Unos 200 subsaharianos ilegales se manifestaron en Melilla para pedir una regularización de su situación en España. Los inmigrantes dijeron sentirse “prisioneros” por la lentitud administrativa con la que el Gobierno tramita sus expedientes, que les lleva según ellos a estar atrapados en Melilla durante varios años sin poder salir hacia la Península ni retornar a sus países de origen. Los ilegales, prácticamente todos de origen subsahariano, fueron a pie desde el CETI hasta las Torres V Centenario. Muchos llevaban las fotos de sus tres compañeros fallecidos el pasado fin de semana al incendiarse la caseta donde dormían, James, Michael y Daniel, y grandes pancartas en las que las palabras cárcel y libertad eran las más repetidas. “Estamos aquí por tres, cuatro, cinco años. ¿Somos prisioneros? ¿Quieren que muramos como nuestros hermanos? ¿Hemos de vivir o morir en Melilla?”, preguntaba un enorme letrero sostenido por mujeres.

También había otras pancartas en las que se podía leer “Necesitamos liberación. Libertad. CETI prisión”, “No vamos a morir por nada” o “Vivir con dignidad es un derecho humano universal”, la mayoría escritas en varios idiomas y portadas en alto por los inmigrantes, algunos de los cuales iban de luto y con brazaletes negros en señal de duelo por sus compañeros muertos.

La concentración se desarrolló de forma pacífica y ante un fuerte despliegue policial. Más de una veintena de agentes formaron una línea defensiva en la misma puerta de las Torres para evitar que los inmigrantes pudieran pasar a los Juzgados. Mientras tanto, el jefe superior de Policía, Juan Manuel Calleja, junto con otros responsables de la Jefatura, estuvo dialogando con los subsaharianos para pedirles que se alejaran varios metros por razones de seguridad, aunque tras varias negativas no consiguió convencerlos hasta 45 minutos después.

Durante la protesta, los inmigrantes gritaron “Vivan los morenos, somos chicos buenos”, y aseguraron que, pese al incendio de hace tres días, más de 100 inmigrantes siguen viviendo en las chabolas porque dentro del CETI la situación es ya insostenible. Uno de los inmigrantes, que ejerció como portavoz, se quejó fundamentalmente de que las comidas que se sirven en este centro estatal no respetan sus costumbres y se ven obligados a dormir hasta ocho personas en una misma habitación. Vivir en estas condiciones durante tantos meses, e incluso años, es lo que ha empujado a muchos de ellos a vivir en las chabolas, ya en ellas tienen “libertad”.

Tras permanecer más de una hora frente a los Juzgados, los inmigrantes se dirigieron a la sede de la Delegación del Gobierno, cuyas puertas fueron cerradas a cal y canto, y donde se vivió algún momento de tensión entre varios subsaharianos y el fuerte despliegue policial.

La Delegación promete a los inmigrantes que estudiará sus casos uno por uno

Una representación de inmigrantes del CETI se reunió ayer en la Delegación del Gobierno con la directora del Área de Trabajo e Inmigración, María Dolores Morales, con el fin de expresar una serie de peticiones relacionadas con su estancia en Melilla. Morales escuchó las peticiones planteadas por los inmigrantes, centradas principalmente en su deseo de traslado a la Península. Tras ello, les invitó a presentar un escrito en el que se plasmen de forma pormenorizada sus planteamientos, indicándoles que se atenderá y se estudiará de forma individualizada cada caso, “como se ha venido haciendo hasta ahora con todas las personas en situación irregular residentes en el CETI, cualquiera que se su nacionalidad, y siempre dentro de los procedimientos que establece la legislación vigente”. Los inmigrantes mostraron su agradecimiento a la Delegación del Gobierno por el desarrollo de la reunión.