La desvergüenza de Vilalta
Considero un acto de cinismo que Vilalta pida una indemnización. Resulta cínico que Vilalta tenga la desvergüenza de plantear esa reivindicación después de que a él y sus compañeros todos los españoles hayamos pagado su rescate. Parece que ya no recordamos las múltiples críticas que este hecho ha acarreado a España a nivel internacional. Es inmoral que Vilalta, como beneficiario de ello, pida ahora una indemnización -que ahora el Ministerio del Interior tendrá que estudiar-. Para el PxCat estamos delante de un escándalo.
La reforma de la ley de víctimas del terrorismo que se tramita en el Congreso de los Diputados establece que se considerarán víctimas del terrorismo a todos aquellos españoles que hayan sufrido atentados en el extranjero, independientemente de que el ataque se haya dirigido o no contra intereses nacionales como contempla la legislación actual.
Es insultante lo que pueden hacer estos pijos yendo a hacer de buenas personas mientras se lo pasan bien de viajecito por África. No hace falta opinar sobre si se deben o no pagar rescates a terroristas por parte de un estado, pero sí cabe expresar nuestro enojo porque encima, una de esas personas que fue rescatada con cargo a los presupuestos (¿los reservados?) del estado haya decidido ahora solicitar una indemnización al propio estado como víctima del terrorismo. Creemos que la solicitud de Vilalta no es de recibo, aunque diga que lo usará con fines “sociales”.
Hay que recordar que este grupo de personas con la mejor de las intenciones decidió adentrarse en un país en el que se sabe que existe un conflicto bélico, político o terrorista sobre el que nuestro gobierno tiene poca o ninguna capacidad de influencia. ¿Se pueda exigir a éste que se haga cargo de indemnizar a quien, en su momento, decide asumir el riesgo? Esta claro que en nuestra sociedad pesan mucho más los derechos individuales que las responsabilidades colectivas. La madurez de las personas exige un alto nivel de responsabilidad sobre los propios actos y, por ende, la capacidad para asumir sus consecuencias, sean positiva o negativas.
Viendo que Albert Vilalta ni necesita ni quiere la indemnización que se podría derivar de su reconocimiento como víctima del terrorismo sólo se nos ocurren dos motivos que pueden justificar su pretensión: o es demasiado inmaduro para el cargo que ostenta o posee un afán de protagonismo patológico.
*Presidente del Partit per Catalunya.