Los cuatro muleros de Málaga y el dúo Pimpinela de Benalmádena
(…) De los cuatro muleros
De los cuatro muleros
De los cuatro muleros
Mamita mía (…)
Bajaban los cuatro muleros enmascarados y con mirada torva. Bajaban por el Paseo del Parque rumbo al Ayuntamiento. Rumbosos y erguidos bajaban los cuatro muleros. De pronto descuella la voz de pito, como de aviso al final de un lavabo, de una de ellas. El guión previamente aprendido tras muchas noches de vigilia: “Estamos aquí para apoyar la unidad indisoluble de España”.
“Y para acompañar a nuestro diputado Rubén Manso”, terció el chico del Corte Inglés, mientras proseguían su camino portando sus atavíos de patria desmochada. Al escucharles, uno se preguntaría quién le diría a estos prendas que al señor Manso y al señor Moltó les hacía alguna falta. ¿Alguno de los doscientos militantes de Vox congregados frente a la Casa Consistorial hubiese extrañado su no presencia? Más parecía una de esas clásicas perras de chico mal criado.
– ¡Dirigiéndonos al Ayuntamiento de Málaga para acompañar a Rubén y Eugenio!, tronó el ex de Comisiones.
-¡Apoyamos la indisoluble unidad de España!, repitió la de voz de pito.
Nunca llegaremos a saber si estos cuatro forman parte de algún grupo, o son unos cachondos y simulan ser lo que ellos saben que no serán nunca.
Me imagino la reacción de los inmigrantes ilegales en Canarias, los bilduetarras, los de Esquerra, todos acojonaditos, al escuchar las invocaciones patrioteras de la de la voz de pito.
– “Mohamed, que esto se pone feo. Sube a la patera que nos volvemos a Marruecos”.
La tensión se disparó un poco cuando los congregados frente a la Casona del Parque vieron llegar a los cuatro. Por un momento la situación adquirió caracteres bastante cómicos. Allí estaban los laristas, que eran casi todos, juntos, en buena disposición, relajados, distendidos, formando una piña. Nada de caras congestionadas, ni voces injuriosas.
La de la indisoluble unidad de España, presa del pánico, preguntó:
– ¿Pero dónde está Patricia?
La mirada fría de los presentes los acoquinó. Terminaron como el niño que se da cuenta que no hay modo de llamar la atención.
La humillación se tradujo luego, en redes sociales, en dicterios, rugidos, estruendo… Espero que Patricia Rueda esté tomando nota. Espero que Rubén Manso transmita a Madrid el contraste entre los laristas haciendo piña, y la patética secuencia de los otros, de flor en flor, como la abeja Maya, mendigando un saludo y un poco de cariño.
Sobre el acto en sí, a Dios gracia que José Enrique Lara fue previsor y acudió con el equipo de sonido. El “calzonazos” encargado de estos saraos no había previsto nada. En realidad, “el calzonazos” no había previsto nada porque al acto no acudiría Patricia Rueda, que es con la única que le compensa doblar la cerviz. En su condición también de responsable de redes sociales del partido, con la venia de la jefa, el “calzonazos” le dio la misma importancia al acto de Málaga que al de Rincón, donde acudieron cuatro gatos, incluidos la jefa y él.
Al terminar el acto conmemorativo de la Constitución, Rubén Manso, Eugenio Moltó y Ana Gil, junto a cincuenta laristas, prolongaron el encuentro con unas cervezas. Todo en un perfecto ambiente de camaradería. Los otros se fueron igual que llegaron, descompuestos y sin novias.
La infame venganza la hicieron a través de un video contra Lara, esa misma tarde, distribuido por uno más feo que pegarle a un padre con la escobilla del váter. ¡Que tome nota Patricia Rueda antes de que ella misma termine dando la nota!
El dúo Pimpinela de Benalmádena
Claro que para esperpento el del dúo Pimpinela de Benalmádena. Gema Carrillo y Miguel Ángel Jiménez son los dos concejales que tiene Vox en el bello municipio costasoleño. El uno no soporta al otro. Para ser más exactos, se profesan un odio más cainita que racional. Ambos representan la descomposición, cada vez más hedionda, de una casta política repulsiva y agonizante. Se detestan tanto que Gema Carrillo, querida por los militantes tanto como una suegra en el mes de agosto, envió ayer a su compañero al acto de Málaga so pretexto que en el del parque de la Paloma de Benalmádena, por razones sanitarias, solo se permitiría la presencia de un representante por grupo municipal. En realidad, lo que Gema Carrillo quería evitar era el vacío de los laristas en Málaga, y por eso mandó al otro a “pegar la vuelta”. Y al quedarse sola tocó a doble ración de foto.
El embuste quedó al descubierto cuando se vio que cada partido había acudido con varios representantes. Ella misma posó junto al resto de portavoces municipales, sin observar las medidas precautorias que parecían importarle tanto. Las mentiras, como ella misma, tiene las patas muy cortas.
¿Se puede construir un proyecto político solvente y decente con esta tropa?