El fútbol es el deporte rey en España. Y lo es con mucha diferencia sobre el resto de deportes. El automovilismo, el tenis, el ciclismo… son deportes cuya popularidad está sujeta a los logros de los deportistas españoles. Aunque haya un buen número de aficionados a diferentes deportes, su seguimiento masivo depende de que acompañen los resultados de hombres como Fernando Alonso, Rafa Nadal o Alberto Contador. Los éxitos del deporte patrio crean una legión de seguidores, pero muchos de ellos terminan abandonando esa efímera pasión a la vez que los resultados de los españoles van menguando. Podríamos decir que los españoles tenemos una gran capacidad para subirnos al carro del triunfo. Toda esta lógica oportunista salta por los aires cuando nos referimos al fútbol, el verdadero referente deportivo español desde que los ingleses lo inventaron y lo introdujeron en España a finales del siglo XIX.

El fútbol lo acapara todo

Desde que nacemos recibimos constantemente estímulos futbolísticos. Es casi imposible escapar a la influencia que recibimos en nuestros primeros años de vida. Al aprender por imitación, lo más normal es que los niños terminen amando al equipo del que son hinchas sus padres. Muchos padres hacen socios a sus hijos a los pocos días de nacer. Los familiares y amigos siempre se desmarcan con regalos futbolísticos: la camiseta del equipo de marras, la bufanda, el chándal… Por si fuera poco, los telediarios cada vez dedican más espacio a las noticias deportivas, que duran casi tanto como las propias noticias. De esa sección deportiva, en torno al 80% del tiempo está dedicado al fútbol. Algo parecido sucede en la prensa escrita y en la radiofónica.

Además el fútbol tiene un fuerte componente emocional y todo un universo simbólico reforzado por un lenguaje que roza la épica. Lo más habitual es ser del equipo del lugar en el que uno ha crecido, especialmente, si ese lugar cuenta con un equipo que suela desenvolverse en la Primera División del fútbol español.

Otro de los ganchos con los que cuenta el fútbol es con la incertidumbre del resultado. Por lo general, los aficionados, sobre todo los neutrales, prefieren partidos emocionantes, en los que cualquier cosa pueda pasar, antes que ver partidos en los que prácticamente se sabe de antemano quién será el favorito, por muy bien que jueguen los contendientes. Por ahí se explica, también, el éxito rotundo de las apuestas deportivas. Esta pasión por el fútbol ha llegado, incluso, a los casinos online con la aparición de juegos de temática futbolística, como ocurre con varias máquinas tragaperras.

El Madrid y el Barça los clubes más seguidos

El Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona son los dos equipos más exitosos y los que cuentan con más seguidores. Aquellas personas que son de zonas que no tienen grandes equipos de fútbol como, por ejemplo, Cáceres, La Rioja o Salamanca, suelen hacerse seguidores de uno de los dos colosos del fútbol español. Madrid y Barça cuentan, además, con el plus de tener mucha más “cuota de pantalla” que el resto de equipos, por lo que identificarse con esos clubes resulta mucho más fácil.