La crecida del río Mississippi obliga a inundar el campo para salvar varias ciudades de Luisiana
Las autoridades de Luisiana (EEUU) han comenzado a abrir las esclusas en un sistema de diques del río Mississippi para desviar parte de las aguas hacia una zona rural en una inundación provocada y evitar que puedan quedar anegadas Nueva Orleans y Baton Rouge, las principales ciudades del estado.
A las 15.00 hora local (20.00 GMT) los ingenieros del Ejército estadounidense comenzaron a abrir la primera esclusa del sistema de Morganza, que cuenta con 125. Es la primera vez en 38 años que las autoridades de Luisiana se ven obligadas a abrir las esclusas, una medida causada por la fuerte crecida del río Mississippi, la mayor en más de setenta años. La apertura de la primera compuerta se completó en unos quince minutos.
Las autoridades han subrayado que no se abrirán todas las esclusas, lo que podría verter cerca de 17.000 metros cúbicos por segundo, tres veces el volumen que cae en las cataratas del Niágara en un día entero. Por el momento, tan solo se abrirá la primera compuerta, que permite el paso de 280 metros cúbicos por segundo, y a lo largo del domingo podrían abrirse una o dos más, según sea necesario.
El Katrina sigue generando pesadillas
Según ha declarado en una rueda de prensa el general Michael Walsh, del Cuerpo de Ingenieros, el proceso será “más un maratón que un esprint”. “Estamos usando todos los instrumentos de control de inundaciones con los que contamos”, ha agregado el militar.
Una vez abierta la esclusa, las aguas se dirigirán al área rural de la cuenca del río Atchafalaya, una zona de 7.770 kilómetros cuadrados donde residen cerca de 25.000 personas, se levantan 11.000 edificios, hay miles de hectáreas cultivadas y existe una reserva de vida animal. Esta zona podría quedar cubierta por más de siete metros de agua en algunos puntos, según las autoridades estatales.
De no haber abierto las compuertas, la presión de las aguas, superior a los 42.500 metros cúbicos por segundo, amenazaba con derribar los diques que protegen Baton Rouge y Nueva Orleans, que aún lucha por recuperarse de la inundación sufrida en 2005 al paso del huracán Katrina. Además, se verían amenazadas hasta ocho refinerías de petróleo, que representan el 12% de la capacidad del país, y una central nuclear.
Una cadena de tormentas y el deshielo tras una temporada de nieve especialmente abundante ha causado una fuerte crecida del río Mississippi, el tercero más largo de América del Norte y el cuarto más caudaloso del mundo.