Preocupación en Cataluña por el auge de la violencia entre las bandas latinas
“Se está registrando una actividad cada vez más violenta y agresiva entre estas bandas” latinas, diagnosticó la unidad de investigación de los Mossos en Cornellà de Llobregat el 31 de mayo del año pasado. Lo hizo en un informe que describe como la Mara Salvatrucha se había hecho fuerte en esta ciudad y en la vecina de L’Hospitalet desde 2008, y que ofrece una visión a pie de calle. Desde una perspectiva más general, el experto de la policía catalana en estos nuevos grupos juveniles violentos, que ha seguido su evolución desde su implantación en Cataluña, hace unos siete años, relativiza: El fenómeno “preocupa, pero de ninguna de las maneras alarma”, declara el subinspector Lluís Paradell a la ACN y que recoge el diario ‘La Vanguardia’.
El informe producido en la unidad de investigación de Cornellà, al que ha tenido acceso la ACN, describe como la actividad de los grupos violentos juveniles en esa zona se ha intensificado y como sus actos han sido cada vez más agresivos.
Este escrito, remitido a la fiscalía de menores hace seis meses, es la culminación de una investigación policial que desencadenó el apuñalamiento de un chico de 14 años a las puertas de su instituto en el barrio de Sant Ildefons de Cornellà. Durante el medio año de investigaciones e interrogatorios a decenas de jóvenes, testigos y acusados de los hechos, la policía ya dejar claro en sus diligencias que los agentes suponían que se encontraban ante un acto de nuevos grupos juveniles violentos.
“Se quiere dejar constancia de las discrepancias y animadversión entre estos grupos rivales, en este caso entre la Mara Salvatrucha y Latin Kings, lo que provoca que muchas veces se produzcan peleas con resultado de delitos de lesiones, y tentativas de homicidio debido los utensilios utilizados, siendo muchas veces armas blancas tipo cuchillos de cocina, navajas e incluso sacacorchos”, explicaba por ejemplo un agente en una diligencia del 21 de mayo.
Pero es en el informe para la fiscalía donde los investigadores desarrollan todo su argumentario para defender una tesis: que los miembros del nuevo grupo juvenil conocido como Mara Salvatrucha integran una asociación ilícita. Una opinión que, de momento, no ha sostenido ninguna sentencia judicial en Catalunya y que el fiscal defenderá en el proceso contra los ocho de San Ildefonso.
L’Hospitalet, ‘sede’ de la Mara Salvatrucha en Cataluña
“En el caso de las presentes diligencias ‘Mara Salvatrucha, grupo Mara 13’, se da la existencia de tener una voluntad conjunta y concertada a la hora de cometer ilícitos penales y estructurar la organización”, asevera el informe . “En este sentido”, añade, “se tiene conocimiento de la existencia de reuniones por parte de los miembros del grupo en diferentes lugares de L’Hospitalet”. De hecho, concreta el escrito, de una rama de esta banda (Mara) tiene su sede al norte de esta ciudad, el barrio de Can Vidalet.
Robos y ‘caídas’ desde el 2008
Y, según los agentes de Cornellà, la aparición de este nuevo grupo en esta ciudad metropolitana, tras la pacificación relativa de los Latin Kings y los Ñetas hacia el 2006, no era flor de un día. “Se trata de una relación estable, de carácter duradero en el tiempo”. Los investigadores relatan cómo, desde el año 2008 hasta la fecha del escrito, la policía tuvo conocimiento de delitos y faltas cometidas por varias personas del grupo, habitualmente con reincidencia.
Se trata, según especifican los agentes, de “robos con violencia” y “caídas” (es decir, ataques planificados a otros grupos juveniles), “que acaban muchas veces en apuñalamientos, lesiones graves e incluso tentativas de homicidio”.
Las protagonizaban chicos – y algunas chicas – muy jóvenes que se encontraban en “reuniones habituales” como el parque que hay frente al campo de fútbol de Can Vidalet, o en domicilios propios. Los acusados de formar parte de este grupo citan en sus declaraciones, también, el parque de Can Mercader, en Cornellà, como uno de los lugares de reunión de un grupo que había extendido una ramificación hacia aquella ciudad en 2009.
Un mundo de simbología hermético
La investigación recuerda además algunos de los conocidos ritos y símbolos que estos jóvenes realizaban evocando la Mara. El ejemplo más destacado es un lenguaje con las manos que incluso puede significar frases enteras. Pero también un “ritual de duración de 13 segundos” que “consiste en recibir coces y puñetazos por parte de cuatro personas” para poder ingresar al grupo, el uso de los colores blanco y azul cielo en ropa y complementos, los tatuajes, especialmente entre los dedos pulgar e índice de la mano derecha, o las letras y los guarismos M, MS, y 13.
Para descifrar todo este mundo, los investigadores de Cornellà revelan las dificultades que les ponen los grupos. Recuerdan, por ejemplo, que el segundo mandamiento de la Mara hace jurar a sus miembros “que no hablarán con la tira (la policía)”, “con la intención de mantener la clandestinidad del grupo”, que muchas veces cometen las agresiones con la cara tapada o que, incluso, se cambian la ropa después de protagonizar-las. También se reúnen en “lugares aislados” y, incluso, “suelen esconder armas blancas y objetos contundentes que pueden ser utilizados como armas cerca del lugar donde se reúnen”, según el informe.
Un nuevo capítulo que no alarma a la policía
Estas son unas descubrimientos que podían parecer inquietantes en Cornellà el año pasado, pero que no quitan el sueño de la policía catalana. De hecho, la aparición de nuevos grupos juveniles violentos en L’Hospitalet y Cornellà que se identifican con la Mara 13 es el último capítulo de una historia que se inició a inicios de la década pasada, explica a ACN el máximo experto en estos nuevos grupos violentos de los Mossos, Lluís Paradell.
Entonces, recuerda, los procesos migratorios hicieron llegar a Catalunya un fenómeno que había llegado a América Latina desde los EE.UU. (hace falta recordar los Sharks y los Jets de West Side Story) al calor de la quiebra de Estados y de guerras , que confrontaban los adolescentes con escenas brutales de violencia en un marco de abandono por parte de los poderes públicos, según diagnostican los estudios sociológicos sobre estos grupos.
“Nada que ver” con la Mara centroamericana
Ahora bien, el fenómeno en Catalunya no tiene nada que ver con el de América. “Una cosa es dar un tratamiento mediático adecuado a la medida de la existencia de la problemática y la otra es intentar explicar lo que pasa aquí con imágenes o situaciones que se dan en otros países donde también hay grupos que también tienen los mismos nombres, pero que no tienen nada que ver”, subraya el agente, crítico con la forma de tratar el asunto que alguna vez han tenido algunos medios, y que reconoce, también, que algunos compañeros suyos del cuerpo se pueden asustar si comparan los grupos de aquí con las americanas.
El fenómeno catalán, mucho menor, “sigue siendo un hecho que está presente, que desde el punto de vista de la seguridad atendemos y nos preocupa, pero de ninguna manera nos alarma”, explica Paradell, miembro del Gabinete de la Secretaría de Seguridad del departamento de Interior, y por tanto un de los expertos los nuevos retos policiales que van surgiendo en Cataluña. De hecho, tan poco alarmado está el cuerpo que Paradell es escéptico con la conveniencia de imputar a los miembros de la Mara un delito de asociación ilícita, una medida legal, según él, poco efectiva.
Presencia “creciente”, pero de forma “muy contenida”
El subinspector subraya que los conflictos protagonizados por estos nuevos grupos, a pesar de las actitudes observadas en Cornellà y L’Hospitalet, “siguen siendo hechos muy circunscritos a unas cifras muy contenidas” si se comparan con la estadística global de delitos en Cataluña.
“La presencia real de los grupos conocidos popularmente como bandas latinas ha sido fruto de la evolución en estos últimos siete u ocho años, en la que ha ido creciendo pero de una forma muy contenida “, indica Paradell. “Es una realidad que puede constatarse en determinadas ciudades de Barcelona y su área metropolitana”, concede el agente, “pero ha ido evolucionando de una forma muy lenta e incluso pasando episodios en los que ha evolucionado hacia formas menos violentas”, subraya.
mira vosotros no entendeis nada, ellos es su forma de ser, ellos al entrar en una banda hacen un juramento y lo tienen que cumplir hasta el fin de sus dias. ademas a los latinos nos gusta cumplir nuestras promesas y tenerlas siempre presentes. asi lo hemos hecho siempre y asi se seguira haciendo.
Yo a todos estos los mandaría a la comisaría de Les Corts. Allí los meterían en cintura.
¿Que no es alarmante? que empiecen por preguntar a los cuerpos de seguridad sudamericanos…
No se el motivo que lleva a disculparles, concederles el nombre de asociacion y a ser tan condescendientes cuando todavia no hemos visto casi nada en comparacion con lo que llevan en Sudamerica.
De seguir asi, se haran cada vez mas fuertes y ya si estaremos hablando de problemas, ¿por que no se corta de raiz.
En España no se les da mas que palmaditas en la espalda mientras que en sus paises, les tratan a tiros.
ya dijimos hace un tiempo que esto parece West Side Cataluña Story.
http://altavoz-nosolonoticias.blogspot.com/2010/12/west-side-catalunya-story.html