Acuerdo total entre Liverpool y Chelsea para el traspaso de Torres
El Liverpool FC y el Chelsea han llegado a un acuerdo total para el traspaso de Fernando Torres a la entidad londinense. El Niño se convertirá en el fichaje más caro de la historia del fútbol británico, el quinto más caro de la historia del fútbol y uno de los jugadores mejor pagados del mundo.
Las cifras que se manejan son que el Chelsea habría pagado 58 millones de euros y que Fernando cobrará 170.000 libras semanales.
El delantero español no podrá jugar con el Chelsea en su visita a la casa del Sunderland el próximo miércoles y podría debutar, cosas del destino, el domingo en Stamford Bridge ante el Liverpool.
Lo curioso de esto, sobre todo teniendo en cuenta las desorbitantes cifras que se manejan, es que el dinero no tiene la culpa. O sí, todo depende de la interpretación de cada uno. Para tratar de entenderlo, hay que echar la vista atrás.
LA CANCIÓN DEL BRAZALETE
Torres llegó a Liverpool en junio de 2007, con 23 años y las maletas llenas de ilusión por recalar en, por supuesto después del Atlético de Madrid, su equipo preferido en el planeta fútbol. Y es que, desde la lejanía, Torres siempre admiró al Liverpool, su historia, su leyenda.
De todos es sabida ‘la historia del brazalete’. En el Atlético de Madrid, Fernando era el capitán (y la bandera, y el símbolo y mucho más, pero esa es otra historia). En su brazalete, por debajo, lucía una leyenda: “you will never walk alone”, el mítico lema del Liverpool.
Y en Liverpool, incluso antes de tenerle entre ellos, ya le adoraban. La historia del brazalete, su amor por los valores red y su absoluta entrega a la afición de Anfield, además por supuesto de sus goles, hicieron que la afición del Liverpool encontrara rápidamente en Fernando a su nuevo ídolo, equiparándolo a leyendas como Kenny ‘The King’ Dalglish o Ian Rush.
“His armband prove he was a Red, Torres, Torres, you’ll never walk alone it said, Torres, we bought the lad from sunny Spain, he gets the ball, he scores again, Fernando Torres, Liverpool’s Number Nine” (Su brazalete demostraba que era un Red, tú nunca caminarás sólo decía, fichamos al ‘chaval’ de la soleada España, él coge el balón y vuelve a marcar, Fernando Torres, el número nueve del Liverpoool). Así atronaba, partido tras partido, con lluvia o con frío, la famosa ‘canción del brazalete’ en la garganta de unos aficionados que hoy tratan de buscar una explicación a la marcha de su ‘número nueve’.
LA MALDICIÓN DE LOS TÍTULOS
Cuando Torres arribó a la ciudad de los Beatles en aquel verano de 2007, los entrenados en aquella fechas por Rafa Benítez, venían de ser finalistas por segunda vez en 3 años de la Liga de Campeones, perdiendo en la final con el Milán por 2 goles a 1. Pese a la derrota, el Liverpool de Benítez estaba en alza, peleando con los grandes, con opciones de ganarlo todo.
Torres lo sabía. Porque si algo atrajo a Fernando del Liverpool, además de su aroma único a fútbol, fue la posibilidad de poder competir, de pelear con los mejores, el brillo de las medallas, la adrenalina de los partidos grandes… las ansias de ganar.
Y es que, pese a ser uno de los delanteros más cotizados del fútbol mundial, Fernando Torres llegó a Liverpool con su nómina de títulos a cero. Nada. Vacía.
En sus siete temporadas en el Atlético, desde el año 2001 hasta el 2007, Torres sólo pudo celebrar un logro con la entidad del Manzanares: el ascenso a primera división en abril de 2002.
Después nada. En su retorno a primera, el Atlético pasó varias temporadas transitando por las posiciones templadas de la tabla, viendo la posibilidad de jugar en Europa como un sueño imposible.
Quizá eso no le importó a Fernando en sus orígenes, quizá al principio le bastó con la adrenalina de vestir la camiseta de un primer equipo con la que había soñado desde niño, de jugar sobre el césped que anhelaba cuando se machacaba las rodillas por los campos de tierra en edad infantil.
Pero el efecto no podía durar eternamente. ‘El Niño’ no paraba de pelear, temporada tras temporada, por hacer al Atlético un equipo competitivo, por volver a luchar entre los mejores. Pero no había manera. Y hubo un día en que la conexión de Torres con el club de sus amores, se rompió.
El 20 de mayo de 2007, el FC Barcelona le endosó un dolorosísimo 0 a 6 al Atlético en el Calderón. Y fue ese día cuando Fernando entendió que su idilio con los colchoneros había acabado. Tras varios veranos con millones de rumores sobre su marcha, Fernando decidió marcharse si aparecía en el período estival la oferta ideal para las dos partes. Y entonces, Rafa Benítez y el Liverpool llamaron a su puerta.
Fernando se marchó del Atlético sin haber podido jugar ni un sólo partido en competición europea y sin haber podido pelear por ningún título con la rojiblanca pero con la seguridad de que en el Liverpool tendría la posibilidad de luchar por todo.
Pero no fue así. La maldición de los títulos persiguió a Fernando hasta la ribera del Mersey. Y es que, en sus tres temporadas y media con los reds, Torres no ha podido levantar ningún trofeo.
Y lo que es aún más paradójico. La temporada siguiente a marcharse, el Atlético se clasificó para la Liga de Campeones y dos campañas después, Fernando vibró como un colchonero más desde el sofá de su casa de Liverpool viendo como el Atlético se alzaba con la Europa League primero y con la Supercopa después.
PROMESAS INCUMPLIDAS
Ya lo decíamos antes, pese a las escalofriantes cifras de las que se habla por su traspaso, el dinero no es el principal responsable de la marcha de Torres al Chelsea. O sí.
Sí, si los fichajes y la inversión que le han ido prometiendo a Fernando, verano tras verano, en las oficinas de Anfield, han sido cuestión de dinero.
Si ha sido así, el dinero es la causa de la salida de Fernando del Liverpool. Y es que Torres había dejado claro, en público y en privado, que los Reds necesitaban invertir en jugadores importantes si querían volver a competir. El portero Pepe Reina, también se expresó en términos parecidos el pasado verano.
Pero los fichajes no han llegado. El Liverpool transita por su temporada más complicada desde hace muchos años. Eliminados de la FA Cup y de la Carling, los Reds están vivos en la Europa League (se medirán al Sparta de Praha en 1/16) y séptimos en la Liga Inglesa, sin opciones de pelear por el título y con la clasificación para la Liga de Campeones, prácticamente imposible.
Todo estos condicionantes han hecho que Fernando, que en marzo cumplirá 27 años, haya decidido, como ocurrió en el Atlético, que su ciclo en Anfield Road ha terminado.
EL SUEÑO DE ABRAMOVICH
El dueño del Chelsea FC, el magnate ruso Roman Abramovich, lleva soñando con el fichaje de Fernando Torres desde que el delantero empezó a despuntar en el Atlético.
Y para qué hablar desde que llegó al Liverpool y se convirtió en la pesadilla de Petr Cech y la defensa blue. Y es que Torres tiene cogida la medida al Chelsea, siempre castigando la portería de los blues.
Los intentos de Abrahamovic de fichar a Torres, los serios, se remontan al verano de 2009. Entonces ya se filtró que el multimillonario ruso ofrecía 59 millones de euros por ‘El Niño’. El Liverpool atravesaba una situación económica complicada y sus entonces propietarios, Hicks y Gillet, se plantearon la salida de Fernando, pero finalmente la declinaron.
El segundo intento de Abramovich por Torres fue en el verano de 2010, durante el Mundial. Los diarios de media Europa se hicieron eco del viaje del dueño del Chelsea a Sudáfrica para cerrar el fichaje de la estrella del Liverpool. Tampoco pudo ser. Pero siete meses después, el sueño de Abramovich se ha hecho realidad.
Es más que posible que Torres debute con su nuevo club este mismo domingo en Stamford Bridge. Y a que no adivinan contra quién… Sí, contra el Liverpool. La vida y los invisibles hilos del destino…