Desmontando a Cayetana de Alba
Grande de España, poseedora de 44 títulos nobiliarios, personaje mediático donde los haya,… Cayetana de Alba vuelve a ser protagonista de una serie de televisión. Tras el éxito de ‘La duquesa’, ficción de Telecinco que arrasó en abril con más de cuatro millones de espectadores y un 21,5% de ‘share’, la privada ha iniciado el rodaje de la segunda parte de la teleserie.
En la piel de Cayetana, repite Adriana Ozores mientras que Carlos Hipólito hace lo propio con Jesús Aguirre, el hombre con el que la noble estuvo casada 23 años. ¿El objetivo de ambos? Reeditar el éxito que tuvo la producción y ampliar de paso el retrato televisivo de la conocida aristócrata. «La primera parte servía para poner en situación a los espectadores. Era muy expositiva. Esta entrega, sin embargo, ahonda en la figura de Cayetana de Alba de un modo distinto», explica Hipólito, que encara un papel jugoso, de esos por los que se pelean los actores.
«El personaje es riquísimo. Te permite muchos registros. Está dibujado sobre el retrato de un hombre culto, con mucha ironía, con sentido del humor, pero también angustiado», indica anticipando parte de una de las tramas sobre las que girará la ficción. Aquella que plasma el rechazo de la aristocracia madrileña y sevillana ante la figura del teólogo e intelectual madrileño desaparecido en 2001.
Inspirada en dos biografías autorizadas, obra de la periodista Concepción Calleja, la segunda parte de ‘La duquesa’ promete descubrir aspectos de la vida de la aristócrata aún desconocidos por el gran público. Entre otros acontecimientos, la producción recogerá su idilio con Aguirre pero también se parará en las vicisitudes de sus hijos. Diego Martín y Natalia Sánchez (‘Los Serrano’) darán vida respectivamente al primogénito, el Duque de Huéscar, y a Eugenia Martínez de Irujo.
El rodaje, que se acaba de iniciar en Madrid, ha contado con el beneplácito de su protagonista, Cayetana de Alba. «Un privilegio absoluto del que no pueden presumir otras ficciones del mismo corte», según los actores.
Resultado de esa colaboración, el Palacio de Liria (Madrid) y el Palacio de Dueñas (Sevilla) han servido de escenarios para distintas escenas. Pero ahí no ha acabado la cooperación de la duquesa de Alba. También se ha encargado de revisar los guiones.
Hasta tres veces se entrevistó con el equipo para verificar que el texto reflejaba con verosimilitud sus costumbres y estilo de vida. O quizá para evitar que incurrieran en errores facilones como ocurrió en la primera entrega. La aristócrata se quejó tras visionar el primer capítulo de que ni sus hijos eran morenos ni sus asistentes llevaban cofia, como aparecía en la teleserie. «Pero en lo básico siempre estuvo de acuerdo. Creo que si llevaran mi vida a la pantalla también me pasaría algo similar. Me chocarían muchas cosas. Diría ‘¡Eh, pero si eso no fue así!», bromeó Hipólito.
Adriana Ozores alabó la responsabilidad de la duquesa, el cuidado con el que preserva su legado. «Da gusto como cuida cada cuadro, cada artesonado. Eso le da mucha categoría porque no es sólo su casa. Nosotros también formamos parte de todo su legado cultural».