El polémico actor Willy Toledo, famoso por sus posturas radicales de izquierdas, que lo mismo le llevan a defender la dictadura de los Castro que a la agitación de la calle en todo tipo de manifestaciones y marchas antisistema, acaba de recibir del Gobierno de Mariano Rajoy una subvención de 12.000 euros.

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en resolución del pasado 15 de octubre, aprobó esa subvención a la compañía Animalario, fundada por Willy Toledo, Ernesto Alterio y Alberto San Juan, dentro de su programa de ayudas al teatro y al circo. Willy Toledo es, con diferencia, el más activo de los actores en el panorama social y reivindicativo. Fue uno de los presentadores de la gala de los Goya de 2003, marcada por el rechazo del mundo del cine a la guerra de Irak bajo el lema No a la guerra.

Aquel papel le sirvió para ser uno de los artistas más mimados por el Ejecutivo socialista, que le dio durante su mandato la friolera de 240.500 euros en forma de subvenciones. Hoy, además, es portavoz de la plataforma Todos con el Sáhara, y nos tiene acostumbrados a todo tipo de declaraciones desafortunadas, como aquella vez que calificó de “delincuente común” a Orlando Zapata, disidente cubano muerto tras una huelga de hambre. El pasado 29 de marzo fue detenido por protagonizar destrozos en un local que se negó a hacer huelga. El dueño lo acusó de “alentar a las masas a causar destrozos y agredir a los presentes”.

La biografía de Willy Toledo, además, no es la de alguien humilde o popular. Su padre, José Toledo, fue un prestigioso cirujano torácico que pudo, gracias a su éxito profesional, facilitar a Toledo una educación de lo más elitista. Con 16 años lo envió a Nueva York a estudiar, durante unos años, en un instituto de teatro y ya en Madrid se apuntó a la famosa Escuela de actores de Cristina Rota, donde conoció a sus compañeros de Animalario y a otros muchos actores del panorama nacional.