Enrique López Bermejo de Torres.- No es una pregunta retórica, ni menos aún, una cuestión baladí. Los medios de intoxicación de masas, prácticamente todos, nos hacen creer que todos los refugiados son sirios y huyen de la guerra entre el legítimo Estado sirio y los terroristas del IS.

Las imágenes, y no digamos ya las entrevistas que se emiten, siempre son de sujetos que pueden parecer sirios y que así lo declaran.

Por el contrario, la verdad es muy distinta. Hay centros de acogida, en Grecia, donde el 90% son ¡afganos! Y el 10% restante se reparte entre sirios (de verdad), eritreos e iraquíes.

Si a los que se van a acoger, según dicen, son sirios, ¿por qué no se comienza a deportar o al menos a retener en Grecia a los que no lo son?

¿A qué juegan Merkel, Rajoy y el resto de la “banda del pantalón bajado”?

Al final saldrá la verdad: ni “pobrecitos refugiados”, “ni pobrecitos sirios”, ni demás “pobrecitos” patrocinados, generosa e interesadamente, por onejetas bien untadas de subvenciones y por políticos sin alma en busca del voto “giliprogre” y “buenista”. Sin olvidar al otro “gran patrocinador” de esta verdadera invasión de musulmanes bajo disfraz de refugiados: Francisco I.

Todos estos furrieles de la invasión saben perfectamente que la “píldora invasora” se hace más llevadera, para los no avisados, si los que salen en la pantalla tienen buen aspecto y hablan perfecto inglés. Los harapientos afganos, los “balumba” eritreos y los barbudos iraníes no son tan telegénicos ni tan “presentables”. Por tanto estos no “venden” como los otros.

Espero que algún día, más pronto que tarde, conozcamos todas las mentiras, todos los montajes, todos los planes ocultos que han facilitado y seguirán haciéndolo, que millones de musulmanes invadan, con total impunidad, Europa y, encima que haya gentuza que los recibe con carteles y besos.

Y otra pregunta nada retórica: ¿por qué no se movilizan con igual intensidad los progres y buenistas europeos en favor de los cristianos árabes que sufren una limpieza religiosa que Occidente ignora?

En definitiva, estamos viviendo un momento trágico. Somos testigos de una Europa agonizante, víctima de una élite extranjera que busca abiertamente convertirnos en minoría y mantenernos en un estado de guerra civil permanente. Pronto los autóctonos seremos minoría, divididos y desorganizados dentro de un crisol de razas e incapaces de ejercer toda forma de oposición efectiva. En el caos multicultural, algunos se hacen fuertes, conservando su unidad y organización, y enfrentando a los ‘goyim’ a golpe de telediario. Dios salve a Europa.