EEUU negocia la salida inmediata de Mubarak
Funcionarios de los gobiernos estadounidense y egipcio negocian un plan para que el presidente Hosni Mubarack dimita inmediatamente, según informa el diario ‘The New York Times’. El plan cuenta con el apoyo de las fuerzas armadas egipcias y consiste inicialmente en que Mubarak ceda el poder a su vicepresidente, Omar Suleiman, para que encabece un Gobierno de transición, asegura la edición digital de ‘The New York Times’, que cita fuentes oficiales estadounidenses y diplomáticas árabes.
El vicepresidente Suleiman, que cuenta con el respaldo del jefe de las Fuerzas Armadas egipcias, Sami Enan, y del ministro de Defensa, Field Marshal Mohamed Tantawi, iniciará de inmediato un proceso de reforma constitucional, según el plan revelado por ‘The New York Times’. La propuesta también supone que el Gobierno de transición convoque a una amplia gama de grupos de oposición, incluidos Los Hermanos Musulmanes, la principal fuerza opositora en Egipto. El objetivo es abrir el sistema electoral del país, con el esfuerzo de convocar elecciones libres y justas en septiembre próximo.
Altos funcionarios estadounidenses han manifestado a ‘The New York Times’ que la propuesta es una de varias opciones que se discuten con altos funcionarios egipcios próximos a Mubarak, aunque no con él directamente, en un esfuerzo para convencerlo de que se vaya. Los funcionarios han advertido que el resultado depende de varios factores, entre ellos la evolución de las manifestaciones en las calles de El Cairo y otras ciudades egipcias. Algunas de las fuentes consultadas por el diario insisten en que no existen pruebas de que ni Suleiman ni las Fuerzas Armadas estén dispuestos a abandonar a Mubarak.
Como parte de este incremento de la presión, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha telefoneado a Suleiman para recordarle que su Gobierno debe garantizar la celebración de manifestaciones pacíficas, según recoge un comunicado divulgado por la Casa Blanca. “El Gobierno egipcio es el responsable de garantizar que las manifestaciones pacíficas no conducen a la violencia y a la intimidación”, ha dicho Biden, quien ha condenado los últimos enfrentamientos entre detractores y simpatizantes del presidente y ha hecho un llamamiento a la contención a ambas partes.
Mubarak alerta del caos que generaría su marcha
La noticia se conoce pocas horas antes de que comience ‘El Viernes de la Partida’, una jornada de protestas que se presenta clave para el futuro del país y de su presidente, Hosni Mubarak, quien sigue aferrándose al poder, como demostró ayer en una entrevista concedida a la cadena ABC, en la que se declaró dispuesto a dimitir de inmediato, agregando inmediatamente que el caos que ello generaría le impide hacerlo.
Mubarak reconoció que el presidente estadounidense, Barack Obama, al que considera un “buen hombre”, le ha pedido que abandone el cargo cuanto antes, pero su respuesta fue alertar sobre el caos que se generaría de inmediato. “Usted no entiende la cultura egipcia y lo que ocurriría si dimito ahora”, le espetó Mubarak a Obama, según relató el presidente egipcio. No obstante, se mostró convencido de que no se presentará de nuevo a las elecciones, aunque no abandonará el país. “Moriré en tierra egipcia”, reiteró. Además, aclaró que nunca intentó que su hijo Gamal, considerado por muchos años como su sucesor, ocupara el cargo presidencial cuando él lo abandonara.
Mientras tanto, la revuelta que por décimo día pedía la marcha de Mubarak degeneró en enfrentamientos entre los partidarios y los detractores del régimen. La plaza Tahrir volvió a ser el epicentro de la protesta. Además, se disparó la presión sobre la prensa extranjera por parte de los seguidores del presidente. La corresponsal de este periódico fue retenida durante una hora y la de TVE fue agredida por un grupo de manifestantes.
El balance de muertos por los enfrentamientos de ayer en El Cairo facilitado por el Ministerio de Sanidad egipcio es de seis muertos y más de 800 heridos. El balance ofrecido por el doctor Sayyid Hussein, uno de los médicos de un hospital improvisado para tratar a las víctimas de la violencia se eleva, no obstante, a diez fallecidos. El diario británico ‘The Guardian’ había informado previamente de que en los dos días de enfrentamientos entre partidarios y detractores de Mubarak se han registrado al menos trece muertos y unos 1.200 heridos. Entre los fallecidos podría figurar un extranjero que, según Al Arabiya, fue golpeado hasta la muerte.
La oposición sigue en pie de guerra
En un intento por calmar los ánimos, el vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, reiteró que Mubarak no se presentará como candidato en las próximas elecciones presidenciales ni tampoco su hijo menor, Gamal, que estaba considerado como un posible sucesor. Suleiman pidió, además, la liberación inmediata de todos los jóvenes detenidos que no estén implicados en acciones delictivas. Suleiman dirigió el dedo acusador sobre el origen de las protestas a “agendas extranjeras”, de determinados empresarios que no identificó, y a los intereses de los islamistas Hermanos Musulmanes.
El Gobierno egipcio, a través de su portavoz, negaba que tuviese algo que ver con la movilización de los partidarios del presidente y prometía que investigará quién está detrás de la violencia registrada en las últimas horas en la plaza Tahrir. “Acusar al Gobierno de movilizar esto es una ficción, eso frustaría nuestro objetivo de restaurar la calma”, señalaba Magdy Rady. “Nos vimos sorprendidos por todas estas acciones”, afirmaba.
Pero todas estas declaraciones no convencían a la oposición. La Asociación Nacional Egipcia para el Cambio, liderada por Mohamed El Baradei, advertía de que Mubarak deberá responder personalmente si se produce otra “matanza” en la plaza Tahrir, según ha declarado su portavoz, Hamdy Kandil, a la cadena de televisión Al Yazira. Otro movimiento opositor, Kifaya (Basta), insistía ante Al Yazira en que no se negociará con ningún representante del régimen a menos que Mubarak abandone el poder. Los manifestantes antigubernamentales han asegurado que están “más decididos que nunca” a derrocar a Mubarak después de las últimas agresiones de los detractores del presidente. Muchos de los concentrados, según Al Yazira, pidieron que se condenase a la horca a Mubarak.