En Madrid y Barcelona nadie quiere oír hablar de un bombo caprichoso. El hipotético enfrentamiento en cuartos de final de Liga de Campeones entre los dos eternos rivales no viene bien a ninguno. Eso opinan jugadores, técnicos, directivos… y aficionados.

Ni el morbo de ver cuatro Clásicos en el mes de abril -el partido de ida se disputará el 5 ó 6 de abril y la vuelta una semana después- puede con el respeto mutuo que se tienen ambos equipos. Ninguno lo ve claro. Puestos a pedir, mejor decantarse por un rival de menos entidad. Ya habrá tiempo de verse las caras en la Champions más adelante.

Y es que Barcelona y Real Madrid se han convertido en los ‘cocos’ de un sorteo sin condicionantes, en el que cualquiera se puede enfrentar con cualquiera sin depender de su país, coeficiente o lugar en la fase de grupos.