Cuatro meses después de su llegada al banquillo del Inter de Milán Rafa Benítez parece tener las horas contadas como técnico ‘neroazurro’. El máximo mandatario del club italiano, Massimo Moratti, ha perdido la confianza en el madrileño y los rotativos italianos hacen hincapié en la crisis que atraviesa el actual campeón de Europa.

En la Gazzeta dello Sport se preguntan en portada si Benítez se llegará a comer el Panettone, dulce típico de Navidad en Milán. Aseguran que los encuentros de la Serie A ante el Chievo y el de ‘Champions’ frente al Twente holandés serán claves en el futuro del ex del Liverpool. Además cada vez suenan con más fuerza los nombres de los posibles sustitutos: Leonardo, Luciano Spalletti, Trapattoni e incluso el ex azulgrana Frank Rijkaard.

Los dirigentes del Inter temen acabar el año en blanco, algo que no ocurre en los últimos seis años donde el conjunto italiano se ha acostumbrado a los triunfos y ha recuperado la hegemonía ciudadana frente al Milan. Benítez estuvo reunido este miércoles durante cerca de tres horas con el resto de hombres fuertes del conjunto italiano – Branca, Moratti hijo y el director deportivo Ausilio- para tratar la crisis de resultados por la que atraviesan. “No voy a tomar ninguna decisión, tengo plena confianza en el técnico y el proyecto sigue adelante”, afirmaba Moratti al abandonar la reunión según recoge el diario transalpino Corriere dello Sport.

Pese a tener en cuenta la plaga de lesiones que debilitan al equipo, Moratti señala a Benítez como responsable de los malos resultados y sabe que uno o dos tropiezos más le pondrían en la calle. Lograr las próximas victorias en el Calcio, en Liga de Campeones y en el próximo Mundial de Clubes -que se disputa el próximo mes en Abu Dhabi- haría no sólo enderezar la marcha de los de Milán sino incrementar la confianza en el español.