Galifianakis, descubierto en “Resacón en Las Vegas” y aupado prematuramente al trono de heredero de John Belushi, demuestra en este nuevo trabajo que sus dotes como actor son cuanto menos limitadas.

Histriónico y exagerado, su personaje es tan absurdo que roza lo patético pero no llega al punto de surrealismo que hubiera hecho pasar la historia al género descerebrado que probablemente busca.

Y más descolocado aún está Robert Downey jr, un actor que ha demostrado con creces tener un extraordinario talento pero que en los últimos años se ha decantado con gran alegría hacia las películas más comerciales y vacías de contenido.

Una pareja de actores que protagonizan esta road movie que busca de cualquier manera un punto de partida para hacerles coincidir en un coche que atraviesa Estados Unidos desde Atlanta hasta Los Ángeles.

La excusa, un malentendido en un avión que les incluye en una lista negra, lo que les obliga a compartir un coche para que Peter (Downey) pueda llegar a tiempo al nacimiento de su primer hijo.

Tan previsible como obvia, la película se mueve en los parámetros de la comedia absurda pero no logra en ningún momento ser parte del género que tan bien supo representar Phillips en “Resacón en Las Vegas”.

Una historia más que olvidable, en la que las bromas vulgares ocupan la consabida cuota que siempre les reserva este tipo de cine en Hollywood y en la que el guión está al servicio de unos supuestos gags cómicos y de unos actores que parecen perdidos en el desierto que atraviesan.

“Due date” (“Salidos de cuentas”) se estrena hoy en todo el mundo.

Alicia García de Francisco