Exiliados por no hablar catalán: “No nos fuimos por cobardía, sino por impotencia”
Son las víctimas silenciadas de la «dictadura del catalán». Su lucha no la han librado en el Parlament ni en los tribunales sino en las aulas, donde desde los años ochenta, con la llegada al Govern del expresidente Jordi Pujol, «los soberanistas han jugado su gran baza para imponer una realidad nacional excluyente».
Varios profesores que se han visto forzados a abandonar Cataluña por oponerse al plan de los nacionalistas de catalanizar la enseñanza relatan cómo fueron «sus duros años en la trinchera educativa».
La diáspora comenzó en los albores de los años ochenta, poco antes de que viera la luz la primera Ley de Política Lingüística (1983). Desde entonces, el goteo de profesores que han pedido el traslado a otras comunidades autónomas por no acatar «la dictadura del catalán» ha sido continuo.
En 1981, varios docentes crearon el primer reducto de resistencia contra la imposición del modelo educativo monolingüe en catalán y firmaron un manifiesto, conocido como el «Manifiesto de los 2.300», en el que expresaban su desacuerdo con el plan de la Generalitat para recatalanizar la enseñanza.
14.000 abandonaron
La mayoría de los que apoyaron la causa tuvieron que exiliarse «por el ambiente de intransigencia y de rechazo» que sufrieron dentro del ámbito escolar y también a nivel social.
«Fueron más de 14.000 los profesionales de la enseñanza los que marcharon de Cataluña en aquel momento ante la falta de apoyo institucional y la hostilidad social que se generó a raíz de su lucha», explica a este diario el profesor de Filosofía Antonio Robles, uno de los primeros que, desde el entramado social, lucharon contra el régimen monolingüe impuesto por Pujol. «Fue un éxodo invisible que casi nadie ha contado y que, desgraciadamente, sigue produciéndose», dice Robles.
«Ahora se habla mucho de adoctrinamiento, pero lo que han hecho los nacionalistas en la escuela ha sido una lluvia fina, una estrategia de años y años. Primero fue la lengua y luego los libros de texto. Sus planes se dibujaron en los ochenta, no lo olvidemos. Ahora han culminado», denuncia el profesor que, en 1992, publicó el libro «Extranjeros en su país», en el que anticipaba lo que ha ocurrido.
Robles, ya jubilado, alude al documento «Programa 2000», redactado por el Ejecutivo de Pujol a comienzos de los años noventa. «Cuando la prensa publicó aquel documento, en el que se hablaba de catalanizar la enseñanza, impulsando el sentimiento catalán en docentes, padres y alumnos, y controlar los contenidos, nadie nos hacía caso. Ahora, desgraciadamente, se ha visto que han cumplido sus planes al pie de la letra», concluye el profesor.
“En los claustros el ambiente era tenso. La gente empezaba a distanciarse de ti”
Se rebeló contra la imposición del catalán en las aulas cuando la palabra inmersión aún no existía en el vocabulario de los nacionalistas catalanes. En 1981, con la llegada del expresidente Jordi Pujol a la Generalitat, Santiago Trancón, profesor de Lengua y Literatura Castellana en un instituto de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), inició la resistencia al plan de recatalanización de la enseñanza. Lo hizo muy al comienzo, cuando el proyecto de la Generalitat de «impulsar una identidad nacional desde las aulas» apenas arrancaba. Trancón se negó desde un principio a colaborar con el plan de los nacionalistas y redactó el primer manifiesto de rebeldía contra la causa. Siete meses después, cansado de luchar sin apoyo, abandonó Cataluña.
¿Cuántos profesores se han ido desde entonces?
Desconozco la cifra, pero muchos. En aquellos momentos se habló ya de unos 14.000 profesionales. La fuga ha sido desde entonces constante.
¿Por qué resultaban incómodos?
Porque estábamos en contra del proyecto nacional-independentista que pretendía excluir definitivamente el castellano de la enseñanza y también de cómo lo estaban haciendo, acosando individual y colectivamente a los que nos negábamos a aceptarlo.
¿Cómo sentía ese rechazo?
Lo percibías tanto dentro del ámbito escolar como fuera, a nivel social. En los claustros el ambiente era tenso. La gente empezaba a distanciarse de ti. Ese ambiente te impedía tener una relación fluida con personas con las que antes la mantenías. Ese acoso psicológico que ejerce el que se cree que está por encima de otro afecta a las relaciones cotidianas. Querían que te sintieras incómodo por hablar castellano.
¿Llegaron instrucciones escritas a los centros?
Fue todo mucho más sutil. Fue una purga silente. Todos los docentes sabían que si querían prosperar debían hablar catalán en las clases y fuera de ellas. No había amenazas explícitas. Estaba en el ambiente. Los nacionalistas tiraron su plan hacia adelante con mucha violencia, pero no física, sino psicológica.
¿Fue entonces cuando se rebeló y escribió el manifiesto?
En febrero de 1981 escribí, efectivamente, un texto que acabó siendo el «Manifiesto de los 2.300». Nuestro único objetivo era denunciar públicamente el proyecto nacionalista y sus métodos intimidatorios y totalitarios.
¿Sufrieron en la resistencia algún tipo de amenaza?
En aquellos tiempos Terra Lliure campaba a sus anchas y algunos compañeros sufrieron pintadas en sus domicilios y amenazas de muerte.
¿Por qué tiró la toalla?
Nuestro objetivo era combatir esa situación desde una asociación cultural pero para ello necesitábamos apoyo político. La izquierda estaba abducida por el catalanismo; la derecha tampoco nos ayudó. Fue entonces, cansado de luchar sin respuesta, cuando abandoné Cataluña. No nos fuimos por cobardía, sino por impotencia y frustración.
Fuente: ABC
Bueno, ahora que el monstruo se ha quitado la careta, no tenemos excusa para hacernos los despistados. Hay dos opciones; arrodillarse a chupar, o demostrar quiénes somos los españoles, a toda costa.
En Valencia, la presión (tremendamente hostil pero disfrazada de amistosa y amante de la propia cultura) cada vez es mayor. Defendamos España, defendamos el español, defendamos la dignidad propia, y defendamos la libertad de nuestros hijos: ni una concesión a los antiespañoles. Hay que ponerse firmes.
Responssables Suarez la PSOE (Putrida Sentina de Odiadorrs de España) el TARUGO de FRAGA y demas. BASURA. Todos pared ON de pena…
Ejemplos abominables de la tiranía catalanita. Y nos estamos remontando a principios de la década de 1980. El plan secesionista viene de lejos, de muy lejos, y ha sido alimentado por los gobiernos centrales, cediendo competencias que jamás se deberían ceder, como Educación, Interior-Policía y Hacienda. Han cambiado mucho dinero, nuestro dinero, por unos miserables votos, sin importarles descuartizar España en el camino. Pero el problema no es solamente en Vascongadas y en Cataluña. El cáncer seceSionista está sembrado y se extiende. Ahora, la Comunidad Valenciana está en el objetivo de los destructores. Y el procedimiento es el mismo: se… Leer más »
Doy fe que vivo en la Comunidad Valenciana y me planteo seriamente irme y renunciar a mi nacionalidad española porque me discriminan por ser castellano parlante. Que se queden los anglocatalanes.
Yo ya no me vuelvo contra ellos sino contra el pais que por no ponerse nunca sus politicos de acuerdo,acaba consintiendolo