¡¡¡Porco Berlusconi!!!
¿Cuánto puede aguantar un país cuyo primer ministro ya es famoso por el rito del ‘bunga bunga’? Se trata de las cenas periódicas de Silvio Berlusconi con veintipico chicas en su mansión de Arcore, cerca de Milán, donde ríen las gracias del anfitrión, corean sus canciones y hacen el trenecito hasta que llega la medianoche. A esa hora la comitiva va al piso de abajo, donde llega el plato fuerte. El ‘bunga bunga’. Una sala con luces rojas, con un bar, sillones y dos barras de lap-dance. «Las chicas se desnudaron y acercándose por turno y en grupos de dos o tres al presidente, que estaba sentado en un sillón, se frotaban contra él y se hacían tocar, con actitud provocativa y vulgar. Había disfraces de policía, de enfermera…», cuenta una joven en una grabación telefónica.
«La atmósfera era de risas, todos parecían divertirse mucho. (…) Había una gran rivalidad entre ellas… Después del ‘bunga bunga’ las chicas subieron al piso de arriba, donde el presidente debía elegir quién se quedaría a dormir esa noche. Era un momento muy deseado. Todas estaban esperando saber quién sería».
La avalancha de escuchas telefónicas que empezó a publicarse anteayer en Italia, del sumario del ‘caso Ruby’, ha arrojado un cuadro realmente increíble y ya quedan pocas dudas de cómo son las fiestas del primer ministro. Al día siguiente de una de esas verbenas, el pasado 19 de septiembre, una de las chicas, Barbara Faggioli, llama a otra: «Me ha dado lo mismo que a las otras, que a Ludovica, Elena. Pensaba que a lo mejor me distinguía un poco de las demás, de hecho Ale y Ludovica entraron juntas en la habitación y yo entré después. Sola, porque pensaba que él… Sí, bueno, me ha dado una pulsera de oro, pero con un diamante pequeñito, con la ‘F’ de Francesca. Prefería el dinero». Su amiga replica: «Venga Barbara, esto es solo el principio».
Otras tuvieron más suerte: «Una persona normal trabaja siete meses para ganar lo que me he llevado yo, es un poco demasiado…». Ser elegida para pasar la noche con el hombre más poderoso de Italia tiene premio, pero las que se van también reciben regalito. Por ejemplo, a esa chica de iniciales M.T. que se fue asqueada de la fiesta, el ‘Cavaliere’, al despedirse en la puerta, le dio dos de sus cedés con su guitarrista de confianza, Mariano Apicella, aparcacoches napolitano. Dentro, sorpresa, cuatro billetes de 500 euros. Además de recibir dinero, muchas de estas chicas -la Fiscalía investiga al menos a 13- viven en pisos que son propiedad del mandatario junto a Milano 2, la zona residencial que construyó en los setenta. La tesis es que había toda un red de prostitución estable para el consumo privado de un solo hombre, el primer ministro. Y una era menor, la famosa ‘Ruby Robacorazones’.
La impresión en Italia es de que se ha tocado fondo, como en los peores tiempos de los noventa, y de que esta vez le han pillado. Aunque con Berlusconi nunca se sabe. Los tribunales, por ejemplo, ya han certificado, en causas prescritas, cosas como que ha comprado jueces o sobornado testigos para que mintieran, pero ahí sigue. La lentitud de la Justicia italiana, los ardides de sus abogados para alargar los procesos y, sobre todo, las leyes que él mismo se ha hecho para torpedearlos le han permitido sobrevivir sin una condena firme en su contra. La responsabilidad política o moral es algo secundario si luego en las elecciones es absuelto por el pueblo, como así ha sido en 2001 y 2008. Pero esta vez el asunto parece más serio que nunca: está acusado de prostitución de menores y concusión, es decir, abuso de autoridad en el ‘caso Ruby’.
Ocho noches
‘Ruby’ es Karima El Maurough, marroquí que cumplió 18 años el pasado 1 de noviembre pero que durante sus relaciones con Berlusconi, entre febrero y mayo de 2009, según los fiscales, tenía 17. Es una joven atractiva y despendolada que se fugó de su casa en Messina, Sicilia, a buscarse la vida y a ser famosa. Un amigo de Berlusconi, Emilio Fede, presentador de uno de sus telediarios, la conoció en un concurso de belleza y le recomendó ir a Milán, donde contactó con el famoso agente Lele Mora. Tanto Fede como Mora son considerados por los fiscales como dos de las personas que le enviaban lotes de chicas y están acusados de favorecimiento de la prostitución. ‘Ruby’ se metía en líos, daba tumbos por centros de acogida de menores y vivía de las discotecas. Así acabó fichada para una de las fiestas de Berlusconi, el 14 de febrero de 2010. Aquella noche, según ha declarado a los fiscales, sólo se puso en bañador y le sirvió un ‘bitter’ en la piscina, mientras él retozaba con otras muchachas. Pero luego, según demuestra su móvil, volvió siete noches más y se quedó a dormir. Después fue detenida un par de veces por sus peripecias y, por ser menor, la Policía quiso enterarse de su vida. Así supo lo que pasaba en casa de Berlusconi.
El 7 de septiembre, tras ser interrogada y antes de que saliera a la luz el escándalo, ‘Ruby’ decía al teléfono: «Ahora saben que voy donde Silvio y que lo conozco, pero he negado el hecho de que Silvio sabe que soy menor, porque no quiero meterlo en líos». Conversaciones como esta son parte de los indicios de los magistrados contra Berlusconi de que conocía la edad de ‘Ruby’. Un mes después, la joven contaba sobre el primer ministro: «Me ha llamado y le he dicho: ‘He contado muchas cosas, pero he escondido otras muchas. Estaba ante la evidencia y no podía negar. Yo quiero sacar algo de toda esta historia’». Y al estallar el escándalo el 26 octubre: «Silvio ha dicho que me pagará lo que yo quiera, que lo importante es que cierre la boca, que niegue todo, que haga como que estoy loca, que diga tonterías…». En otra conversación revela que ha pedido al primer ministro cinco millones por su silencio. «Me llamó ayer y me dijo: ‘Te doy todo el dinero que quieras, te cubro de oro, lo importante es que escondas todo’».
En octubre, cuando aún no se conocían las grabaciones, el escándalo se quedó en nada, como todo en Italia. Berlusconi defendió con desparpajo su «estilo de vida» y proclamó que adora las mujeres. Y eso que al margen de los fiestorros había otro episodio muy delicado: el 27 de mayo de 2010 ‘Ruby’ fue detenida por robar 3.000 euros en la casa donde había dormido y Berlusconi en persona se pringó para sacarla de allí. Llamó a medianoche a comisaría desde la embajada de París, donde cenaba, para que la pusieran en libertad y la dieran en custodia, como menor, a una persona de su confianza, Nicole Minetti. Además mintió diciendo que era una sobrina del presidente egipcio, Hosni Mubarak. Berlusconi, que flota en una sensación de perenne impunidad, también reconoció esto sin rodeos, pero dijo que sólo fue «una ayuda a alguien que me había presentado un cuadro de vida trágico».
El caso pareció cerrarse, pero la Fiscalía de Milán siguió en ello y este viernes todo salió a la luz. La llamadita a comisaría es el segundo delito que imputan a Berlusconi: concusión, pues interpretan que presionó a los funcionarios para evitar que ‘Ruby’ revelara sus relaciones con él. Una fiscal de menores que ordenó internar a ‘Ruby’ en un centro de acogida, que tenía una denuncia de desaparición de su familia en Messina desde hacía un año. Pero los agentes la pusieron en libertad a las dos de la mañana sin ni siquera haber terminado de identificarla y sin el permiso de sus padres. El fax a la comisaría de Sicilia para que enviaran sus datos fue enviado después, a las 2.20 horas. Y el procedimiento de identificación no terminó hasta las 4.00.
¿Quién es Nicole Minetti, la persona que envió Berlusconi a recoger a ‘Ruby’? Es una joven de 25 años es exazafata televisiva e higienista dental del ‘Cavaliere’ que acabó enchufada en las listas electorales. Ahora es nada menos que consejera del Gobierno regional de Milán. Pero es algo más. Según la Fiscalía, organizaba las juergas de Arcore. Aquí habla ella preparando a una amiga íntima para la gran cita: «He hablado ahora con the boss off the record y le he dicho: ‘Entonces esta noche, aaah, te llevo una amiga mía’. Me dice: ‘Óptimo’. Le he dicho: ‘Mira que tiene dos carreras, será dura de pelar’. Por amor del cielo, verás cada cosa… hay gente para la que es la ocasión de su vida… Hay varios tipos de personas: la puta, la sudamericana que no habla italiano y viene de las favelas, otras más serias, la de una cosa intermedia. Y después estoy yo, que hago lo que hago».
El asqueo de la bailarina
El ambiente de las fiestas era tal que en una conversación se habla de una bailarina africana invitada para hacer la danza del vientre que salió asqueada. Pero uno de los aspectos más deprimentes es el ambiente cortesano, de avidez, que se refleja en las conversaciones de las chicas entre ellas. «Qué coñazo este viejo, dentro de poco nos manda a todas a tomar por culo sin nada. A lo mejor lo mato, le tiro una estatua a la cara», dice una ante el rumor de que quizá no vuelvan a ser invitadas. «’Papi’ es nuestra fuente de lucro», recuerda otra. «Si quiere reducir las cenas es hora de que empecemos a robarle algo de la casa», llega a proponer otra. En las escuchas también emergen peleas por conseguir este o aquel piso de premio. En esta carrera por ser la favorita del sultán se debe afrontar la competencia y además el estrellato dura poco, porque el género se renueva continuamente. «Ayer la Lisa se fue también, y no lo había hecho nunca, también ella tuvo su momento, como la Iris, funciona así, cada una ha tenido su momento y no hay que enfadarse cuando termina», explica Minetti a una chica. La amiga que Nicole Minetti preparó para la fiesta, sin embargo, era medio normal y salió escandalizada de la fiesta. Era admiradora de Berlusconi y esperaba ver de cerca su magnetismo, sus dotes seductoras: «En cambio no. Parecía una caricatura de sí mismo. Una cosa muy fea y muy triste (…) Sobre la base de algunas cosas se puede llegar a decir que es un enfermo».
Bien, Berlusconi leyó todas estas grabaciones antes que nadie, y mucho más que aún no se ha filtrado, el pasado fin de semana. Aún así, decidió grabar un mensaje en vídeo a los italianos en su despacho, con las fotos familiares detrás, diciendo que era todo mentira y no ha pagado por acostarse con una mujer en su vida.
Todavía no se sabe si aguantará el chaparrón y optará por intentar bloquear el caso en los tribunales echando mano de todos sus recursos legales. Para luego probar a ganar el juicio paralelo en la calle y en las urnas. El gran dilema, como desde hace años, es hasta dónde llegan las tragaderas de Italia. El ‘bunga bunga’, desde luego, es duro de roer.
Italia tiene un problema por la izquierda que se llama socialismo y un problema por la derecha que se llama Berlusconi.
La solución para Italia se llama Gianfranco Finni.
Berlusconi está en el sitio equivocado. En vez de ser presidente de gobierno de Italia tendría que ser contertulio de telebasura (A3, T5, La Sexta).