Blas Piñar: Mis recuerdos y contactos con… Monseñor Guerra Campos (VII)
Por Blas Piñar.- Me parece escuchar una voz que grita ¡Silencio!. En la semioscuridad veo a quien la pronuncia: un personaje con disfraz, que se llama Transición. Sí; porque el silencio tiene más eficacia que la calumnia. Si hay calumnia es porque el calumniado existe; pero si jamás se le nombra, ni siquiera para insultarle, deja de existir al no ser mencionado jamás, y desaparece de la memoria colectiva.
Creo que así sucede con dos preclaros españoles, el Cardenal Gomá, arzobispo de Toledo, la diócesis primada, y Monseñor Guerra Campos, Obispo de Cuenca.El primero, con el episcopado español de la zona nacional, durante la Cruzada, fue el adalid eclesiástico de la misma, el que ejerció su capitanía espiritual, el que dio testimonio de que el enfrentamiento bélico de la guerra, era un combate decisivo en el que estaba en juego la civilización cristiana.
La Carta Colectiva del episcopado español, de 1 de Julio de 1.937, de la que el Cardenal Gomá fue artífice, es una auténtica joya, que, siéndolo, se guarda en el armario del olvido. ¿No sería oportuno en este momento político acordarse de ella y darla a conocer?Algo semejante, por no decir que idéntico, sucede con Monseñor Guerra Campos. A este le veo espiritualmente del brazo de Gomá, pero en la época del proceso secularizador de la Cruzada, del “aggiornamento” del Concilio Vaticano II, y de la entrada en el escenario de ese personaje que lleva por nombre Transición. Sobre Guerra Campos el silencio es prácticamente absoluto. El silencio le oculta.
Destacado, en vanguardia, en primera fila, sin vacilar un instante, al frente de una minoría de prelados, con respeto, pero con energía, dio cuenta de la crisis trascendental que comenzaba en España, al despegarse e incluso avergonzarse y aniquilar, y no perfeccionar, un Estado católico y mancillado, por añadidura, a quien lo hizo posible con la Victoria del primero de Abril de 1.939. Hoy, y aquí, me creo en el deber de abrirme paso entre la espesura del silencio, gracias a la grieta que en el muro me abre Alerta Digital.
Monseñor Guerra Campos, del que aprendí mucho, lo merece por todo lo que nos enseñó y porque cuanto, por desgracia, presenciamos y nos indigna ha tenido unas causas, y porque la enfermedad no se cura si no se diagnostica con acierto.Repasemos ahora, aunque se trate solo de un aspecto, no el esencial, de esa enseñanza y de ese diagnóstico. Me refiero a mis relaciones con el que fuera Obispo auxiliar de la diócesis madrileña, Delegado Nacional de Acción Católica, secretario de la Conferencia episcopal y Obispo de Cuenca.
Monseñor fue uno de los obispos auxiliares, que Pablo VI nombró, sin que Franco hiciera uso del derecho de presentación.Conocí personalmente a Guerra Campos en una visita que le hice, cuando residía en Madrid. Le informé sobre un libro que acababa de publicarse, escrito por un médico, que tenía gran difusión y que se vendía incluso en puestos colocados en la calle. Tenía una portada y un título atractivo, pero, en realidad, era un libro pornográfico. Entendí que la jerarquía debía saberlo y actuar en consecuencia. Me dio a conocer el Obispo su punto de vista, y el cambio de impresiones terminó siendo muy cordial.
En el Palacio de los Deportes, de Madrid, y a petición de las “Hermandades de Trabajo”, di cinco conferencias en la Semana de Pasión, del 13 al 17 de marzo de 1.967. Hubo un llenazo impresionante. Presidió la clausura el Arzobispo de Madrid, don Casimiro Morcillo. El doctor Guerra Campos me escribió diciéndome: “Le felicito por hablar claramente de la presencia salvadora de Jesús y de la vida que esperamos. Suyo en el Señor”.
A uno de mis hijos, por ser quien era, en la Universidad Complutense, el 6 de Marzo de 1.968, unos compañeros de izquierda le dieron una tremenda paliza. Tuvieron que ingresarle en un Hospital. La policía no pudo detener a los agresores, porque necesitaba para entrar en el edificio autorización del rector o del decano (no recuerdo cual), y que llegó con el retraso suficiente para que aquellos escapasen.Entre las cartas de condolencia que recibí, encuentro esta de Monseñor Guerra Campos, que dice así: “Mi querido amigo. Deseo reiterarle por escrito mi indignación y protesta por la cobarde agresión sufrida por su hijo en la Universidad. Aunque para los dos constituye un honor este acto. Le felicito también, por su acertado y oportuno artículo de ayer en Informaciones. Adelante con firmeza y serenidad. ¡Qué más quisiera en enemigo que perdiéramos los nervios!”.
En Marzo de 1.967, los día 4 a 7, se celebró en Madrid, en el Colegio Mayor San Pablo, un Congreso Nacional de Apostolado Seglar preparatorio de otro de carácter internacional, que después se celebraría en Roma. Me llamó por teléfono el señor Obispo para pedirme, y acepté, actuar como moderador en el debate sobre la ponencia “los seglares y su participación en la evangelización de agnósticos y ateos”.
En la sede Nacional de “Fuerza Nueva” se proyectó una película sobre las aperciones de Fátima. Fue el 21 de mayo de 1.973. Monseñor Guerra Campos, antes de la proyección, nos dijo unas palabras. Monseñor Cirarda, en 1.947, siendo Obispo de Córdoba, me prohibió hablar en Castro del Río, un pueblo de su diócesis, para conmemorar el cuarenta aniversario de una Cofradía. Ante la prohibición, que tuvo una gran resonancia, Guerra Campos, en carta de 25 de Febrero de 1.974, afirmaba que todo “parecía tristísimo e increíble”, y que la prohibición “pertenecía al género dictatorial”.
Al comienzo del año 1.974 me llegó la noticia, que quise confirmar, de una reunión de la Comisión Permanente del Episcopado español en la que se acordó “evitar que el franquismo se institucionalizara después de la muerte de Franco; y para ello someter a discusión los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional, legitimando ante la opinión pública los partidos políticos y la oposición política legalizada, considerando como contraria al Derecho Natural la Administración de la Justicia Española”Monseñor Guerra Campos me confirmó la noticia en carta de 25 de Febrero de 1.974, añadiéndome que “algunos obispos, aun estando conformes, habían aconsejado, por una parte, prudencia, y por otra, infiltración en los medios de comunicación”.
En 1.981 se celebraron elecciones para el Parlamento andaluz. La campaña electoral fue un éxito y a los numerosos actos en que participé acudieron y aplaudieron multitudes entusiastas. Persona muy ligada a la Junta electoral andaluza me dijo que, al menos, conseguiríamos quince diputados. No fue así, ya que no conseguimos ninguno. Los aplausos, pudimos convencernos, no eran garantía del voto.Pues bien; Guerra Campos, al que conté mis cuitas, me lo explicó todo: “mientras el número de interesados sea muy superior al de los idealistas, usted perderá las elecciones. Sólo cuando los interesados vean su interés en peligro, se refugiarán en la fortaleza de los idealistas y Vd. triunfará en las urnas”.
En nuestra sede de Núñez de Balboa 31, monseñor Guerra Campos pronunció dos conferencias, los días 16 y 17 de diciembre 1.998, sobre el tema “Franco y la Iglesia”. Yo le presenté. Y en Cuenca, al pie del monumento erigido en honor del obispo-mártir Cruz Laplana y Lagana, asesinado por los rojos, tuve el honor de pronunciar unas palabras antes de que el hablase.
La Homilía que Don José Guerra Campos pronunció en el Valle de los Caídos, el 20 de noviembre de 1.997, y que oí, es una prueba de sabiduría y de valor, por su fondo y por su forma. Su lectura atenta aclara muchas cosas, que solo se explican bajo su luz, y que conociéndolas, nos acongojen y nos asustan. Un sacerdote, que conocía muy bien a monseñor, aseguraba que el obispo no discurría, sino que, como los ángeles, intuía. Sus charlas en Televisión eran preciosas. Dominaba el idioma de tal modo que no le recuerdo ni una sola cacofonía.
Se refugió en Sentmenat (Barcelona), donde tiene su sede la Sociedad Misionera de Cristo Rey, de la que es superior el P. Antonio Turú, presidente de la Hermandad Sacerdotal Española. Allí fue acogido con el máximo afecto y allí murió el 14 de julio de 1.997. Su cadáver fue trasladado a Cuenca, de cuya diócesis ya era obispo emérito, y enterrado en su catedral. Dijo la Misa el Cardenal y arzobispo de Toledo Don Marcelo González. Estuve presente, y el templo estuvo rebosante.
En nuestras sede hubo un homenaje póstumo a nuestro inolvidable “Obispo de España”, como fue llamado, el 7 de Mayo de 1.998.Las obras completas del Obispo ausente, han comenzado a publicarse. No tienen desperdicio. De su edición cuida el Instituto religioso que acabo de mencionar.
*Fundador de Fuerza Nueva, político, escritor y notario.
Gracias a dios por Aun tenerle entre nosotros fin blas
Viva cristo Rey!
Don Blas, tan solo unas palabras para agradecerle su entrega a España. Siento profunda admiración por usted y es un placer leer sus memorias y pensamientos en Alerta Digital. Hoy ya paso de los cuarenta, pero aún me emociono cuando recuerdo una ocasión siendo niño en la que mi padre, ex combatiente en la cruzada nacional y hoy fallecido, me llevó a escucharle a Sevilla, en un homenaje junto a la cruz de los caídos (hoy desaparecida) que había en los muros de los Reales Alcázares. Personas como usted hacen que todavía no haya perdido la fe en España. Como… Leer más »
SEMPER FIDELIS CAUDILLO DE LA HISPANIDAD! CONCIENCIA DE EUROPA
Blas, la Juventud Española seguimos contigo. Gracias por tu ejemplo, coherencia y esfuerzo. i ARRIBA ESPAÑA ! i VIVA CRISTO REY !
Gracias don Blas. Sus palabras sean por el medio que sean, son un alimento espiritual para muchos españoles. Sabemos así que sigue al pié del cañón. ARRIBA ESPAÑA!!!.
Andreu què has begut? Ja què és impossible dir tantes tonteries alhora. Jo també t’ho dic amb tot el respecte, perquè vaig viure aquella època i la d’ara, i veig com mal funcionen avui totes les coses, no hi ha res que s’aguanti, així que pots comparar si vols, tot i que no hi ha pitxor cec que aquell que no vol veure.
Almeria no es andalucia!
Respeto a Blas por su edad, nada más, un nostálgico de la dictadura, que en su delirio piensa que hubo una “Cruzada” que dió paso a 40 años oscuros, de mordaza, represión, muerte, tortura, censura, 40 años de un gobierno fascista con la Iglesia cómplice, que trató a los españoles como niños, diciéndoles que libros y películas podían ver, que asesinó y torturó a españoles, porque eran españoles.
Andreu eres un pobre hombre que pese a toda la información a la cual puedes acceder hoy en día gracias a internet, parece que no te has enterado de nada. Mordaza tenemos hoy en día con la ley Gallardón que quiere modificar el código penal para poder castigar a todos aquellos que no se ajusten al pensamiento único. Represión la tuvieron aquellos jóvenes que acudieron a realizar una protesta pacífica (los progres le llaman escrache) a una librería que promovía el separatismo en España. Tortura es lo que en no pocas ocasiones ha salido en la prensa en relación con… Leer más »
Irá al infierno por mal cristiano usted y muchos como usted…
Oye panzer tu sabes que es el garrote vil, la bañera y los electrodos, estas cosas es lo que hacían estos mal nacidos en nombre de España y dios y no se cuántas sandeces más, en este país les iba muy bien a los amigos del régimen con todos los negocios y concesiones se hicieron ricos, claro que tienen nostalgia del pasado, los de ahora roban pero los que estuvieron 40 años chupando del bote ni te cuento sino sólo hay que ver los caciques franquistas que había en cada pueblo y el aumento de patrimonio que tuvieron, si en… Leer más »
Gracias don Blas. Le felicito por sus 95 años recién cumplidos. Que Dios bendiga su tenacidad en defensa de la verdad secuestrada por la memocracia imperante.
Totalmente de acuerdo con Carles, ésta ya no es la Iglesia Católica, y la Sede de Pedro está vacante, ojalá Mons. Guerra Campos se hubiera dado cuenta de ello, y actuado en consecuencia. La historia de España quizás habría sido diferente…
Bueno este tema ya lo podrán seguir tratando todos juntos en el infierno, total ustedes no cumplen ni uno sólo de los 10 mandamientos….
Muy interesante.
El detalle de la paliza sufrida por un inocente en el 68 y de quién promocionaba ese terrorismo (decano o rector) nada menos que en la Universidad Complutense de Madrid, dice mucho sobre la España de finales de los 60.
De aquello han pasado 45 años. De aquella España no quedan ni las cenizas.
Disfruten del infierno que han votado. Se lo tienen merecido.
Pd: No esperen por héroes esta vez. Lo mejor de España quedó en los campos de batalla. Hoy la habitan infieles, traidores y cobardes.
Don Blas, una vez más mi respeto y consideración. Estupendo haya recordado al cardenal Gomá. Debemos pronunciarnos mucho más por la espiritualidad del cardenal de la guerra que le tocó vivir y padecer. Es obvio que todos queremos que la población sea activa en el trabajo productor. Si el Gobierno de turno no proporciona medios al empresariado, difícil podrá obtenerse trabajo y producción para generar riqueza previa competitividad y exportación al exterior. Esto es así y no de otra manera porque nadie quiere ver a personas y familias sin el deseado bienestar social. La cultura, enseñanza y formación son extremos… Leer más »
Toda esto esta muy bién, pero si no comulgamos con ruedas de molino hay que ser consecuente.
Desde un punto de vista doctrinal e histórico hemos de ser consecuentes: LA SEDE DE PEDRO ESTA VACANTE, y todo lo demas es militar en una Iglesia protestantizada, herética, judaizante, mundialista, que reniega de sus santos y martires, que viste y actua como luterana y que predica buenismo en vez de catolicismo. Una iglesia amaraiconada que nada tiene que ver con la auténtica y verdadera Iglesia. El conciliabulo fabricó un nuevo engendro que nada tiene que ver con la Esposa de Cristo