El sistema ha dado luz verde a la caza y captura de Plataforma per Catalunya (PxC), que después de los excelents resultados obtenidos en las elecciones del 28-N se ha convertido en la octava fuerza política de Catalunya y en la primera fuerza y única alternativa extraparlamentaria.

El último episodio de esta bien orquestada campaña de demolición contra la PxC lo han protagonizado dos infiltrados de Calafell, padre e hija. Se trata de Antonio Muñoz, que tenía que ser candidato de PxC a la Alcaldía de Calafell para el próximo mes de mayo, y de Myriam Muñoz, cabeza de lista por la demarcación de Tarragona a las elecciones del 28-N.

A Antonio Muñoz se le había abierto un expediente disciplinario en vistas a su expulsión del partido el día 14 de diciembre. La PxC lo explica así en una nota pública: “Desde Calafell la mayoría de afiliados habían comunicado la intención de no ir en la lista electoral de Muñoz por su mala relación personal con todo el mundo, hasta el punto que él mismo había confesado al partido las dificultades de poder llegar a confeccionar una lista de cara a las municipales. También desde otras poblaciones de la comarca del Baix Penedès e incluso desde Barcelona habían llegado numerosas quejas denunciando actitudes inapropiadas de este personaje, hechos que vienen reflejados en el expediente disciplinario, como por ejemplo su intención de fundar un nuevo partido político desde ya hacía meses, para provocar una secesión dentro del partido, y otras actitudes censurables como el intento de sembrar la discordia entre los compañeros de partido”.

Desde PxC consideran “totalmente inadecuadas estas actitudes que dañan el talante de respeto y buenas formas entre los miembros del partido, perjudican la buena relación y la dignidad de sus miembros, desestabilizan la representación institucional, favorecen la sedición y la secesión, y atentan contra los principios democráticos del mismo”.

Myriam Muñoz, que se autoproclama candidata por Cunit sin que nunca nadie la hubiera nombrado, y su padre, les cayó encima un jarrón de agua fría al no ser ella elegida diputada el 28-N. Parece ser que según varios testigos, padre e hija ya se habían aplicado el cuento de la lechera con su sueldo del Parlament y con sus planes de transfuguismo una vez dentro. “Al no entrar en el Parlament se les cayó el mundo encima y han reaccionado con todos los medios ilegítimos imaginables. Para ellos la política era sólo un negocio, y cuando se les desmontó, tardaron pocos días en abandonar el barco de la manera más mezquina”, indica la PxC.

“Pero en cualquier caso, ni los unos ni los otros, no podrán impedir que la Plataforma per Catalunya de Josep Anglada se haya convertido en la octava fuerza política de Catalunya y a la vez en la gran esperanza de muchos catalanes para las elecciones municipales del mes de mayo, a pesar de no recibir ni un solo céntimo de subvenciones públicas, el boicot practicado por todos los grandes medios de comunicación, salvo alguna honrosa excepción, y los ataques constantes de infiltrados como los aludidos”, señala la formación identitaria.

Por otro lado, el presidente de PxC, Josep Anglada, ha manifestado que “PxC no puede tolerar que personajes con actitudes tan reprochables como las que ha protagonizado Antonio Muñoz se merezcan estar en nuestro partido”. En este sentido Anglada ha dicho que “todo este malestar que estaba intentado crear este nefasto personaje dentro del partido ya venía desde el mes de marzo cuando fue nombrada Myriam Muñoz cabeza de lista por la demarcación de Tarragona para las elecciones del 28-N”. Entonces, dice Anglada que “Muñoz amenazó de dejar el partido tanto él como su hija si no se nombraba a Myriam Muñoz Secretaria Territorial de Tarragona en sustitución de August Armengol, cosa que evidentemente no acepté”.