La crisis del Festival de Cine de Málaga se agrava ante el mutismo municipal
El Festival de Málaga protagoniza estos días su propia película de suspense. Y, como en las grandes producciones, los detalles se guardan bajo llave y solo trascienden con cuentagotas. Para que no se pierda el misterio. Ayer, un nuevo avance. El certamen que dirige Carmelo Romero ha destituido a su coordinador general, Antonio Luque, vinculado al festival desde sus primeras ediciones. Se trata del segundo despido en apenas una semana, después de que el pasado jueves se conociera la ruptura del contrato con Franjo Parejo, director ejecutivo y responsable del área económica de la sociedad municipal.
La crisis interna se agrava, pero los responsables guardan silencio sobre la verdadera razón de estos ceses. La línea oficial argumenta una «reestructuración interna del personal», pero fuentes cercanas al Festival de Málaga apuntan directamente a una «pérdida total de la confianza» en ambos cargos. De hecho, Luque era la mano derecha de Parejo.
Carmelo Romero, de momento, no habla. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se pronunció la semana pasada únicamente para respaldar la medida adoptada por el director. Y el delegado municipal en funciones del Área de Cultura, Miguel Briones -con un pie fuera del Ayuntamiento-, se limitó ayer a manifestar que se trata de «cerrar etapas». «Carmelo considera que no debe condicionar al equipo que venga si él no continúa al frente», dijo.
La sociedad del Festival de Málaga amplió su objeto social para poder participar en eventos más allá de la semana grande del cine español. Así, el sello del certamen ha estado presente en actos tan variopintos como la cabalgata de Reyes, la pasada Noche en Blanco o el reciente Festival Lunas de Gibralfaro (Gibfest), que se ha caído de la cartelera con la misma rapidez con la que nació. Precisamente, este encuentro entre la música y el cine en el idílico entorno del castillo de Gibralfaro ha sido el desencadenante de la crisis interna, la gota que ha colmado el vaso.
El motivo
Al parecer, Romero desconocía que el director ejecutivo y el coordinador general estaban preparando este evento y solo supo de su existencia cuando ya estaban cerrados el presupuesto y las actividades. Lunas de Gibralfaro se estrenó el pasado fin de semana y tenía citas previstas hasta septiembre, pero curiosamente ayer un comunicado del cine Albéniz anunciaba la suspensión de sus dos próximos ciclos (‘Made in India’ y ‘Enclave de Luna’). ¿La versión oficial? «La escasa demanda de localidades y la no confirmación de algunas empresas patrocinadoras», precisaba la nota.
Esta situación, unido a un posible desajuste en las cuentas sobre el que nadie se pronuncia, provocó la semana pasada la destitución de Franjo Parejo, al que previamente se le limitó el volumen económico de los contratos que podía firmar. Tras la salida de Parejo y Luque, la crisis no se da aún por cerrada. Quedan muchas explicaciones por dar y puede que alguna otra persona se baje también del barco.
Todo esto se produce a pocas semanas de que este mismo mes de junio finalice el contrato del director del certamen. Aunque en principio parecía que la intención de Carmelo Romero era dar por concluida su etapa en Málaga tras esta pasada edición, ahora -después de los últimos movimientos en el organigrama- podría estar replanteándose su decisión. Romero siempre ha dejado en el aire su postura, a la espera de lo que propusiera la nueva corporación que tenía que salir de las urnas. «No puedo reflexionar en ese sentido, porque no sé si ni siquiera me van a ofrecer continuar», afirmaba en una entrevista con este periódico el pasado mes de abril.