Las Raza, trabajo que culminó con éxito la Guardia Civil.

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía tienen el caso en sus manos desde antes incluso de que la investigación recalara en el Juzgado de Instrucción 6, que dirige la juez Alaya. Otras fuentes consideran que ha sido la propia Unidad Adscrita a los Juzgados de la Policía Nacional la que ha pedido su relevo por «sobrecarga de trabajo».La policía dirigió recientemente un escrito a la juez en el que solicitaba que nombrara técnicos expertos a las órdenes del juzgado para analizar la gran cantidad de información acumulada (miles de vidas laborales de trabajadores e intrusos beneficiados por las pólizas, investigaciones en Bruselas sobre la aseguradora Apra, gestiones de intermediarios y sindicalistas…).

Recientemente, con motivo de una nueva declaración de Javier Guerrero, el autor de la expresión “fondo de reptiles” en relación con el caso, se denunciaron presiones y amenazas de los agentes al imputado. La inesperada respuesta de la magistrada ha sido semanas después este relevo en las funciones que afecta de lleno a la policía, responsable de las cuatro vías de investigación que han surgido en el caso.