Zapatero convoca un Consejo extraordinario para debatir la prórroga del estado de alarma

El estado de alarma tiene una duración de 15 días naturales de manera que, si el Ejecutivo desea una prórroga, ésta debe estar ya en vigor el domingo 19. Para ello, no basta una decisión gubernamental, sino que es necesaria la autorización expresa, por mayoría simple, del Congreso. Con el calendario que maneja el Gobierno, si el Consejo de Ministros decide esta tarde solicitar una prórroga del estado de alarma, su petición se someterá al pleno del Congreso el jueves, donde la defendería el propio Zapatero antes de partir hacia el Consejo Europeo que se celebra en Bruselas.
En tal caso, el Gobierno confía en contar con los apoyos necesarios para sacar adelante la prórroga, aunque el PP no ha desvelado aún cuál será su posición y se ha limitado a advertir que el estado de alarma no puede declararse con carácter preventivo. No obstante, CiU y el PNV ya han adelantado que el Ejecutivo podrá contar con su voto si justifica que la “amenaza de caos” para el transporte aéreo en las fiestas navideñas es “real”. Otras formaciones minoritarias, en especial ERC, IU-ICV, BNG y Nafarroa Bai, se han mostrado en contra de la medida.
Según fuentes del Ejecutivo, la solicitud podría presentarla el Gobierno a la Junta de Portavoces del Congreso sin necesidad de una reunión del Consejo de Ministros, pero el propio Consejo decidió el pasado viernes reunirse de manera extraordinaria para debatir y adoptar la decisión para dotar de solemnidad a la solicitud. Si el Parlamento la aprueba -y puede fijar su alcance y condiciones-, el Consejo adoptaría un nuevo decreto en el Consejo de Ministros ordinario del próximo viernes, con lo que la prórroga del estado de alarma entraría en vigor antes del domingo, sin dejar, en palabras del vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, “días en blanco” entre uno y otro.
Minutos antes del anuncio de Zapatero, el ministro de Fomento, José Blanco, ha pedido el respaldo del Congreso para que la vuelta a la normalidad en la navegación aérea sea “permanente” y no se repitan hechos como el provocado por el abandono masivo de controladores durante el pasado puente de la Constitución. A su juicio, los hechos del puente de la Constitución “no han sido un episodio aislado, sino la culminación de un largo proceso de sucesivas amenazas, chantajes, actuaciones irregulares y coactivas”.