Que El Hormiguero es un formato ya demasiado quemado lo sabemos todos. ¿Cómo puede ser que el que en su día fue un programa entretenido e innovador se haya convertido en semejante estupidez?

Parece ser que el programa de Pablo Motos es, inexplicablemente, una parada obligatoria para las celebrities tanto nacionales como internacionales. A base de tener invitados más que respetables se ha producido un efecto dominó y ahora ‘no eres nadie’ en nuestro país si no charlas con Trancas y Barrancas. Pero, ¿eso es sinónimo de calidad? ¿Está el programa a la altura de tan exquisitos invitados? La respuesta en mi opinión es rotundamente, no.

De los muchos ejemplos que me vienen a la mente y como buena Lostie que soy, debo destacar el paso del gran actor Jorge García -Hurley- que se curró toda la entrevista en español mientras Motos no hacía más que repetir que no tenía ni ‘papa’ de inglés. Todavía me parece surrealista que siendo presentador de un programa al que acuden artistas de todo el mundo no se moleste, ni siquiera por respeto a los entrevistados, en hacer un curso intensivo ¡aunque sea uno de esos a distancia por Dios! El espectador, y sobretodo el personaje que se sienta ahí a oír sus gracias en un idioma que no comprende, lo agradecerán muchísimo.

A Jorge García le preguntó sandeces del tamaño de: “¿Te gusta limpiarte el culo con toallitas? o ¿Qué fuman los guionistas de Lost, peyote?” y el pobre chico, acostumbrado a entrevistas con cierto nivel, esbozaba esa sonrisa compasiva e inquieta de “por favor, que acabe ya este bochorno made in Spain”. De hecho, al volver a América lo primero que dijo fue que nunca había estado en un programa tan raro como El Hormiguero y que no entendió la mitad de cosas que decían esas marionetas lilas de la mesa.

Un caso muy reciente y similar al de Jorge es el del joven actor Jesse Eisenberg, protagonista de “La red social” que me huele mucho a Óscar. Hace un par de semanas el actor pisó el plató de Pablo Motos y su conclusión, una vez en América, es tan simple como: “‘El hormiguero’ está diseñado para humillar a los invitados americanos”. Quitando el toque patriota que tienen grabado en la frente todos los americanos ‘cool’, estoy totalmente de acuerdo. Si yo fuera invitada a un programa de América dónde, sin apenas un traductor decente, se me “obliga” a bailar, cantar, hacer ciencia etc y todo en un idioma que desconozco, me aburriría como una ostra y no disfrutaría nada del show. Jesse dice que justo antes de salir a plató le dijeron “Disfruta” pero que, por más que lo intentó, no lo consiguió. Se siente humillado y cuando le preguntan de qué iba el programa, responde: “La verdad no lo sé, porque no hablo tanto español. Te dicen antes de entrar en el programa, “diviértete”. Entras y te das cuenta que es imposible, porque el programa está aparentemente diseñado para humillar al invitado americano. Enseñan estúpidas imágenes de ti, y en cierto modo se ríen de ti. Entonces el público se ríe, y te traducen y te das cuenta de que sí, que se están riendo de ti. Y no tienes tiempo de responder, porque ya han pasado a otra cosa en español.”

Yo respaldo sus declaraciones. Siento ser cruel pero, El Hormiguero debería morir. Ya se ha estirado la goma al máximo y la cosa empieza a decaer seriamente. Quitando las entrevistas a Will Smith (ya casi como de la familia) el 90% restante deja mucho que desear. O se ponen las pilas o, insisto, ¡que aprendan inglés por lo menos