Confieso que la primera vez que Zapatero reunió a estos megaempresarios, dicen que españoles aunque su patria está en otros lópeces, grandísimos intereses reuinidos pero que generan bien poco empleo, me quedé estupefacto. ¿A qué venía aquello de enchiquerar en el mismo cercado a tal cantidad de alimañas capitalistas, culpables de la crisis -según el juicio medio de la mayoría de los socialistas de este país- y beneficiarios, unos más que otros de las ayudas del gobierno para salir de la crisis? Pensando malamente -ya se sabe que el que piensa mal casi siempre se queda corto -, me dije: “Tate, esta es otra versión de la foto de la soledad de Rajoy”.

Mientras la burguesía financiera, industrial, constructora, mediática y comercial, accedía a reunirse con Zapatero, jamás lo hará ni en esa cuantía ni con ese boato con el líder de la oposición.

Pero en la segunda reunión de este fin de semana, se ha producido lo que en las leyes de la dialéctica propagadas por el marxismo europeo se llama la transformación de la cantidad en calidad mediante un salto, el salto cualitativo. Esta vez no se hablado sólo de economía, de la crisis, de Obama, de la tragedia portuguesa, del tsunami y sus olas derivadas…No, no. Se ha hablado de elecciones democráticas en España y el atirantado Botín incluso ha recomendado que las elecciones no tengan lugar de manera anticipada. Rajoy no da una. Lleva meses pidiendo elecciones ya y ahora, van los megaempresarios, sobre todo el banquero de Zapatero, y le dice que nones. ¿Quién será Rajoy para hablar de elecciones? Y de paso, ¿quién es Zapatero para fijar su fecha?

Hartito como está uno de aguantar el discurso de que hay que devolver a la política la dignidad perdida ante la economía, el rollo de la buena gobernanza que sólo puede venir de la mano de la política y otros sermones así de progres, ya no estupefacto sino de piedra me he quedado cuando estos señores, uno sobre todo, pretende decidir sobre la fecha de las elecciones en una democracia. Y entonces caí en la cuenta. Lo que se ha reunido, realmente, es un consejo de administración. Pero el consejo de administración de los intereses generales de España, ¿no era hasta ahora el consejo de Ministros? ¿O es que hacemos bueno el viejo dicho marxista de que el gobierno no es más que el consejo de administración de los intereses generales de la burguesía? ¿O es que esos son los verdaderos miembros de la Ejecutiva del PSOE?

La degeneración, que no regeneración, democrática está servida.