La escuela de marines de Red Bull
El nuevo campeón del mundo de Fórmula 1 proviene de una especie de secta para supervivientes. Sebastian Vettel ha crecido a golpe de látigo, una prueba de resistencia de largo alcance denominada ‘Programa de jóvenes pilotos Red Bull’. Y ha ganado. Su origen para llegar hasta la última raya del circuito de Abu Dabi es lo más parecido a una escuela de marines.
La liturgia del deporte describe estímulos imperecederos, como el ‘Esto es Anfield’ que marca a fuego la entrada del estadio del Liverpool o el ‘Bienvenidos al infierno’ que retrata el comienzo de la escalada ciclista al Angliru. La escuela de marines de Red Bull arranca con el saludo de Helmut Marko, antiguo piloto austríaco de los 70 que se quedó tuerto del ojo derecho por una piedra lanzada desde el Lotus de Fittipaldi en el Gran Premio de Francia de 1972. «Yo no soy su padre. Yo les pago. Y si no sirven, adiós», dice como bienvenida el ideólogo de la escudería campeona de la Fórmula 1.
Helmut Marko se convirtió hace ya varios años en el asesor número uno de Dietricht Mateschiz, propietario de la famosa multinacional de las bebidas energéticas. El magnate compró el antiguo equipo Jaguar en 2004 y nombró a Marko hombre de confianza. Red Bull era una de las cenicientas de la parrilla, pero Marko ya había empezado a dar forma hacía más tiempo a su plan estrella, el programa de pilotos.
La escuela de alto rendimiento donde se adiestró Vettel como un soldado tiene su sede en Fuschel (Austria), muy cerca de Graz, de donde es nativo Marko.
Por allí han pasado 140 aspirantes a pilotos de Fórmula 1 desde el comienzo de siglo y solo cuatro han alcanzado su objetivo a pleno rendimiento: Sebastian Vettel, Jaime Alguersuari, Sebastian Buemi y Scott Speed.
Vettel es alemán y campeón del mundo. Alguersuari es español y tripulante de Toro Rosso, lo mismo que el suizo residente en Bahréin Sebastian Buemi. Scott Speed nació en California, corrió para Toro Rosso en 2006 y parte de 2007 y actualmente compite en la Nascar americana.
Severidad psicológica
Los planes de entrenamiento son severos, aunque, sobre todo, el adiestramiento se ciñe al apartado psicológico. Los gestores del programa planteado por Marko someten a los adolescentes a un filtro mental. El que resiste se queda. Y el que demuestra debilidad se va. Tono militar para la cuna de la Fórmula 1.
Un médico amigo de Mateschiz, el doctor Bernd Pansold, sostiene parte del programa de Red Bull con sus métodos. En el ideario de Pansold, las cosas se hacen de otra forma: «Muy pocos patrocinadores y equipos prestan atención al componente físico y psicológico de los pilotos para realizar una evaluación integral de su entrenamiento. Red Bull entiende que sus atletas deben tener un elevado nivel de resistencia al estrés. Esa es la razón por la que combinamos el aspecto psicológico con el cuidado cardiovascular y muscular, además de una dieta específica».
A través de su programa de jóvenes pilotos, Red Bull participa en la mayoría de las competiciones automovilísticas de las categorías inferiores para conseguir su objetivo del pasado domingo: ver a uno de los suyos, Vettel, como campeón del mundo de la Fórmula 1.