El Málaga hace el ridículo en Madrid (7-0)
Nadie esperaba un golpe tan duro. La derrota era previsible, pero de ahí al ridículo hay un abismo. El equipo de Pellegrini no estuvo a la altura de las circunstancias y fue humillado por un Real Madrid que marcó siete tantos casi sin querer. Las rotaciones del técnico chileno no funcionaron más que uno minutos al comienzo. Luego llegaron los errores y el caos. Un partido para olvidar a las puertas de la final del domingo en La Rosaleda ante Osasuna.
Los cambios no funcionaron y el hundimiento del equipo fue progresivo a medida que avanzaba el partido. Los siete goles encajados muestran una de las caras más negras del equipo malagueño, que a partir del primer tanto se descompuso hasta completar una de las páginas más negativas de su historia. Esta escandalosa goleada quizás afecte más al equipo que el cansancio que hubiera acumulado algunos futbolistas de haber jugado anoche en el Bernabéu.
Pellegrini dio un paso atrás de entrada. Hizo rotaciones. No utilizó la mejor alineación posible, como él había anunciado. Quizás de una forma comprensible, dejó fuera del once a cinco titulares ante el Almería (uno de ellos obligado, Jesús Gámez por sanción). Quiso darle descanso a algunos hombres cara al trascendental choque del domingo contra Osasuna. De entrada parecía un equipo compensado. Los malaguistas aguantaron bien los primeros minutos, pero poco a poco se veían las carencias, que comenzaron a convertirse en goles de una forma cómoda para los blancos a partir del ecuador del primer periodo.
Apenas plantó cara el Málaga a un Madrid que jugó desde el primer instante al ralentí. Las facilidades eran máximas ante un rival de máximo nivel. Primero fue Benzema, que rompió el fuera de juego junto a dos compañeros más y se adelantó a Caballero. El fiasco hizo mella en el equipo visitante, que bajó un poco más su rendimiento y se quedó a expensas de un contrincante que no perdonó en las acciones aisladas: primero se quedó solo Di María tras un error de Manolo, y luego fue Marcelo el que sentenció en el último instante del primer periodo. Mal, pésimo. Se preveía la derrota, pero no de esa forma.
Caos
Al margen del portero, que poco pudo hacer en la goleada del primer acto, el único malaguista que se salvó fue Weligton, que es uno de los jugadores más en forma del equipo. La defensa, al margen del brasileño, fue un caos, mientras que el centro del campo apenas existió, igual que la delantera. Las imprecisiones, numerosas, eran letales para los malaguistas, que no fueron rivales para los blancos con las rotaciones realizadas por Pellegrini para este envite.
La reanudación fue definitivamente para borrarla de la historia del Málaga. Cuatro goles más. La expulsión de Manolo, el debut de Cala y la lesión del filial solo siete minutos más tarde. Un auténtico desastre del equipo blanquiazul, incapaz de ofrecer una buena imagen con los reservas. Parecía un muñeco en manos de los madridistas, que marcaban los goles solo por la inercia del juego.
Los malaguistas jugaron el último cuarto de hora solo con nueve, mientras que Cristiano Ronaldo compensó esta faceta con su marcha tras el séptimo tanto por ciertas molestias, lo que dejó a su equipo con diez. En cualquier caso, la derrota en el Bernabéu no pasará inadvertida. Será un motivo para la reflexión. Fue inadmisible.