Foto del Juez Jonathan Perkins.

Europa enloquece de un modo cada día más alarmante. A un solicitante de asilo sudanés, que violó a una niña de 12 años, se le ha permitido permanecer legalmente en Gran Bretaña, después de que el juez dictaminara que la deportación violaría sus derechos humanos.

Sani Adil Ali fue encarcelado por violar a una niña de solamente 12 años, apenas unos meses después de haber cometido la violación se le dió el estatuto de refugiado.

Cuando fue condenado, el otro juez lo describió como “un peligro potencial para las niñas” y lo puso en el registro de delincuentes sexuales para el resto de su vida.

Sin embargo, después de cumplir una condena de tres años, un tribunal de inmigración dictaminó que Ali podría permanecer legalmente en Gran Bretaña bajo el argumento de que él podría estar en peligro si regresa a Sudán.

El principal juez de inmigración Jonathan Perkins permitió que el delincuente sexual de 28 años de edad permanezca legalmente en Gran Bretaña, a pesar de que los funcionarios han dicho que el hombre presenta un alto riego para las chicas jóvenes del país.

En su fallo, el juez Perkins dijo: “Nos parece que el recurrente sigue teniendo derecho a la protección de la Convención sobre los Refugiados y la Directiva de Reconocimiento”.

No es la primera vez que el juez Perkins ha tomado una decisión controvertida. El mes pasado el The Mail on Sunday informó cómo se permitió que un musulmán afgano que afirmaba ser un talibán, había matado a personas en su país, este juez le dejó estar en Gran Bretaña legalmente.

También se ha informado de que el juez Perkins ha permitido a menudo que delincuentes extranjeros vivieran en el país debido a su “derecho a una vida en familia” bajo la ley de los Derechos Humanos.

Su última decisión es otro revés para la secretaria del interior, Theresa May, que dice que los delincuentes extranjeros utilizan los derechos humanos para evitar ser deportados, y esto parece estar afectando reiteradamente a los tribunales.

Charlie Elphicke, diputado conservador de Dover y Deal, que ha presentado un proyecto de ley para reemplazar la Ley de Derechos Humanos con un proyecto de ley británica de Derechos Humanos, dijo: “Gran Bretaña siempre estará ahí para dar refugio a los necesitados, pero las personas que cometen delitos aquí, debe ser enviado de vuelta inmediatamente”.

La opinión popular de los ciudadanos ingleses de Gran Bretaña, es que están horrorizados por este caso. Resumen que la ley de derechos humanos de europa está mal redactada.

“Debemos tener tolerancia cero con los refugiados que cometen delitos. Casos como éste son la razón por el que presento mi apoyo al proyecto de ley británica de derechos para que podamos contralar nuestras fronteras y asegurar que los delincuentes y terroristas extranjeros son deportados de inmediato”. explicó un ciudadano.

Ali, que es de la región de Darfur, llegó a Gran Bretaña en octubre de 2003 y fue galardonado con el estatuto de refugiado en febrero de 2005.

Sin embargo, dos meses más tarde fue detenido en su domicilio en Middlesbrough por la violación de una niña húngara de 12 años de edad.

Ali atacó a la niña mientras hacían un viaje que duraba cinco días a Sheffield. La familia de la víctima se ofreció a llevarlo para que visitara a un amigo, llamdo Ahmed Kamel, que tenía 22 años y también era de Darfur.

Ali y Ahmed se conocían entre sí y ambos conocían a la familia de la niña, del campamento de refugiados de Italia y Francia.

Ali, quien se declaró culpable de un cargo de violación de menores, fue condenado a tres años de prisión por el Tribunal de la Corona de Sheffield. Ahmed que participó en la violación fue declarado culpable de tres cargos de violación a menores y encarcelado durante diez años.

El juez Michael Murphy dijo: “Considero que cada uno de ustedes son un peligro potencial para las niñas y por lo tanto cada uno de ustedes será no podrán acceder a un trabajo que implique trabajar con niños menores de 16 años”.

Cuando Ali fue liberado de la cárcel de Doncaster en 2008, el Ministerio del Interior ordenó que regresara a Sudán y fue encerrado en un centro de internamiento de inmigrantes.

Ali hizo un llamamiento a la corte de inmigración, y cuando un juez rechazó su oferta, montó un nuevo llamamiento a la oficina del Tribunal Superior de Inmigración y a de la Cámara de asilo.

En la audiencia de Sheffield, el juez Perkins dictaminó la no deportación de Ali, que proviene de la tribu zaghawa, según el juez violaría sus derechos en virtud del artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que prohíbe la tortura o castigo inhumano.

El juez Perkins, que se refiere a una sentencia de 2009 que establecía que las tribus no árabes, como los zaghawa “están en riesgo de persecución en Darfur y no pueden trasladarse a otra parte de Sudán”.

El juez también dijo que Ali no podía ser deportado porque no era un peligro para los ciudadanos, y por lo tanto no puede quitarle su condición de refugiado en el país.

El Gobierno admitió que estaba impotente frente a la decisión del tribunal, diciendo que la ministra del interior no puede hacer nada. “Estamos a merced de los tribunales” dijo el gobierno.

La Agencia de Fronteras del Reino Unido dijo “No creemos que esta persona necesite o merezca refugio en este país”.