Hay votos que asesinan
José Luis Palomera Ruiz/Remitido.- La execrable ley parida de la ministra de igualdad, de cuyo nombre prefiero no acordarme jamás, permite el castigo, el sufrimiento con la mayor de las sañas, de los seres humanos concebidos alegremente.
¿O acaso algún enfermo mental por muy versado que sea en conceptos biológicos, además de la mencionada ministra, es capaz de ratificar científicamente que el ser concebido no sufre en su propia carne el brutal asesinato que significa cercenar con alevosía y premeditación el proceso vital generador de vida humana ?… Sufre y mucho, igual que sufre cualquier ser vivo cuando se le asesina con la mayor de las sañas.
Esta ministra de estudios básicos y méritos nulos, que predica sin sonrojo alguno que un Nasciturus es un ser vivo pero no un ser humano, amante de la libertad antes que de la dignidad, sin duda era la persona adecuada para el papel que pretendía su fiador que desempeñara, a la postre, acaparar los futuros votos de los imberbes jóvenas, mediante una ley que diera rienda suelta a sus correrías, sus juergas, sus botellones, tipos, taras, libertades y condiciones sin tener que soportar la picuda panza fruto exclusivo de sus desidias.
Personalmente, no tengo duda alguna, cualquier forma de Gobierno es perniciosa para la libertad del ser humano.
Yo creo en la gestión como sistema lógico y adecuado para no tener que ser esclavos de quienes pretenden gobernarnos, prohibirnos y avasallarnos mediante un simple voto más. Hay votos que asesinan: Un ejemplo claro de lo que digo lo tenemos en el actual gobierno, cuyas miembras con las complicidad de otros miembros, cual divinas diosas del satánico progresismo que profesan, aplican legalidad con la cual dar muerte a la propia Vida. Vida por otro lado ajena a pertenencia humana alguna, pues la Vida es arte y parte exclusivamente del inescrutable Universo.
La Vida actualmente en España vale menos que un simple puñado de votos. Todo aquel que pretenda gobernarnos es consciente de esta cruel realidad propia del cancerígeno sistema actual donde todo es lícito si de conquistar el Poder se trata.
Sin duda para tal menester, todo aquel que pretenda gobernarnos sabe que precisa de los votos de los adolescentes, futuros votantes. La manera más fácil de conseguirlos es dando legalidad a sus caprichos, sus insidias, sus vicios, sus pasotismos, eximiéndoles de la más mínima responsabilidad.
En la actualidad el pasotismo de muchos adolescentes no tiene parangón.
Y aunque es verdad que una buena parte de estos se preocupa generalmente de solventar los sufrimientos de otros, no son capaces de asimilar que lo hacen mediante desidias propias.
Que fácil es defender que ningún niño muera de sed en el mundo, mientras ellos tengan suficiente agua para ducharse todos los días.
Que fácil es condenar las guerras mientras otros den su sangre para que ellos gocen de paz. Que fácil, que fácil.
Desgraciadamente para muchas jóvenes feministas, las comodidades propias están por encima del sufrimiento y la muerte de los seres concebidos voluntariamente, si a esto le unimos que el propio gobierno les proporciona el suficiente cobijo para que tamaña insidia se produzca de forma discreta y legal “ley del aborto voluntario” la futura sociedad que nos espera no tiene nada que envidiar a la de las bíblicas ciudades de Sodoma y Gomorra.
Con el actual sistema, un simple puñado de votos es suficiente para que un determinado diputado incline la balanza hacia la execrable legalidad mediante la cual dar rienda suelta a nuestro futuro como sociedad y raza. La ley del aborto voluntario tiene un claro objetivo, emancipar a la juventud de la inexcusable obligación de cimentar el futuro: futuro que únicamente es posible asumiendo íntegramente la obligación propia de todas las vidas cual es proteger, alimentar y educar las vidas producto de actos propios. Vidas por lo demás caprichosamente concebidas, pues nadie podrá justificar jamás que concebir vida es “Perentorio” para subsistir. En todo caso será “Preciso” para la continuidad de la raza, aunque percibiendo lo que se avecina en el futuro, tengo serias dudas sobre la supervivencia de la raza.
Lo dicho, hay votos que asesinan. Por favor que no sea el de usted.