“Hijos” pagan hasta cinco mil euros a sus “padres” para obtener residencia en la Unión Europea. Ese es el nuevo modo de resolver el problema de muchos inmigrantes indocumentados que habitan en España. En cuanto uno tiene la tarjeta de residencia eso la da permiso de trabajar y en poco tiempo obtener la nacionalidad española. El documento sirve para todos los países de la Unión Europea, hasta que unos de los “hijos” viajan a Suiza.

A cambio de su dinero, los extranjeros obtienen certificados de nacimiento y pasaportes falsos para establecer parentesco. Según los informes de la Policía Nacional, los delincuentes son en su mayoría originarios de diferentes países de África como Ghana, Gambia, Costa de Marfil, Nigeria, o países asiáticos como Bangladesh, todos con permiso para trabajar en el territorio de la EU. Si la persona logra recibir la nacionalidad, esto permite facilitar el trámite de “adoptar” a sus “hijos”.

¿Cómo funcionan las organizaciones que se dedican a falsificar este tipo de documentos? Habitualmente, después de establecer contacto con el inmigrante, los jefes de tales organizaciones buscan a alguien para hacerse pasar por familiar del ciudadano irregular; en varias ocasiones ellos mismos desempeñan este papel.

Después el inmigrante junto con sus falsos padres acude a Oficinas de Extranjeros llevando en sus manos un certificado de nacimiento y el pasaporte. El problema para la Policía consiste en determinar si los pasaportes y certificados de nacimiento son falsos. Cuando se detecta alguna anomalía o surge alguna sospecha se realiza una investigación.

Se conocen casos en que falsas madres solicitaban la reagrupación de dos falsos hijos que habían nacido con apenas 3 o 4 meses de diferencia. En algunas ocasiones los supuestos progenitores o descendientes no son ni siquiera del mismo país o no hablan el mismo idioma.

El ingenio de los delincuentes no tiene fronteras, algo que demuestra el caso de un hombre de origen nigeriano, arrestado en Cataluña, que era “padre” de 80 “hijos”. Actuaba bajo doble identidad y viajaba por diferentes ciudades para no levantar sospechas.