El número de detenidos por los alborotos registrados ayer tras una manifestación alternativa del Primero de Mayo en Barcelona es finalmente de quince, cinco de los cuales son extranjeros, según han confirmado hoy los Mossos d’Esquadra, que ayer informaron de catorce arrestos. Según han indicado fuentes policiales, los quince detenidos permanecen en una comisaría de los Mossos d’Esquadra a la espera de pasar a disposición judicial en las próximas horas.

Como consecuencia de los disturbios, el conseller de Interior Felip Puig, ha manifestado la intención de su departamento de denegar el permiso de manifestación a aquellas organizaciones que hayan tenido actitudes incívicas, alterando y atentando contra el orden público. En una entrevista a RAC1, Puig ha asegurado que en adelante “tomaran nota y estudiarán con exigencia y rigidez cualquier iniciativa que estos grupos quieran impulsar, que se podrían prohibir”, y aunque reconoce el derecho a manifestarse de cualquier ciudadano, ha anunciado que actuará con todo lo que permita el ordenamiento jurídico contra aquellos que lo hacen al margen de la convivencia, para garantizar el patrimonio público y privado.

Los Mossos d’Esquadra detuvieron a estas quince personas tras los alborotos registrados ayer por la tarde en la parte alta de Barcelona tras acabar una manifestación “antisistema” con el lema “Ahora nos toca a nosotros”. A los detenidos se les acusa de desorden público y de destrozo de mobiliario urbano, por tirar objetos, romper cristales y quemar contenedores a su paso, así como de atentado contra la autoridad.

Durante los incidentes resultaron heridos leves 14 agentes de la policía catalana. Por primera vez, los agentes antidisturbios utilizaron las nuevas escopetas de precisión para neutralizar y detener a los más violentos.

La manifestación que acabó en incidentes pasó por la sede del departamento de Enseñanza de la Generalitat, en donde se quemó un monigote con la imagen de la consellera Irene Rigau, y por la calle en la que vive el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en la que también se quemó otro muñeco con su imagen.