Sin brillo, dando la sensación de que el gol de Cristiano Ronaldo en la final de Copa todavía no se ha superado, pero con disciplina y seriedad. Así logró el Barça una victoria de oro ante Osasuna que le acerca al título de Liga. Villa, que se reencontró con el gol en el momento oportuno, y Messi, que fue reservado de inicio, logaron los tantos de una victoria que anima al equipo azulgrana de cara a las semifinal de la Liga de Campeones ante el Madrid.

El Barça siempre responde a las expectativas, a las buenas y a las malas. Si ante Osasuna se intuía un partido complicado por la fatiga de la prórroga copera y por el golpe psicológico de la derrota, el equipo azulgrana confirmó los peores presagios y sufrió ante un equipo que se juega la permanencia cada día. Con Puyol y Piqué en la grada y Messi, Iniesta y Xavi en el banquillo pensando en la ida de la semifinal de la ‘Champions’ en el Santiago Bernabéu, el Barça tuvo menos posesión de balón de lo habitual, perdió en demasiadas ocasiones el esférico y abusó de las conducciones largas, especialmente los este sábado titulares Jeffren y Afellay.

Pese a la inclusión en el once de un talento con la filosofía de la casa como Thiago, el Barça echó mano de otro estilo más directo muy a pesar de Guardiola, que se dejó la voz en la banda pidiendo que se respetara la esencia que ha hecho diferente al equipo. Pese a todo, como la calidad siempre se impone, el Barça avisó con dos disparos de Villa y Afellay desde la frontal del área y se adelantó en el marcador en el minuto 23 gracias al delantero asturiano, que volvió a marcar dos meses y 11 partidos oficiales después. El ‘Guaje’ remató con acierto en posición de ‘9’ un gran centro de Jeffren desde la banda izquierda. Guardiola había dicho en la víspera ante las críticas que estaba recibiendo el ‘7’ por su sequía que “Villa es vital e insustituible”. Fue uno de los pocos titulares y le dio la razón.

Sin embargo, el Barça apenas se acercó a la portería de Ricardo hasta bien entrada la segunda parte. Osasuna se fue creciendo ante la falta de confianza azulgrana en el pase y pudo empatar con tres ocasiones consecutivas al filo del descanso. La más clara, un remate forzado de Damià que Valdés desvió al poste.

Milito vuelve a romperse

En la segunda parte, el equipo de Jose Luis Mendilibar fue más ambicioso desde el inicio y Nekouman casi sorprende a Valdés con una falta que se envenenó con un rebote. Ante lo peligroso que se estaba poniendo el partido, Guardiola se vio obligado a interrumpir el descanso de Iniesta, Messi y Xavi, que entraron progresiva y respectivamente en el puesto de Jeffren, Villa y del lesionado Gabi Milito, que volvió a romperse el día que recuperaba la titularidad. Dos centrocampistas como Mascherano y Busquets acabaron jugando de centrales. Pese a la irrupción de los cracks, el Barça no mejoró demasiado.

Iniesta disparó alto desde el punto de penalti en la mejor ocasión para sentenciar. Cuando Mendilibar dio entrada a un rematador como Pandiani, ya se temió lo peor. Pero por fin el Barça logró trenzar una acción elaborada en el minuto 87 y Messi batió a Ricardo con la derecha tras un buen pase vertical de Alves. Era su gol 50 de la temporada, el que aseguraba los ocho puntos de ventaja sobre el Madrid con quince en juego.