El Arca de Noé en medio de la tempestad. La Iglesia del Papa Luna y ¡la nuestra también!
AD.- Sabíamos que el Rvdo. Custodio Ballester estaba preparando su tesis doctoral sobre el Papa Luna (Benedicto XIII, del que ha escrito profusamente en AD). Una figura apasionante en la historia de la Iglesia. Diríamos que además de apasionante, edificante. Y estábamos deseando ver publicada su tesis. Pero, ¡oh grata sorpresa!, nos encontramos con una especie de adelanto de ese proyecto: un planteamiento previo, sin entrar de momento en sus resultados, volcado en el libro que acaba de publicar la Editorial Fides. Sumamente oportuno en tiempos en que vuelven a asomar las orejas veleidades sedevacantistas, conspirativas y demás que cuestionan las elecciones de los últimos papas.
Buen momento para recordar que Historia, magistra vitae: “La historia es la maestra de la vida”. Y que quien desconoce su historia, corre el riesgo de repetirla. Evidentemente, el P. Custodio aborda sin prejuicios una figura tan prejuzgada, porque -decían sus contemporáneos- fue necesario condenarla “por el bien superior de la Iglesia”. Sin parar mientes en si el juicio era justo o injusto. Esa no era la cuestión. “Por el bien de la Iglesia” tenía que ser condenado y excomulgado (expulsado del seno de la Iglesia). Y así se hizo. Pero frente al juicio de la Iglesia de entonces hay que colocar el juicio de la Historia: que dista mucho de ser el mismo. Y eso requiere mucha documentación, mucho análisis, mucho estudio. Y en ese quehacer está la tesis doctoral que mosén Custodio está preparando sobre el Papa Luna. O más bien sobre la Iglesia de la que formó parte y ayudó a configurar. Porque queda abierta la gran pregunta: la aparente terquedad de este papa, ¿redundó en perjuicio de la Iglesia? ¿O ese perjuicio es sólo aparente por excesivamente inmediato?
En efecto, ocurrió entonces y ocurre ahora que la excesiva inmediatez no nos permite valorar el alcance de los acontecimientos. Siendo la Iglesia una institución bimilenaria, ni se define ni se determina por un solo pontificado. Estamos actualmente en tormentas que no se han originado en el actual pontificado; y ni tan siquiera en el Concilio Vaticano II. La tormenta que está sufriendo la Iglesia viene de mucho antes. Estamos, quizá, en lo más recio de una tormenta por la que la Iglesia se ha ido dejando seducir, paso a paso. Hasta llegar al momento actual, con los protagonistas que Dios ha querido o ha permitido. El hecho cierto es que ni podemos conformarnos con el juicio que hizo en su momento la Iglesia sobre Benedicto XIII, ni podemos pretender que nuestro juicio (tanto el favorable como el contrario) sobre los protagonistas del momento actual de la Iglesia goce de la suficiente perspectiva y objetividad.
Y resulta que tanto los partidarios como los detractores del actual pontificado, sostenido por una imponente corte de sustentadores, y una inmensamente mayor multitud de bocas cerradas, esperan ansiosos el desenlace que nos depare el próximo cónclave. Contando unos y otros, con que el parto puede ser sumamente doloroso; y que la fumata definitiva será blanca para unos, y gris o negra para otros.
Es que la elección de un nuevo papa, tras la muerte del anterior, ha sido muy dificultosa. La Iglesia se ha sumido siempre en una zozobra cuasi universal. Cuando finaliza un pontificado y se espera el nacimiento de uno nuevo, la crisis se extiende dentro y fuera de la comunidad eclesial. Influencias mundanas y hasta maléficas se filtran bajo las puertas del cónclave, como aquel humo del que advertía con tanto acierto el mismo Pablo VI tras el concilio Vaticano II.
Oportunamente, por tanto, la Editorial Fides acaba de publicar una nueva obra sobre el incombustible D. Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor, el cardenal de Aragón, que fue posteriormente elegido pontífice en Aviñón en 1394 como sucesor de Clemente VII y que tomó el nombre de Benedicto XIII en su obediencia. La celebración del 600 aniversario de su solitaria muerte en Peñíscola dio particular fuerza al deseo de ver rehabilitada la memoria de aquel al que el concilio de Constanza (1417) declaró réprobo por conveniencia política, no según derecho.
En fin, que mosén Custodio Ballester le ha echado valor y se ha lanzado a trabajar el tema, por el evidente interés que ofrece en estos momentos la proyección de las preocupaciones actuales de la Iglesia a una época mucho más conflictiva que la actual. El estudio de ese turbulento período, puede ser muy útil para proyectar una perspectiva desdramatizada sobre el momento actual de la Iglesia. Partiendo de su licenciatura en Teología Fundamental por la Facultad de Teología de Cataluña, el autor lleva ya unos años trabajando en el proyecto de tesis doctoral sobre la legitimidad del pontificado de Benedicto XIII. A ello le empuja también la proximidad de su casa solariega en Benicarló al castillo de Peñíscola, emblema de la tenacidad de tan singular pontífice.
La publicación, enmarcada en el llamado Cisma de Occidente (1378-1429) quiere ser, a la vez, académica y divulgativa. Académica porque la figura del Papa Luna, tan denostada por la historiografía eclesiástica oficial, merece una cumplida reparación, libre ya de apasionamiento. Divulgativa porque el gran público merece conocer la martirizada historia de aquel aragonés universal “de vida limpia, austera, generosa y sacrificada por una idea del deber”.
Ni que decir tiene que la lectura de este planteamiento previo a la tesis doctoral, que nos ofrece la Editorial Fides, es apasionante y clarificadora. Su título sorprendente El Arca de Noé. La Iglesia del Papa Luna, https://www.edicionesfides.es/producto/el-arca-de-noe-la-iglesia-del-papa-luna/ hace referencia al nombre que le dio Benedicto XIII a la comunidad eclesial en aquel momento de zozobra.
Siguiendo las peripecias del Cisma de Occidente, con las intrigas que urdieron los reyes de los distintos reinos cristianos para tener a su sombra al papa y por ende a la Iglesia, el lector entenderá que las presiones que sufre hoy la Iglesia por parte de las potencias del mundo, son realmente insignificantes. El pueblo romano persiguiendo y amenazando de muerte a los cardenales para que eligieran “un papa romano o al menos italiano”, Benedicto XIII asediado en Aviñón por los mercenarios del rey de Francia, las traiciones de todo género y las peripecias por las que pasaron los actores principales de este drama, hasta llegar al exilio definitivo del Papa Luna en Peñíscola, no tienen nada que envidiarle a una novela de aventuras.
En fin, aquí tenemos en este libro del P. Custodio Ballester, unos materiales preciosos con los que dar vida a una de las épocas más difíciles de la Iglesia, en la que destaca la figura nobilísima del Papa Luna. Con estos materiales se podría construir un guion cinematográfico de primera. Felicitamos al P. Custodio por tan apasionante iniciativa. Y, en cualquier caso, por ofrecernos un espejo bien bruñido para mirarse en él la Iglesia de hoy.Ballester, C. (2025) El Arca de Noé. La Iglesia del Papa Luna. Torredembarra (Tarragona), Editorial Fides
El Papa Luna Benedicto XIII fue elegido canónicamente papa y luego defenestrado e incluso calumniado, ni aun hoy se sabe quien fue realmente el papa legítimo. Rompamos una lanza a favor de nuestro compatriota Benedicto XIII «el papa Luna».
La Iglesia se fundamenta en el Evangelio Y en él, Jesús advierte que Su Reino no es de este mundo ( Juan 18, 36 )….que no se puede servir a dos señores, qie no se puede servir a Dios y al dinero..(Mateo 6, 24) ¿ Tan difícil es de aceptar?. Porque entenderse, se entiende perfectamente… Pero bueno el que tenga oidos, que oiga (Mateo 13, 9). El Papa Benedicto XIII (el Papa Luna) pese a padecer tantos sufrimientos, tuvo la generosidad de escribir un libro para ayudarnos en tiempos adversos : “Libro de las consolaciones de la vidaa humana”. El… Leer más »