Llega el tiempo de las cerezas españolas
Cuando llega la primavera, los paisajes de muchas zonas de España se transforman y aparecen sembrados de un blanco rosáceo peculiar y bello que transmiten frescura y sosiego. Es el paisaje de los campos de cerezos. Y es que se va acercando la temporada de cerezas y picotas en muchos puntos de la geografía española, esas frutas pequeñas, rojizas, con hueso, suaves, dulces y sabrosas.
Hay quien conjetura que el cerezo fue introducido en España por los árabes y que, tras la Reconquista, los nuevos colonos lo encontraron perfectamente adaptado a estas tierras. Pero no es hasta el siglo XIV cuando se encuentran las primeras pruebas de su presencia en el país.
En España existen dos Indicaciones Geográficas Protegidas de esta fruta: la DOP Cerezas del Jerte y la IGP Cerezas de la Montaña de Alicante
Las cerezas del Jerte
Los valles montañosos del Jerte (todos los términos municipales cualquiera que sea su altitud), Ambroz (excluidas las explotaciones agrícolas situadas por debajo de 600 metros) y La Vera (excluidas las explotaciones situadas por debajo de 500 metros), localizados al norte de la provincia de Cáceres, acogen la zona de producción, envasado y acondicionamiento de unas cerezas peculiares.
La zona exacta de producción se encuentra situada en las comarcas del norte de la privincia de Cáceres, en la zona de agricultura de montaña Trasierra-Gredos Sur y está constituida por los terrenos ubicados en el valle del río Jerte. La existencia de una fuerte relación y la forma de producción excluye de la demarcación a los terrenos y explotaciones agrícolas no ubicados en la zona de agricultura de montaña por debajo de las cotas 500 ó 600 metros, según sus características.
La pulpa de esta fruta es jugosa y, generalmente, crujiente, de color diferente según la variedad, gama que va desde el jugo rojo y la carne del mismo tonto al jugo incoloro y la carne amarilla o crema. Así, el color de la pulpa y del jugo suelen ser estables, sobre todo el del último.
El sabor aporta las características principales a las Cerezas del Jerte, tanto por su alto contenido en azúcares, como por la equilibrada relación entre azúcares y acidez. El contenido medio en esta sustancia es muy superior al habitual, con un índice que va desde los doce a los veinte gramos por cada cien gramos de peso, según variedades y estado de maduración. El pH medio está próximo al valor de 5,5 de la escala, lo que hace que el fruto sea ligeramente ácido, aumentando en las cerezas más tempranas y evolucionando en sentido contrario en las picotas.
Asimismo, las cerezas del Jerte presentan las siguientes características mínimas de calidad: enteras, sanas, limpias y con aspecto fresco, exentas de materias extrañas visibles, de olores, de sabores extraños y de humedad.
Cerezas de la Montaña de Alicante
La cereza fue introducida por los romanos en tierras valencianas, aunque fue en la época musulmana cuando se perfeccionaron las técnicas de cultivo y éste llegó a su máximo desarrollo. Desde entonces, su cultivo es tradicional en el norte de Alicante y sur de Valencia.
En la provincia de Alicante, los cerezos se han cultivado siempre a nivel familiar para obtener una cosecha sin fines lucrativos, para el consumo propio, bien como fruta fresca o para la elaboración de mermeladas. Con el paso de los años, y cada vez más creciente la demanda del producto, las explotaciones familiares se fueron agrandando a la vez que las variedades se mejoraron para adaptarlas a las exigencias del mercado.
Asimismo, las variedades amparadas por la IGP Cerezas de la Montaña de Alicante son: burlat, tilagua, planera, nadal, picola, stark hardy geand, bing y van.
Esta fruta presenta características singulares en la zona. Su color va del rojo carmín al rojo vivo, su sabor es dulce y su pulpa, blanda, va del color rosa al vino tinto. Por su parte, tiene forma de bola, generalmente pequeña, puntiaguda en la base y su fruto debe estar unido al péndulo.